Con este falso tráiler, titulado 'Papanatos' —falso en el sentido de que no hay una película detrás, sino otra cosa—, comienzan las risas en 'No controles', el segundo film de Borja Cobeaga, tras su comentada 'Pagafantas'. Al igual que en este fragmento, el resto del humor que contiene la cinta es bueno y divertido, especialmente gracias a los personajes que se ocupan de la parte cómica de la película.
Julián López encarna a Juancarlitros, un tipo plasta y en teoría nada gracioso, que precisamente por su torpeza y falta de chispa, conseguirá que nos riamos a carcajadas. El humorista manchego procedente de 'La hora chanante' y 'Muchachada Nui' arranca las risas con su mera presencia o su forma de hablar, como ya ha hecho en los cameos que hasta ahora le han permitido en el cine —'Que se mueran los feos', 'Pagafantas…—, donde casi siempre hacía el mejor papel de la película. López sabe interpretar a este personaje en su justa medida, pues no habría sido difícil llegar a resultar molesto: retratado como un incordio, no obstante, logra caer bien y despertar la ternura.
Secun de la Rosa y el resto de los secundarios —Ramón Barea, Mariví Bilbao, etc.— componen un grupo igual de cómico para crear la faceta que vale la pena de 'No controles'.
Sin embargo, el protagonista, que es quien debería atraer al espectador para ganarse su empatía, no sólo con él, sino también con su causa, no transmite nada. No es la primera vez que achaco esta carencia a un personaje encarnado por Unax Ugalde, así que se podría sospechar que la cuestión no está tanto en el guion como en la falta de carisma del intérprete. Encarna a una persona pasiva y sin personalidad definida, que se dedica a lamentar una decisión errónea, que quizá, como hacía de forma no intencionada 'Todas las canciones hablan de mí' esté retratando a una generación.
Por otro lado, el físico del actor no encaja con muchas de las descripciones que los diálogos hacen de él, lo cual nos lleva a pensar en una elección de intérprete no acorde con lo escrito: quizá se pensó en otro tipo de personaje y finalmente se acabó fichando a este guapito con la idea de tener mayor éxito de taquilla, decisión que considero equivocada, pues un personaje más defectuoso conseguirá que el público se sienta más cercano a él.
Mencionaba la causa del protagonista, es decir, la trama amorosa, que en este caso consiste en recuperar a su antigua novia. Sobre el papel, esta historia tiene escenas buenas, basadas en hallazgos nada desdeñables, como la idea de la canción y el pianito o la de las lentillas. Pero la nula química entre Unax Ugalde y Alexandra Jiménez hace que nos importe un pimiento si se reconcilian —de hecho, casi le deseas a ella que siga con Miguel Ángel Muñoz—.
No pasaría nada por que la parte blandita del film fuese floja, considerando que tentemos toda la vertiente humorística para refugiarnos. El problema llega cuando este aspecto no logrado ocupa una porción del metraje muy desmesurada. Si le sumamos los momentos muertos que tiene la película y la evidente falta de contenido que hace que casi les sea difícil llegar a la hora y media de duración —con este motivo se añade el falso tráiler, se incluyen dos cabeceras de créditos…—, nos encontramos en total con una cinta arrítmica y que solo funciona en instantes concretos. Asimismo, la película hace demasiado evidente su pobreza de producción y cierta torpeza en la realización y el montaje.
Secundarios al poder
Recientemente hablaba de 'Salidos de cuentas', donde encontramos a un personaje —el de Galifianakis— muy similar al de López: compañero pesado que es difícil quitarte de encima, pero al que finalmente le deberás la vida.
Con este ejemplo quiero decir que se convierte en algo tan habitual que los secundarios sean inmensamente superiores a los protagonistas, que no estaría mal que los creadores tuviesen esto en cuenta y situasen por encima a estos personajes imperfectos, pero con los que es más fácil conectar. Cobeaga lo hizo en 'Pagafantas', cuyo gran acierto recayó en poner al perdedor como personaje principal, logrando así un protagonista con mucha mayor capacidad de hacernos partícipes de su sufrimiento.
Por éste y por otros motivos, considero la opera prima de Cobeaga superior a ésta. 'Pagafantas' tenía un fondo mucho más potente, ya que estaba dando nombre por primera vez a un fenómeno. Al mismo tiempo, era más valiente para mostrarse cruel con sus personajes. Aunque no fuese una gran película, resultaba mucho más redonda que 'No controles'.
De nuevo echamos mano al referente Galifianakis para hablar de esa secuencia de créditos final de 'No controles', que va un poco en la línea de las fotos reveladoras de 'Resacón en Las Vegas'. Considero muy hábil por parte de Cobeaga insertar durante los créditos de cierre el monólogo de humor interpretado por Julián López. Esta pieza, de algún modo ajena a la película y que se puede ver en cualquier programa televisivo, eleva la temperatura de la sala hasta conseguir que el público salga del cine con una idea mucho más positiva de la película que si ésta hubiese acabado con la secuencia de Unax Ugalde.
A pesar de todo lo dicho, me gustaría que mis palabras cayesen en saco roto y que todo el público pusiese disfrutar a lo grande de 'No controles', ya que una de las mejores experiencias que se pueden tener es la de dar con una comedia que nos haga pasarlo realmente bien. Solo hay que pasar por alto los momentos flojos y aburridos y centrarse en la parte buena, la cómica, que no presenta tacha alguna.
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