'Wonka' es una de las mejores películas de 2023 contra todo pronóstico. Timothée Chalamet lidera un estupendo musical repleto de luz y de color

El director de 'Paddington 2' vuelve a demostrar que tiene un toque único para este tipo de películas

Quizá el nombre de Paul King no diga nada a muchos, pero la cosa seguramente cambie si digo que es el autor de las dos primeras entregas de 'Paddington'. Esas películas no tenían ningún derecho a ser tan buenas, pero creo que no soy el único que mostró ciertas dudas cuando se anunció que iba a ocuparse de 'Wonka', una precuela de 'Charlie y la fábrica de chocolate' con Timothée Chalamet al frente del reparto.

A fin de cuentas, hay mil cosas que podrían haber salido fatal en 'Wonka', una sensación que sigue presente durante sus casi dos horas de metraje. Sin embargo, King ha vuelto a hacer magia para darnos la mayor sorpresa de Hollywood en este 2023 que está a punto de llegar a su final. Una auténtica joya del cine familiar que perfectamente podríamos equiparar con tomar un chocolate caliente en el día más frío del año.

Una joya inesperada

No voy a engañaros, 'Wonka' es una película que coquetea a menudo con lo empalagoso y sentimental, que echa mano de algunas soluciones de guion un tanto arbitrarias y que confía a tope en la ingenuidad del espectador para dejarse llevar ante la aventura que plantea. Ingredientes perfectos para el desastre, pero King logra crear aquí un ecosistema perfecto para que todo eso sume en una fantasía tan sencilla en apariencia como difícil de hacer encajar todo lo que propone.

Pese a que la campaña promocional ha intentado obviarlo en todo momento, 'Wonka' es un musical con todas las de la ley, algo que muestra desde su primera escena y que nunca llega a desdibujarse. Es cierto que las canciones pierden un poco de peso a medida que avanza la trama, pero están siempre ahí latiendo para recalcar esa energía tan particular de una película que no es que tenga muy poca vergüenza, pues simplemente apuesta por un enfoque en el que no hay espacio para el cinismo, ni siquiera cuando toca potenciar su vertiente más dramática.

Un buen ejemplo de por qué 'Wonka' no debería funcionar lo tenemos en la interpretación de Chalamet, quien no brilla especialmente cantando -aunque eso no quita que tenga muy buena voz- y lo hace aún menos cuando toca exhibir su talento para el baile. Sin embargo, hay una pureza e inocencia a la hora de abordar su interpretación que hace que conectemos en todo momento con su sueño de convertirse en el mejor chocolatero del mundo.

Sí es verdad que el personaje resulta mucho menos excéntrico de a lo que estábamos acostumbrados en iteraciones previas de Willy Wonka, pero es que King apuesta aquí por un elemento más tierno para que entendamos bien sus motivaciones y que resulta un eje fundamental para todo lo que se construye a su alrededor. Es ahí donde la película juega siempre más con esa tendencia al exceso que espera el espectador, pero lo hace de una forma bastante medida para nunca pierda ese equilibrio fundamental para que uno esté deseando dejarse llevar.

Claro está, cada espectador tendrá sus preferidos entre la multitud de personajes secundarios, pero la clave está en lo bien que encajan todos ahí, desde ese jefe de policía adicto a los bombones -del que tengo claro que es el personaje que más fácilmente podría haber hundido a 'Wonka' y también por el que recibirá más críticas- hasta la explotadora con el rostro de Olivia Colman, sin olvidarme del tronchante Oompa Lompa encarnado por Hugh Grant. Todos suman para construir un castillo de naipes a priori imposible y que rebosa encanto.

A eso hay que sumarle un acabado visual impecable, y no pienso solamente en lo colorida que resulta 'Wonka' en todo momento, pues King logra crear aquí un universo distintivo que se traslada desde la actitud de los personajes, como ese trío de chocolateros malvados, hasta el uso de los efectos visuales. De nuevo, se nota que hay alguien detrás que sabe muy bien lo que quiere aquí, que es acercarse bastante al tono de sus películas de 'Paddington' para aportar su visión al mundo creado por Roald Dahl.

Las canciones también resultan un ingrediente fundamental, ya que potencian todo aquello que busca King y resaltan ese elemento más extravagante de la película pero sin dejar que so se apodere de la función y se convierta en una película de grandes momentos sin que todo lo que haya alrededor funcione igual de bien. La precisión de King en los números musicales, pienso especialmente en lo que sucede cuando Wonka descubre que está atrapado en un trabajo precario y sin futuro alguno, son la guinda del pastel.

Claro que hay algunos detalles que no funcionan igual de bien y que quien quiera tirarla abajo diciendo que esto o aquellos no tiene sentido, puede hacerlo sin problema, pero por mi parte tengo bastante claro que 'Wonka' es un pequeño milagro. Hay tantas cosas aquí que podrían haber salido fatal que luego acaban siendo la base para algunas de las mayores virtudes de la película, que lo único que queda es celebrar que tengamos una película así en los cines españoles a partir de este 6 de diciembre.

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