Todo persona que haya tenido una infancia más o menos normal recuerda con especial cariño algunas series de dibujos animados que seguramente les gustarían muchísimo menos si les diera por revisionarlas en la actualidad. Es obvio que no sucede en todos los casos, pero estoy convencido de que sí me pasaría a mí con 'Las tortugas ninja', una serie cuyo visionado mi cerebro asocia a estar sentado bien cómodo en el sofá de casa de mi abuela comienzo una tortilla francesa.
Esos recuerdos felices ajenos a la propia calidad de la obra en cuestión nos llevan a tener una estima excesiva hacia obras que quizá no la merecen, pero hace ya tiempo que soy consciente de ello, por lo que el hecho de que Michael Bay apadrinara 'Ninja Turtles (Las Tortugas Ninja)' (Jonathan Liebesman, 2014) no me provocó tanta repulsión como a otros. Eso sí, era consciente de lo que podía esperar de ella y eso fue lo que me encontré: Un aceptable entretenimiento con pocas luces que nunca pretende ser más que eso.
El origen de 'Las Tortugas Ninja'
He perdido ya la cuenta de las veces que os comentado que en Hollywood están dispuestos a explotar todo lo posible cualquier idea que haya demostrado su éxito en el pasado y con las Tortugas Ninja ya lo han intentado en repetidas ocasiones. Sin embargo, parece que siempre que se produce un relanzamiento hay que contar el origen de los personajes y cómo llegaron a convertirse en algo que un amplio sector del público ya conoce. Ojalá muchos tomaran nota de lo bien que se resolvía eso durante los títulos de crédito iniciales de 'El increíble Hulk' ('The Incredible Hulk', Louis Leterrier, 2008).
En el caso de 'Ninja Turtles ('Las Tortugas Ninja)' todo gira alrededor del hecho de que nuestro grupo de héroes aún no ha demostrado que puede actuar por su cuenta, aunque justo es reconocer que se pasa con agilidad sobre su infancia para que no entre demasiado en escena la relación de corte paterno-filial que tienen con un horrendo Splinter. Y es que he leído muchas quejas sobre la sobrecarga de esteroides que han debido tomar las tortugas, pero uno se hace más o menos rápido a su nuevo look -otra cosa es que nunca llegue a entusiasmarnos-, mientras que con su maestro acababa horrorizado con todas sus apariciones.
Los guionistas utilizan ese pretexto para incidir ligeramente en las rencillas y la falta de entendimiento entre las tortugas, pero sobre todo para potenciar al máximo la ligereza de la propuesta. Quizá sea algo exagerado lo que comentaba mi compañero Pablo sobre que el libreto incide demasiado en el lado más absurdo de la función, pero lo cierto es que el humor siempre fue uno de los rasgos distintivos en las adaptaciones previas y aquí simplemente se ha optado por una puesta al día con referencias más actuales y un nivel más adecuado para los tiempos que corren. Vamos, alguna gracia puntual efectiva y mucho relleno pensado para el público menos exigente.
'Ninja Turtles', diversión de perfil bajo
Una vez ha quedado del todo claras las intenciones de la película -sospecho que era algo que ya dábamos todos por sentado-, en lo que hay que entrar es en la necesidad de valorar 'Ninja Turtles (Las Tortugas Ninja)' en función de sus escasas ambiciones. Aquí lo único que importa es que sea lo suficientemente llevadera para que la imagen de marca haga el resto y amasar unos cuantos millones. Misión cumplida.
Soy consciente de la relativa desgana con la que estoy encarando la crítica, pero es que eso es justamente lo que transmite una película que sólo coge algo de fuerza gracias al buen hacer de Megan Fox -seguro que algunos no contabais con esto- y a la efectiva puesta en escena de Jonathan Liebesman durante un par de escenas de acción que no están nada mal resueltas. Eso sí, tampoco esperéis nada especialmente espectacular -si acaso, ojalá hubieran sobrecargado menos a Shredder- o que vayáis a recordar más allá que durante el paseo del cine a vuestra casa.
Podría hablaros ahora de la intrascendencia de sus diálogos o de su propia excusa argumental, también del hecho que no se aprovechan demasiado los otros rostros conocidos de su reparto -lo de Will Arnett intentando ligar sin suerte con Megan Fox cansa ya desde la primera vez que lo hace- o que 'Ninja Turtles (Las Tortugas Ninja)' nunca termina de delimitar con acierto su tono dentro de la ligereza dominante. Sin embargo, lo único que merece la pena destacar es que es, como ya digo en el titular, un aceptable pasatiempo descerebrado que debería haber llegado a nuestros cines y no en pleno octubre.
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