Mi compañero Chico Viejo hablaba en su crítica de 'Natural City' de lo curioso que era el hecho de que un film como 'Blade Runner' se ha convertido en todo un referente cultural, cuando en el momento de su estreno fue totalmente masacrado por la crítica e ignorado por gran parte del público. Muy probablemente fue porque Scott se adelantó a su tiempo con una atemporal obra maestra que un servidor no se cansa de ver nunca (ya van como más de 30 veces), y que desde luego habrá que estar pendientes a esa edición especial con los cuatro montajes que sale en Agosto, y que costará la friolera de unos 120 euros. La influencia de este clásico moderno ha sido enorme en todo el cine posterior, y en el caso de la película que nos ocupa habría que decir que dicha influencia es excesiva.
'Natural City' está ambientada en un futuro donde humanos y cyborgs con inteligencia artifical conviven los unos con los otros, sirviendo los segundos a los primeros. Cuando un grupo de cyborgs se rebela, un grupo especial de combate sale a cazarlos, mientras que uno de sus miembros se enamora en secreto de una cyborg a la que le queda poco tiempo. Por otro lado, hay un doctor capaz de alargar la vida de los cyborgs, un descubrimiento en el que están interesados muchos, aunque el precio por el mismo será muy alto.
Como véis, argumentalmente el parecido es más que asombroso. Visulamente el film también alude a algunas de las inolvidables imágenes de 'Blade Runner', sobre todo en la descripción de una ciudad, con tonos oscuros, naves surcando lentamente los cielos y gigantescos anuncios luminosos. Y aunque el film luego se aparta en algunas de sus partes, éste no necesitaba referenciar de una manera tan clara al film de Scott, porque lamentablemente la comparación es más que inevitable, y evidentemente sale perdiendo. Pero no porque Scott haya logrado una obra superior en cuanto a todo, ya que si Min Byung-Chun se hubiera dedicado a rendir un homenaje, y hacerlo bien, pues nada hubiera pasado. Pero la película es tan soporíferamente inaguantable que el espectador sólo se queda con esas referencias al film de Scott, por lo cual destacan sobre todo lo demás.
Byung-Chun se olvida de lo que es el ritmo en una película, y el visionado de la misma parece durar el doble de lo que realmente dura, o sea, es enormemente aburrida y pesada. Por no hablar que durante toda la proyección tenemos la sensación, la extraña sensación, de que las cosas ocurren sin ningún motivo aparente. Por otro lado, cuando el film pasa a ser una cinta de acción, éste comete el mismo error que cuando no lo es, vuelve a referenciar, y en este caso a 'Matrix', pero lo que en la película de los Wachowski era un extraordinario uso de las secuencias de acción como elemento narrativo, aquí está incluso mal rodado, todas las peleas son confusas, con unos cortes muy raros, y en las que no ten enteras de nada, además de la manía de querer conjuntar en alguna de ellas la lluvia y la cámara lenta, dos elementos que mal combinados pueden resultar de lo más insoportables.
Lo único positivo de esta insufrible experiencia es algo muy común en todas las películas, o casi todas, coreanas: las interpretaciones de su reparto. Y aquí nos encontramos con Yu Ji-tae, que ese mismo año deslumbraría a un montón de cinéfilos de pro con la laureada 'Oldboy'. El actor está simplemente fantástico, y es una pena que su labor se vea ensombrecida por el resto de elementos artísticos del film. Aún así, es toda una delicia comprobar cómo Ji-tae vale tanto para una escena dramática en la que tiene que darlo todo interpretativamente hablando, como para una escena de acción, en la que tiene que darlo todo, físicamente hablando. El resto de actores están a la altura, pero evidentemente nos quedamos con éste, por ser quizá el más rico en matices.
De todos modos, una película muy mala, bastante difícil de soportar, y es que da igual que tengas unos efectos visuales deslumbrantes, da igual que trates de impactar al espectador con escenas de acción mastodónticas, dan igual las referencias a films sobradamente conocidos por todos. Si aburres, nada de eso importa, y si aburres soberanamente, la memoria enseguida se encarga de hacerle justicia al film olvidándolo cuanto antes.