El cine español pasa por un gran momento y que cada vez haya un mayor interés por las películas de género juega un papel fundamental en que así sea. Es obvio que aún quedan espectadores anclados en ideas caducas para atacarlo con argumentos que dudo que llegasen a ser ciertos en algún momento, pero que desde luego no lo son a día de hoy. Álex de la Iglesia fue uno de los directores que más hicieron por luchar contra esos tópicos y ahora se ha decidido a dar una oportunidad a Juanfer Andrés y Esteban Roel produciendo 'Musarañas', su primer largometraje.
Conviene aclarar que no estamos ante la primera colaboración entre Andrés y Roel, pues hace tres años participaron en el Notodofilmfest con '036' (2011), un divertido cortometraje que parodiaba la burocracia administrativa española. En esta ocasión centran su mirada sobre el marcado catolicismo que hay en nuestro país para crear un estimable drama de terror que llega a los cines el próximo día de Navidad en el que por encima de todo destaca la trastornada protagonista interpretada con gran acierto por Macarena Gómez.
'Musarañas', terror clásico a la española
Si algo hay que saber de antemano sobre 'Musarañas', es que es una película que aborda el terror con un tono más clásico, ya que prescinde de los golpes de efecto gratuitos y prefiere que sea la propia evolución de la historia y el trabajo de puesta en escena lo que vaya creando un clima ligeramente malsano que, obviamente, estalla en su tramo final, donde el tono cambia de forma notable -se deja de lado la contención dramática anterior en beneficio de algo más grotesco y divertido-, siendo entonces cuando entendemos mejor el hecho de que Álex de la Iglesia se haya implicado como productor.
Es una pena que Andrés y Roel no aprovechen mejor el hecho de que la acción se sitúe en los años 50 -es algo que se percibe, pero que podría y debería haberse explorado más y mejor-, pero el hecho de que transcurra en su práctica totalidad en interiores también tiene su ventaja, pues se consigue potenciar una cierta sensación de claustrofobia sin tener que hacer especial hincapié en ello. De hecho, se nota bastante que es su primer largometraje, ya que prefieren no arriesgar demasiado, lo que les lleva a manejar la cámara con mucha corrección -sobre todo para destacar detalles visuales concretos-, pero sin esa chispa necesaria para terminar de potenciar la atmósfera que buscan.
Lo que resulta más interesante es el dibujo que hacen de dos mentalidades contrapuestas a través de las dos hermanas protagonistas, con la mayor anclada hasta límites enfermizos en el pasado con su retorcida visión de la realidad muy influenciada por tradiciones católicas, mientras que la menor, una correctísima Nadia de Santiago, simplemente quiere volar libre y llevar una vida normal. Andrés y Roel gestionan este punto como motor narrativo bastante bien, tanto en las escenas que comparten entre ellas como en las diferentes charlas que tienen por separado con el personaje interpretado por un eficaz pero algo deslucido Hugo Silva.
Sin embargo, la gran protagonista de la función es Montse, un personaje muy complicado que parece haber nacido para tener el rostro de Macarena Gómez, pues su propia cara ayuda a transmitir muchas de las emociones que buscan sus directores. Además, sus reacciones gestuales y hasta su propio tono de voz según el estado anímico por el que pase ella está muy bien reflejado por su parte, siendo la única pega que haya ciertas decisiones de guión un poco cuestionables para dibujar al personaje, lo cual puede llegar incluso a transmitir la idea de una cierta tendencia a la sobreactuación que para nada comparto.
Religión, represión y muerte
El pasado juega un papel clave para entender a Montse y en él encontramos -rancias- tradiciones religiosas, traumas familiares -no termino de tener del todo claro hasta qué punto disfruté con las apariciones de Luis Tosar, ya que el actor aporta su talento habitual, pero esas visiones no funcionan siempre igual de bien a efectos narrativos, lo cual resta fuerza a lo que debería haber sido uno de los puntos fuertes de 'Musarañas'- y una evidente incapacidad para poder conectar emocionalmente con los demás por lo reprimida que está a todos los niveles -sobre todo en lo sexual-, ya que ni siquiera ella misma quiere realmente cambiar, sino poco menos que forzar a su hermana ser como ella.
La aparición del personaje al que da vida Silva es lo que hace que su vida se trastoque y ella misma quiera evolucionar, pero de una forma retorcida y completamente acomodada a sus necesidades. Es ahí donde se echa en falta una mayor garra tanto en el guión como en el trabajo de puesta en escena, pues lo que podría haber tenido un toque malsano la mar de estimulante queda reducido a momentos muy puntuales. En lo positivo, su progresiva evolución hacia lo esperpéntico, muy vinculado a la presencia de la muerte en el relato, funciona mucho mejor de lo esperado, como también lo hace su efectivo y consecuente giro final.
En definitiva, 'Musarañas' es una película apreciable y entretenida en la que brilla con luz propia Macarena Gómez, pero también es un relato que podría haber dado mucho más de sí. Quizá a eso ayuda su tendencia hacia el humor negro, algo que le sienta de fábula durante su tramo final, pero que Andrés y Roel no consiguen equilibrar con acierto con su vertiente más dramática y terrorífica. Con todo, no dudo que será mucho mejor que el otro estreno español de esta semana que ha sido vapuleado sin piedad.
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