El enorme éxito de ‘El sexto sentido’ (‘The Sixth Sense’) acabó haciendo casi más mal que bien a la carrera de M. Night Shyamalan, ya que todos sus trabajos posteriores fueron inevitablemente comparados con la película protagonizada por Bruce Willis en general y con su giro final en particular. Eso se agudizó tras el merecido batacazo sufrido con ‘La joven del agua’ (‘Lady in the Water’) y tuvo que esperar hasta la notable ‘La visita’ (‘The Visit’) para que el viento volviera a soplar a su favor.
Con ‘Múltiple’ (‘Split’) tenía que confirmar esa reconciliación con crítica y público, y parece que lo ha logrado, ya que ha arrasado en la taquilla norteamericana, mientras que la recepción por parte de la prensa especializada también ha sido mayoritariamente positiva. En mi caso creo que ha dado un pequeño paso atrás respecto a su anterior trabajo, pero también que es una propuesta notable con la que Shyamalan demuestra que sigue en forma.
Shyamalan se reinventa
Uno de los rasgos habituales del cine de Shyamalan es su cuidado trabajo de puesta en escena, sobre todo en lo referente a la composición de planos, y quizá por ello llama la atención que en ‘Múltiple’ ha optado por algo diferente. Él mismo ha señalado influencias tan singulares como la de la notable ‘Canino’ (‘Kynodontas’), por lo que en esa faceta quizá transmita la sensación que no es, ya que el director indio vuelve a controlar con mano maestra todo lo que sucede.
Además, esa decisión formal, a la que uno se acostumbra con rapidez, también encaja hasta cierto punto con el trastorno que sufre el protagonista. Ya en ‘La visita’ demostró su capacidad para amoldarse a estilos diferentes -y en ese caso tan manoseado que fue poco menos que un milagro lo que hizo Shyamalan- y aquí que no tiene miedo a seguir experimentando, pero siempre cuidándolo todo al detalle, por lo que ‘Múltiple’ luce de maravilla en el apartado técnico, muy por encima de lo habitual en este tipo de thrillers.
Para lograr la atmósfera visual que buscaba no dudó en contratar a Mike Gioulakis, director de fotografía de la excelente ‘It Follows’. Lo curioso es que en esta ocasión tiene que jugar con espacios cerrados, por lo que no tiene que centrarse en resaltar el encierro, sino en la sensación de desamparo de las chicas secuestradas, potenciando al mismo tiempo el progresivo deterioro del protagonista, a lo que también ayuda la muy efectiva música de West Dylan Thordson, logrando que en ningún momento echemos de menos a James Newton Howard, su compositor habitual.
Es cierto que en lo visual no es una película tan poderosa como otros trabajos suyos -ahí igual entra el hecho de conseguir una mayor libertad a cambio de no tener un presupuesto más generoso-, pero es que tampoco busca otra cosa que no sea esa. Donde sí hay algún apunte más errático es en el desarrollo del guion, comprensible hasta cierto punto por la, literalmente, cambiante personalidad del protagonista, pero quizá se extiende más de la cuenta -no por mucha diferencia, pero ‘Múltiple’ es su película más larga hasta la fecha-.
James McAvoy es lo mejor de ‘Múltiple’
No obstante, Shyamalan es consciente de que la verdadera fuerza de la película está en el personaje interpretado por James McAvoy y en su relación con el de Anya Taylor-Joy, a la que no me cabe duda que fichó por su trabajo en la estupenda ‘La bruja’ (‘The Witch’). Hay una tercera para necesaria, la psicólogo encarnada con solvencia por Betty Buckley, pero funciona más que el público comprenda mejor la enfermedad del protagonista que para cualquier otra cosa, por lo que en sí mismo no resulta tan interesante.
Volviendo a McAvoy, he de confesar que hasta ahora me parecía un actor solvente del que nunca hubiera esperado nada que me fascinase. Por eso no me terminó de gustar saber que iba a ser el sustituto de Joaquin Phoenix, que tuvo que abandonar ‘Múltiple’ por problemas de agenda, pero una vez visto el resultado sólo me queda descubrirse ante el fantástico trabajo de McAvoy.
Está claro que McAvoy se enfrentaba a un gran reto al aceptar dar vida a un personaje con tantas caras, pero es que sencillamente lo borda, dando a todas sus personalidades un estilo muy diferenciado, empezando por la voz, continuando con sus reacciones gestuales -a veces no hace falta más para saber a quién estamos viendo exactamente- y hasta por la forma en la que se mueven. Lástima que no vaya a ser reconocida como se merece, porque dudo que haya muchas interpretaciones mejores a lo largo de 2017.
Por su parte, Taylor-Joy se mete en la piel de otro animal herido, la base que le permite diferenciarse de las otras dos chicas y saber cómo ha de reaccionar si no quiere acabar de mala manera. No me termine de convencer del todo la utilización de los flashbacks para explicar su situación actual, pero de eso ella no tiene culpa y además resulta decisiva para que su forma de ser no sea un enorme porque sí.
Además, existe la química necesaria entre ambos para que su relación consiga ser realmente fascinante y que no nos estemos parando a pensar cada dos por tres en que nosotros haríamos esto o aquello en determina situación. Esa relativa situación de igualdad también ayuda a que su desenlace funcione bastante mejor de lo que lo hace sobre el papel, aunque habría agradecido un desenfreno aún mayor. Me abstendré de entrar en cierto detalle clave -no dejéis que nadie os lo revele-, pero sí que me pronuncio a su favor, sobre todo por cómo está utilizado.
En definitiva, ‘Múltiple’ no es una gran película y tampoco uno de los mejores trabajos de M. Night Shyamalan, pero sí es la confirmación definitiva de que está de vuelta -aunque no creo llegase nunca a irse del todo-. El impresionante trabajo de James McAvoy y el gran contrapunto que ofrece Anya Taylor-Joy redondean una de las cintas de terror más disfrutables que vamos a ver durante 2017, y también la que más va a dar de qué hablar. No os la perdáis.
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