Han pasado ya casi quince años desde el inicio del Universo Cinematográfico Marvel, y por muchos millones que sigan suponiendo para las arcas de Disney hay algo que las producciones han ido perdiendo por el camino a medida que aumentaban el presupuesto y los efectos especiales. En un mundo en el que lo que más parece importarle al público es saber cuándo se van a cruzar dos personajes o cuál es la escena postcréditos, la magia y la inocencia de los inicios se ha diluido casi por completo.
Puede que ‘Caballero Luna’, ‘Loki’ o ‘Doctor Strange en el multiverso de la locura’ te gusten más o menos. Puede que creas que son obras maestras o productos para bebés. No importa: en un universo tan constituido como este, en el que el público tiene una lista de cosas que tienen que pasar en su cabeza antes de entrar, es casi imposible sentir que algo es absolutamente fresco, innovador y diferente.
Por suerte, ‘Ms Marvel’ ha encontrado de nuevo eso que hacía especial a esta saga en una serie que no gustará a los que se quejan del humor, los que ponen comentarios sobre “la diversidad forzada” ni a los que odian las series adolescentes, pero que enamorará a muchísimos otros. Bienvenidos a Jersey City. Esperamos que sobreviváis a la experiencia.
Poderes de quita y pon
Empecemos con el elefante en la habitación. Ha habido muchas quejas (antes de ver un solo episodio, claro) sobre los poderes de Kamala y su origen. Vamos a hablar de eso, por supuesto, pero antes un pequeño aviso: soy un fan acérrimo de los cómics del personaje, su mundo en viñetas me apasiona y defendería en cualquier sitio su honor como uno de los cinco mejores personajes jamás creados por Marvel.
Dicho esto: ¿Han cambiado sus poderes? En parte, sí. ¿Su origen es completamente diferente? Por suerte, sí. ¿Afecta al personaje que quieres? Para nada. Me explico.
Si la fidelidad al material original es muy importante para ti, vas a odiar todo lo relacionado con los poderes de Kamala Khan, pero si te paras a pensarlo un momento, su nuevo origen tiene más sentido y la liga más con su pasado y su personalidad que el canon comiquero. No hay Nieblas Terrígenas, ni hay Inhumanos (por suerte): su poder no proviene de una aleatoriedad superheroica y en su lugar hace más rica la personalidad de un personaje que ya de por sí es absolutamente delicioso.
Lo que menos han importado en ‘Ms Marvel’ siempre han sido los superpoderes. Lo que de verdad hace especial a un personaje como este es su personalidad única, y desde el minuto uno podemos ver el espíritu tras las viñetas traducido tal cual a lenguaje audiovisual: las situaciones patéticas, divertidas, incómodas, el primer crush, las conversaciones con la familia, la empatía, la falta de sensatez, la rebeldía, los cambios en la vida… es posible que nunca antes Marvel haya entendido tan bien a la primera a uno de sus personajes a la hora de trasladarlo a la pantalla.
Vengadores de Hacendado, reuníos
Marvel siempre ha jugado con su propio legado y con lo que significan los superhéroes en ese mundo, como vimos en ‘Ojo de halcón’ y su fabuloso musical ‘Rogers!’ (la mejor escena postcréditos, le pese a quien le pese), pero ninguna ha explorado tanto la profundidad y el fanatismo por la herencia superheroica desde el punto de vista del ciudadano de a pie como ‘Ms Marvel’. Y es que, como si de un ‘Marvels’ contemporáneo se tratara, centra el punto de vista en una fan que va a convenciones, hace cosplay, escribe fanfics, escucha el podcast de Ant-man y cuyo ídolo es, por supuesto, Capitana Marvel.
Podría haber corrido el peligro de quedar autocontemplativo, de ser demasiado meta o resultar cargante, pero es todo lo contrario: esta celebración de los superhéroes más allá de la seriedad impuesta en, por ejemplo, la exposición de Capitán América en ‘Falcon y el Soldado de Invierno’, muestra que, pese a que los mundos colapsen, Thanos chasque los dedos y los héroes mueran, la vida sigue. El arte continúa. La curiosidad eterna nunca acaba. ‘Ms Marvel’ es un canto de amor hacia los fans que llevan apoyando las películas y series durante todos estos años, pero no es lo único que la define.
Kamala Khan no es solo una fan de los superhéroes que sube vídeos a YouTube con fanfics caseros: también es musulmana, adolescente, estudiante y, ahora, superheroína. Y son todas las facetas de su vida, juntas, en su goteo, las que crean un personaje humano con muchas capas del que es imposible no enamorarse. Eso sí, es cierto que sus tramas no están todo lo bien balanceadas que deberían: el primer episodio se centra en ella como fan y cosplayer pero ya en el segundo parece dejarse de lado para centrarse en otro rasgo de su personalidad. No es en lo único que estos dos capítulos se diferencian.
Fantasías animadas de ayer y hoy
El primer episodio de ‘Ms Marvel’ encuentra su propia voz rápidamente, tanto temática como visualmente. Es una delicia absoluta, dirigida con precisión, utilizando planos con impresionantes travellings, trucos de cámara y pequeñas animaciones que acompañan a los personajes.
Estos pequeños momentos son un recurso de lo más original (ojo a las conversaciones por WhatsApp entre Kamala y Bruno), y ayudan a dar a las escenas un tono auténtico, fresco, novedoso y diferente, convirtiendo este piloto en una de las cosas más estimulantes que la empresa ha hecho en los últimos años.
Es cierto que en el episodio dos el tono se vuelve más convencional a medida que la trama se va desarrollando (uno de los temores más grandes de la serie, que al final pierda su frescura al entrar en el mundo superheroico en sí), y nunca llega a ser tan brillante como el anterior, pero tampoco aburre ni frustra: ‘Ms Marvel’ es una serie que se sabe especial y va a hacer todo lo posible por enamorar al espectador que puede estar receloso de los nuevos héroes de la Casa de las Ideas.
Sin duda, en este ambiente de novedad y frescura, una de las piezas fundamentales es Iman Vellani, un hallazgo del departamento de casting que, simplemente, es Kamala Khan desde la primera vez que aparece en pantalla. Tanto ella como toda su familia y amigos parecen sacados directamente de las viñetas, aunque algunos de ellos –reconozcámoslo- tampoco desentonarían en ‘Élite’. En todo caso, ningún personaje está de más, todos aportan a la trama y se van dejando pequeñas semillitas que recoger en el futuro, haciendo casi imposible escoger tu escena favorita. Dadle una oportunidad, de verdad: no os arrepentiréis.
Mi compañero Mikel definía la serie como una mezcla entre ‘Yo nunca’ y ‘Red’ (al menos en el piloto) metidos en la batidora Marvel, y no es mala comparación: aunque a veces utiliza códigos de sitcom, se permite hacer todo tipo de locuras y experimentos con su montaje, desde momentos musicales hasta secuencias de animación, romances adolescentes en ciernes y hasta villanos racistas en busca y captura de superhéroes. ‘Ms Marvel’ no se ha dejado nada en el tintero, ha apretado el acelerador y ha dejado como resultado una pequeña gran maravilla que ningún fan debería perderse.
En resumidas cuentas
‘Ms Marvel’ es un soplo de aire fresco en Marvel que ya venía necesitando desde hace tiempo. Su esfuerzo por ser única, diferente y especial cobra sus resultados: no hay una producción en el UCM tan divertida como esta, que decide sacrificar la acción superheroica por el retrato de un personaje fascinante que vais a amar desde el primer minuto. Una de las grandes sorpresas del año.
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