Tenemos que hablar de 'Ms Marvel'. Y ya puestos, de las series de Marvel en general, porque hay una pregunta genuina que deberíamos estar haciéndonos: ¿Las veríamos si no tuvieran el logo de Marvel Studios al principio? ¿Hacen honor a los personajes o son simples intentos de llamar la atención del fan y que no esté ni una sola semana sin pensar en superhéroes? El episodio 4 de la serie de Kamala Khan no ayuda, mostrando al mismo tiempo las mejores partes del Marvel seriado... y, desde luego, las peores.
¡Ojo! A partir de aquí hay spoilers. Sigue leyendo bajo tu responsabilidad, verdadero creyente.
Viaje a Karachi
Mi mayor problema con 'Ms Marvel' es que no ha respondido a lo que prometía en el primer episodio, una oleada de creatividad con animación acompañando a los protagonistas, un estilo visual propio y un tono que no se avergonzaba de ser profundamente adolescente. En el episodio 4, la serie no tiene nada de lo que la hizo especial visualmente, y más allá del cambio de escenario y algunos de los temas a tratar, ya es una serie Marvel más.
En este caso, después de ver el tren que trajo a su abuela de India a Pakistán, Kamala decide ir a Karachi, donde conoce a Daga Roja. En los cómics, este número es muy emocional y sirve para que nuestra protagonista entienda quién es, vuelva a unir lazos con su pasado y descubra que realmente es necesaria en Nueva Jersey más que allí. El episodio televisivo despoja al cómic de toda emoción y se lía dándole vueltas a los orígenes de los poderes de Kamala.
Al menos mientras hablan del origen de sus poderes no tenemos que presenciar escenas de acción y persecuciones que parecen sacadas de 'Obi-Wan Kenobi' (esto no es un halago). Los poderes de Kamala podrían dar tanto de sí (hacerse gigante, alargamiento, etcétera) que reducirlos a poder crear escudos con las manos es, cuando poco, decepcionante. Han convertido a uno de los personajes Marvel más divertidos y originales en alguien totalmente anodino en cuanto a sus habilidades. Y, como fan, me duele decir esto.
Sube a mi tren azul
No todo es negativo en este episodio de 'Ms Marvel', que vuelve a acertar al mostrar el día a día de Kamala y su unión con la tradición. El Karachi que nos muestra no es un Karachi con conflictos, por supuesto: es un lugar feliz y dulcificado en el que se hacen hogueras en la playa, todo el mundo habla inglés y en las persecuciones se atropellan puestos de fruta... Pero al menos se atreve a mostrarnos otro lugar fuera de los Estados Unidos, y unirlo con la Partición y el pasado indio y pakistaní.
Uno de los problemas de 'Ms Marvel' es que quiere abarcar demasiado: es una historia de orígenes, pero también quiere contar la historia de Pakistán, mostrar los amores y desamores de Kamala, la rutina con su familia y los problemas de ser una joven musulmana en Estados Unidos. Y aunque sus intenciones son buenísimas, a la hora de la verdad el mejunje no es perfecto. La mitad de las tramas han tenido que ponerse en pausa para que la serie nos presentara nuevos personajes que se añaden al batiburrillo de caras que ya conformaban los tres episodios anteriores.
Al menos nos regala un estupendo plano final con un buen cliffhanger, viaje en el tiempo incluido, que, con suerte, puede enmendar la serie. Una vez que Kamala conozca el origen de sus poderes (y se dejen de jugueteos con sus capacidades inhumanas) quizá podamos ver unas escenas de lucha a la altura con unos enemigos que, más allá del nombre comiquero, no sorprenden ni convencen, quizá porque su historia es demasiado rocambolesca o porque hay demasiados conceptos al mismo tiempo.
Acción aguada
Quizá estoy juzgando 'Ms Marvel' más duro de lo que debería, pero lo cierto es que gran parte de los guiones no se sostienen. No importa lo que haga Kamala, las consecuencias nunca son especialmente duras. De episodio a episodio parece que se olvida lo que ha ido ocurriendo, y eso lleva a que todo gran poder conlleve cero responsabilidades. Hay personajes que mueren, otros que ven su boda arruinada, pero Kamala sigue haciendo lo que le da la gana sin control: es más, animada por su abuela.
Además, todo lo que la serie acierta en las distancias cortas (la conversación entre madre e hija, el primer encuentro entre Kamala y Daga Roja) lo rompe por completo en las escenas de acción y persecución, que, como digo, no sobreviven a las expectativas. Los cortes de edición hacen difícil saber lo que está pasando y la preparación de las mismas no se diferencia tanto de la de un videojuego malo, en la que cuatro malos caen de golpe del techo después de una escena de explicación larga y tendida.
Al final, ni los Clandestinos, ni la acción, ni la aventura, ni el origen de los poderes: si seguimos viendo 'Ms Marvel' es por Kamala, la sensibilidad que la serie muestra en los momentos más íntimos, el riesgo al contar algo tan cercano y al mismo tiempo lejano al resto del UCM y el casting perfecto de Iman Vellani. Ahora bien, es una pena que la serie se haya girado hacia el lado más prototípico de Marvel pudiendo ofrecer algo realmente único.
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