Cada vez son más las películas que nunca llegan a estrenarse en los cines españoles, ya sea porque simplemente no estaba previsto -los lanzamientos directos en dvd, blu-ray o sistemas de vídeo bajo demanda- o porque ninguna distribuidora tiene la suficiente confianza en ellas como para asumir los gastos necesarios para que lleguen a las salas de nuestro país. Una realidad triste pero inevitable, pues es comprensible si no les sale rentable estrenar cierto tipo de cintas.
La llegada de Netflix a nuestro país ha servido para que veamos algunas de sus producciones propias como la decepcionante ‘Special Correspondents’, pero también para dar difusión a esos títulos que de otra forma seguramente se quedarían inéditos en España. Hace poco pudimos ver un acercamiento de Hitler a la vida moderna en la curiosa ‘Ha vuelto’ (‘Er ist wieder da’) y ahora es el turno de ‘Mr. Right’, que se estrena hoy de forma exclusiva en dicha plataforma.
‘Mr. Right’ cuenta con el interés adicional de estar dirigida por Paco Cabezas, realizador español que dio el salto a Hollywood hace un par de años con la endeble ‘Tokarev’. Aquí tiene la oportunidad de lucirse algo más, contando además con la inspirada aportación de Sam Rockwell y Anna Kendrick, pero el libreto de Max Landis es tan lamentable que acaba hundiendo la película en el peor de los absurdos.
El farsante de Max Landis
Es inevitable que las malas experiencias previas nos lleven a la desconfianza, y eso es lo que me venía pasando con Max Landis hasta ahora. Su libreto para ‘Chronicle’ hizo que en Hollywood se fijasen en él y le confiasen proyectos que sobre el papel podían parecer interesantes. Después de ‘American Ultra’ y, especialmente, ‘Victor Frankenstein’ ya hasta tengo miedo de ver algo escrito por él y con ‘Mr. Right’ confirma esa tendencia.
La sensación que me ha quedado siempre es que crea puntos de partida estimulantes y a lo largo del metraje hay alguna idea interesante, pero también que no sabe desarrollar nada bien el material que tiene a su disposición y acaba creando un caos superficial que quiere aparentar ser guay cuando en realidad es incapaz de dar con un nexo real para la cansina dispersión resultante de su insistencia en intentar molar.
Eso es exactamente lo que sucede en ‘Mr. Right’, donde el mayor consuelo que queda es que su tendencia al híbrido no llega a resultar tan exasperante y soporífera como en ‘Victor Frankenstein’. De hecho, recuerda bastante más a ‘American Ultra’, tanto en lo argumental como en la dinámica que se crea entre los personajes de Rockwell y Kendrick, pero sus virtudes son incluso menores que en la cinta protagonizada por Jesse Eisenberg y Kristen Stewart.
Al igual que en aquella, se juega con un cruce entre la frivolidad y el peligro para intentar captar el interés del público, y sería injusto no decir que al menos logra despertarte la curiosidad por todo lo que rodea al personaje de Rockwell. Además, ese toque excéntrico ayuda a que los primeros pasos de su relación con Kendrick tengan cierto encanto, pero pronto llega la repetición, luego el desmadre y ahí pierde el norte dando vueltas sobre sí mismo.
Tengo claro que todo eso es hasta cierto punto buscado, pero lo que dudo mucho es que Landis quisiera que lo errático de su libreto, algo que no es del todo necesariamente malo, pero incluso el caos tiene que tener una serie de reglas para funcionar bien. Por desgracia, aquí se cofunde el tono desenfadado con un todo vale que da pie a efímeros chispazos echados a perder por una cansina anarquía que hace que el espectador llegue agotado al final.
’Mr. Right’, el resto algo mejora, pero es insuficiente
Sé que he dado más importancia de la habitual al guion, pero es que aquí resulta especialmente esencial para entender la película… y también para lamentarnos por la incapacidad de Landis para dar buen material tanto a Cabezas como a Rockwell y Kendrick. Del primero tengo claro que entiende lo que requiere una propuesta así, ya que una puesta en escena sobria y contenida habría sido un fiasco absoluta que habría hundido aún más a ‘Mr. Right’.
Con eso no quiero decir que la dirección de Cabezas sea siempre acertada -hay momentos puntuales algo desacertados, mientras que en otros añade brío al caos tonal que ha puesto en sus manos Landis-, pero sí que encaja con lo que requiere la película. Lo que sí, me gustaría destacar son ciertos problemas de naturalidad durante la pelea bajo la lluvia en el tramo final, pues fue el único momento donde noté algo realmente raro que no era culpa del guion.
Eso sí, son Rockwell y Kendrick los que evitan que la payasada que es ‘Mr. Right’ se convierta en un auténtico descalabro. Ambos entienden muy bien a sus personajes y se dejan llevar por ellos, lo cual me sorprendió especialmente en el caso de ella, a la que nunca había visto tan desatada como aquí. Lamentablemente, la evolución de Martha es posiblemente el mayor sinsentido de la función, por lo que su implicación acaba cayendo un poco en saco roto.
Algo mejor se maneja al protagonista, un lunático cuyo comportamiento básicamente siempre obedece a lo que le ha prometido a ello, resultando de lo más curioso que el origen del caos acabe siendo el personaje con una lógica mayor. En su caso acaba siendo la tendencia a la repetición lo que acaba restándole atractivo, pero Rockwell cumple tan bien con su cometido que eso es algo que me molesta mucho menos que el resto de numerosos defectos.
En lo referente a los secundarios, ahí es donde más se percibe eso que mencionaba más atrás de la necesidad de Landis de molar a toda costa, por lo que hay algunos que en algún momento pueden llegar a aportar algo gracioso, pero es tan efímero dentro del absoluto descontrol que o me molesta por ver cómo los desaprovechan -pienso en Tim Roth- o simplemente considero bultos para que la “historia” avance de alguna forma. Muy mal.
En definitiva, ‘Mr. Right’ tiene unos problemas de tono -y de muchas más cosas- tan graves por culpa del libreto de Max Landis que cualquier intento de salvarlo estaba condenado al fracaso. Por suerte, la dirección de Paco Cabezas y, sobre todo, la entrega de Sam Rockwell y Anna Kendrick ayudan a animar un poco la función para que acabe siendo una caótica payasada en lugar una penosa tomadura de pelo. Mejor mala que horrible.
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