La carrera de George Clooney no despegó hasta su participación en la televisiva 'Urgencias' ('ER', 1994-2009), serie que no dudó en abandonar en cuanto vio que tenía serias posibilidades de triunfar en Hollywood pese a la gran decepción tanto artística como comercial que fue 'Batman y Robin' ('Batman and Robin', Joel Schumacher, 1997). El prestigio tampoco tardó demasiado en llegar, algo en lo que fue decisivo su alejamiento del cine de corte más comercial con la relativa salvedad de la trilogía 'Ocean's Eleven' (Steven Soderbergh, 2001, 2004 y 2007), su salto a la dirección y el apostar por papeles en los que poder mostrar su talento dramático y no tanto su carisma, que era en lo que se había apoyado más en los años 90 del siglo pasado.
Ha llegado un punto en el que Clooney es una de las estrellas más respetadas y queridas de Hollywood, algo que no siempre juega a su favor, ya que sus trabajos como director siempre han despertado muchas expectativas desde el estreno de 'Buenas noches y buena suerte' ('Good Night, and Good Luck', George Clooney, 2005) y luego ninguna de ellas, por mucho que tanto 'Ella es el partido' ('Leatherheads', 2008) como 'Los idus de marzo' ('The Ides of March', 2011) sean cintas estimables, ha terminado de estar a la altura de lo esperado --o deseado--. Lo mismo ha pasado con 'Monuments Men' (2014), con la particularidad de que en esta ocasión esta peligrosamente cerca de ser una mala película.
La falta de garra de 'Monuments Men'
Sospecho que a muchos de vosotros no os importarán mucho los referentes de Clooney para 'Monuments Men', así que será mejor zanjarlo diciendo que si queréis ver una muy buena película con un tema similar, no dudéis en recuperar la estupenda 'El tren' ('The Train', John Frankenheimer, 1964). Y es que la cuestión no debería ser esa, sino la falta de valentía y ambición del protagonista de 'Los descendientes' ('The Descendants', Alexander Payne, 2011) para ir más allá de lo superficial en el caso que nos ocupa.
Este problema ya estaba presente de forma menos pronunciada en sus anteriores trabajos tras las cámaras, ya que Clooney nunca ha mostrado intención alguno de ofrecer nada novedoso en los géneros que ha abordado, prefiriendo amoldarse a sus constantes habituales y que sean el guión y los actores los que eleven el interés de la película. No tengo nada en contra de apostar por algo así y menos si cuentas con un gran reparto y una historia bastante interesante, pero es que los actores están muy lejos de su mejor nivel y el guión es harto irregular y roza lo deficiente en líneas generales.
Llama la atención que 'Monuments Men' sea el primer largometraje como director de Clooney en el que podemos decir que él es el protagonista de la función, ya que hasta ahora había preferido reservarse papeles secundarios más o menos jugosos --en 'Ella es el partido' era donde tenía más peso--. ¿Será que quería echar mano de su innegable carisma para intentar disimular las lagunas del guión, escrito también por él junto a su colaborador habitual Grant Heslov? Esa es la primera idea que pasó por mi cabeza, pero poco puede hacer si se apuesta por fragmentar la cinta en varios frentes sin estar él presente en todos.
Lo más probable es que Cate Blanchett se lleve dentro de unos días un merecido Oscar por su excelente actuación en 'Blue Jasmine' (Woody Allen, 2013) y lo cierto es que tampoco hay grandes pegas que ponerla en 'Monuments Men', pero Clooney es incapaz de conseguir que la línea narrativa que protagoniza funcione en ningún momento. La falta de química con un meramente correcto Matt Damon algo ayuda, pero el gran fallo es lo terriblemente previsible que todo resulta y la molesta sensación que deja de estar alargándolo todo más de la cuenta para que los dos actores tengan una mayor presencia en el relato.
Tampoco es que la cosa funcione mucho mejor cuando 'Monuments Men' se centra específicamente en la misión por separado de algunos de los hombres de Clooney, tanto por la existencia de ciertas sobrecargas dramáticas que no sólo no consiguen enganchar emocionalmente al espectador, sino que en algunos casos rompen el tono, estando a punto de hacerte desconectar de lo que sucede en pantalla. De hecho, cuando mejor funciona todo es cuando se apuesta por abordar las escenas con mayor ligereza --muy conseguido el momento que comparten Bill Murray, Bob Balaban y un soldado alemán--, pero esto va perdiendo peso a medida que avanza el metraje en beneficio de un drama rutinario en el que todo pretende ser tan importante que nunca llega a conseguirlo.
No tengo muy claro si la intención de Clooney era rendir un homenaje demasiado trascendental a los héroes detrás de una misión aparentemente absurda --personalmente me lo parece más la que se nos cuenta en 'Salvar al soldado Ryan' ('Saving Private Ryan', Steven Spielberg, 1998)--, pero su guión acaba sacrificando a los personajes --todos acaban representando lo mismo y poco importa la tan sencilla como efectiva diferenciación de sus personalidades conseguida durante los primeros 30-40 minutos-- en beneficio de ello. Era ahí donde como mínimo Clooney debería haberse arriesgado más en la puesta en escena, ya que había potencial de sobra para ofrecernos grandes escenas y no soluciones como el anodino y muy tramposo montaje paralelo para señalar las prisas que tienen que darse nuestros protagonistas para marcharse antes de la llegada de los rusos.
El hecho de ver justo después la horrorosa 'Cuento de invierno' ('A Winter's Tale', Akiva Goldsman, 2014) ayudó a minimizar la gran decepción que supuso 'Monuments Men', pero la realidad sigue siendo esa y es una pena, porque hay buenos momentos aislados --sobre todo en la primera mitad--, pero el bagaje final me obliga a hablar de ella como de una oportunidad perdida. Eso sí, mala no llega a ser, pero eso no va a consolar a ninguno de los que esperaban que fuera una gran película.
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