'La monja': mediocre nueva entrega del universo Warren aunque, al menos, no cae tan bajo como 'Annabelle'

Estaba claro que el enorme éxito de ‘Expediente Warren: The Conjuring’ iba a servir como excusa para una segunda entrega. Por suerte, James Wan volvió a asumir las labores de dirección y el resultado fue excelente, pero antes de eso tuvimos que ver ‘Annabelle’, el horrible spin-off con el que Warner quería seguir exprimiendo la nueva gallina de los huevos de oro del cine de terror.

Como sucede en muchos, su mala calidad no impidió que 'Annabelle' fuera un éxito comercial, por lo que poco después se lanzó una precuela bastante superior pese a no ser realmente nada del otro mundo. Ahora nos llega ‘La monja’, un nuevo spin-off y precuela de la franquicia que no llega a ser tan malo como la cinta dirigida por **John R. Leonetti, pero que acaba resultando un tanto ridículo y que se podrían haber ahorrado perfectamente.**

Endeble, tópica y un tanto ridicula

Recuerdo cuando vi a la siniestra monja de ‘Expediente Warren: El caso Enfield’ que quedé muy satisfecho con la utilización de la misma pero también que tenía muchas dudas sobre su validez para construir toda una película a su alrededor. Sospechaba que se iba a ir lo fácil de construir una atmósfera un tanto superficial que fuera perdiendo fuerza a medida que simplemente quedase claro que no había cómo estirar más la historia y así ha sido.

Parece que Gary Dauberman se ha convertido en el guionista oficial de los spin-offs de la saga, siendo él quien tiene que lidiar con criaturas que funcionan muy bien en pequeñas dosis e intentar construir una mitología interesante a su alrededor. Con Annabelle le costó dar con la tecla y tampoco es que se luciera y aquí simplemente expone una alarmante falta de ideas para construir una mitología propia que no beba de varios tópicos del cine de terror religioso.

El más llamativo es el de la posesión demoníaca, todo un clásico de este tipo de propuestas desde los tiempos de ‘El exorcista’ pero que aquí queda relegado a un apartado complementario -estoy cansado de los sentimientos de culpa de los curas por los traumas provocados porque un niño fuera poseído y lo mal que acabó, aunque justo es señalar que pasan por ello con cierta celeridad- y como amenaza latente.

El peligro principal es un nuevo ejemplo de qué diablos estás haciendo ahí cuando está bien claro que algo huele a podrido allí. Es evidente que eso sucede porque se desea que el espectador sea más consciente de ello para que los jumpscares puedan funcionar mejor. El problema es que esa predisposición se traduce también en que el espectador no entienda muy bien algunas acciones de los protagonistas, algo que daña el interés de la película.

Tampoco le viene nada bien la utilización de elementos dentro de la mitología de esa terrible criatura que chocan de entrada que solamente un buen desarrollo argumental o un muy inspirado trabajo de puesta podrían compensar. No sucede ni lo primero, llegando un punto en el que entendería que la reacción de algunos sea tomárselo a risa, ni lo segundo, aunque en este apartado sí hay ciertos aspectos positivos que conviene señalar.

No todo es malo en ‘La monja’

Con los elementos que manejaba Corin Hardy tampoco esperaba un milagro y él apuesta por intentar construir algunas imágenes con fuerza visual, consiguiéndolo en ciertas ocasiones, y por no detenerse nunca demasiado en nada, impidiendo así que al espectador le dé demasiado por pensar y ser consciente de lo que le están intentando vender. Por desgracia, eso no funciona durante todo el metraje, pero al menos hay movimiento y no es tostón como en el caso de ‘Annabelle’.

Por su parte, el reparto ni aporta demasiado ni llega a molestar, incluyendo los momentos en los que sus acciones son más difíciles de justificar o simplemente de creer. Esa pequeña dosis de convicción, sobre todo por parte de Taissa Farmiga y Demián Bichir, algo ayuda también a hacer su visionado más llevadero, pero a la hora de la verdad simplemente permiten que un material bastante deficiente no lo resulte tanto.

En definitiva, ‘La monja’ es una cinta de terror bastante discreta que agota rápidamente sus ideas y cuenta con un guion plagado de debilidades. Otros apartados lo compensan parcialmente, pero no lo suficiente para que salgas con la sensación de que se lo debían haber trabajado mucho más y que casi mejor que se dejen de spin-offs de cualquier criatura estimulante que salga en los Expedientes Warren.

En Espinof | Guía del Universo Warren: ponemos orden en el caos de conjuros, monjas y muñecas diabólicas

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