A lo largo de los 22 años que han pasado desde que Brian de Palma estrenase la primera y maravillosa 'Misión: Imposible', la que sin duda es una de las mejores y más sólidas sagas cinematográficas de la historia ha evolucionado muy positivamente a través de unas secuelas que han exprimido todo el potencial del material base; rizando el rizo hasta un punto en el que parece no haber cabida para la innovación o nuevas vueltas de tuerca.
Bajo este poco halagüeño panorama, Christopher McQuarrie se ha puesto de nuevo tras las cámaras al frente de la franquicia tras la notable 'Nación secreta' haciendo lo único que podía hacer para mantener viva —y de qué manera— la llama: subir las apuestas existentes a un nuevo nivel tomando como base un acertado "cuanto más grande, mejor". Una premisa que ha dado como resultado una descomunal y electrizante 'Misión: Imposible - Fallout' que se eleva como el mejor blockbuster de la temporada y una de las mejores cintas de acción de los últimos tiempos.
'Misión: Imposible - Fallout' da forma a lo largo de sus fugaces dos horas y media de metraje a la mejor entrega de la serie desde que se estrenase la cinta original en 1996. Un logro que consigue, en parte, gracias su magnífico equilibrio tonal y narrativo y, por encima de todo, al respetar a pies juntillas las señas de identidad que han hecho grandes las aventuras de Ethan Hunt y compañía, aportando un plus de espectacularidad a la fórmula preestablecida.
Una de estas marcas de la casa radica, como no podría ser de otro modo, en sus espléndidas set pieces. Unas escenas de acción que siempre han mantenido índices de calidad abrumadores, casi impensables, y que en 'Fallout' tocan techo en una frenética orgía de caos, muerte y destrucción que bien merece sus comparativas con 'Mad Max: Furia en la carretera' —aún imbatible en su terreno— por lo artesanal y preciso del inigualable show que brinda al patio de butacas.
De este modo, Christopher McQuarrie hace una exhibición de músculo y dominio del lenguaje cinematográfico envidiables; sucediendo en la pantalla tiroteos, peleas cuerpo a cuerpo, persecuciones sobre cuatro y dos ruedas —antológica la secuencia de conducción en París, capaz de sonrojar a la mismísima 'Ronin'— e incluso aéreas con un ritmo óptimo e incansable. Algo que se traduce en un visionado marcado por las mandíbulas desencajadas durante el que es harto complicado reprimir gestos de estupefacción y risas nerviosas fruto del asombro.
La otra gran clave que hace de 'Fallout' un blockbuster ejemplar —por no decir soñado— es su igualmente notable guión, escrito por el propio McQuarrie y poseedor de todo el espíritu que sentó cátedra en el filme de De Palma con su enrevesada trama de espionaje heredada por sus cinco sucesoras. Un auténtico festival del giro con dobles juegos, topos, sorpresas y un argumento demencial, excesivamente retorcido pero plenamente satisfactorio, que cohesiona elementos de anteriores entregas con inteligencia.
Pero más allá del aluvión de plot-twists —hay escenas en los que se suceden a pares, para deleite del respetable—, es muy de agradecer el mimo con el que el libreto trata a sus arquetípicos personajes; especialmente a la figura de Ethan Hunt. McQuarrie dota de cierta profundidad al espía, indagando en los rincones más oscuros de su psique, en los entresijos de su duro oficio y en los efectos que este tiene sobre su día a día y sus relaciones personales.
Si el abanico de protagonistas y secundarios brilla sobre el papel, estos destacan de igual modo personificados por un reparto entregado al cien por cien a la causa. Mientras los nuevos fichajes cumplen con creces su función —mención especial para un Henry Cavill que exuda carisma—, los veteranos, con sus papeles completamente interiorizados, se muestran en su salsa; destacando como es obvio un Tom Cruise que se gana cada centavo de su salario como el mejor efecto especial que podría contratarse en una producción de este corte.
Lejos de mostrar los claros signos de agotamiento que otras sagas cinematográficas dejan entrever tras, en algunos casos, un par de secuelas, 'Misión: Imposible' no sólo continúa en plena forma, sino que mantiene su racha ascendente en términos de calidad y diversión gracias a una 'Fallout' sencillamente ejemplar. De seguir con esta tónica, sólo queda esperar que la mecha la mecha que alimenta la franquicia no se apague en mucho, mucho tiempo.
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