La acumulación de nombres populares en el cartel de una película es una de las trampas más recurridas y eficaces que hay. Al margen de que muchas veces se coloca como protagonistas a actores que apenas tienen participación en la historia, la lista de películas malas, flojas, bobas o aburridas que tienen un puñado de famosos en sus carteles es muy extensa; y va en aumento, porque hoy en día cualquiera es famoso. Pero aun cuando lo sabemos perfectamente, por múltiples experiencias, seguimos cayendo. Nos autoengañamos al ver a un actor o un actriz que nos gusta. Así es como consigue atraparnos un producto como 'Mi vida es una ruina', cuyo indudable gancho es el reparto.
Pero incluso en estos casos, hay veces que el cartel funciona como una señal de "STOP". Lo puse entre los peores del año pasado, y creo que se lo merecía de verdad, porque es que lo ves y piensas: "esta película no hay quien la salve". Da igual quien actúe en ella, huele fatal. Sin embargo... Estamos acostumbrados, sobre todo en este país, donde los títulos y los carteles se modifican de forma increíble (de hecho, esto se llama 'Meet Bill', no 'My Life in Ruins'), a no dejarnos guiar demasiado por este tipo de apariencias, ya que también hemos visto carteles lamentables de películas estupendas. Así que, con escasos estrenos realmente atractivos, y con el reparto como única esperanza, uno se lanza a la piscina a ver 'Mi vida es una ruina'. Y, bueno, finalmente es justo lo que parece.
'Mi vida es una ruina', que por cierto se ha estrenado con dos años de retraso, es un título tonto y no tiene nada que ver con el original, pero sí con el argumento. Cuestión diferente es la frase con la que intentan vendernos la película: "Su vida era apacible y monótona... ¡Hasta que apareció ella!". Ajam. Como si hubieran dicho: "Su vida era aburrida sin sexo... ¡Hasta que aparecieron ellas!". Tiene la misma relación con este producto que la que han puesto en el cartel. Ninguna. No es más que otra lamentable trampa comercial para atraer al público, engañándolo sobre un posible conflicto amoroso a tres bandas entre Aaron Eckhart, Jessica Alba y Elizabeth Banks. Y lo más "gracioso" es que se da a entender que es Banks quien desestabiliza la vida de Eckhart, cuando en realidad interpreta a su esposa. Ya digo, nada que ver.
En realidad, 'Mi vida es una ruina', dirigida por Bernie Goldmann y Melisa Wallack (que es autora también del guión, por lo que hay que incluirla en la lista negra), gira en torno a Bill, un hombre que parece tenerlo todo, pero cuya vida es una farsa, realmente no tiene nada. Su matrimonio no funciona, su mujer le es infiel, y en su trabajo nadie le hace caso. En realidad, ése es su problema, se ha convertido en un pelele que no le importa a nadie. Principalmente, porque toda su existencia se basa en la unión con su mujer y la familia de ésta, que es quien dirige la empresa donde trabaja. Con la autoestima por los suelos, se convierte en tutor voluntario de un chaval de quince años, rico y malcriado, que le ayudará a dar el cambio que necesita en su vida.
Básicamente, el argumento se puede resumir en: un tipo amargado quiere cambiar de vida y que su mujer le quiera. Bien. El problema es que la historia resulta tan evidente y tan simplona, que uno ya sabe cómo va a producirse todo desde los primeros minutos, encontrándose con que, sin embargo, lo que debería ser el principio se alarga de forma innecesaria, se repiten un montón de situaciones de contenido similar, con supuestos momentos chistosos de los protagonistas. En lugar de apostar por el desarrollo de los personajes y los conflictos, de jugar con las posibilidades de un tipo como Bill en su empleo o con su mujer (en mi opinión, demasiado estúpida como para que nos creamos que Bill desea estar con ella), o de pasar página antes sobre estos elementos y tratar de ver qué podría hacer el protagonista para empezar una nueva vida, la película se queda en el mismo sitio durante demasiado tiempo, sin avanzar realmente hacia la consecución del objetivo de Bill. Y con un guión tan flojo como el de Wallack, sin nada (pero nada de nada) original o alejado de los tópicos, el desastre no es sólo la vida de Bill, también lo es la película que nos la cuenta.
De esta forma, el que Aaron Eckhart, Elizabeth Banks, Timothy Olyphant y Jessica Alba formen parte del reparto se convierte en poco más que una mera anécdota. Eckhart se pone el traje de payaso y no deja de hacer muecas en casi toda la película, además de mostrar orgulloso en varias ocasiones la gran panza que ha logrado modelar, suponemos que para meterse mejor en el personaje (algo así como lo que hizo Russell Crowe para 'Red de mentiras' y 'La sombra del poder'). El actor, de innegable talento, soberbio en 'En compañía de hombres', 'Gracias por fumar' o 'El caballero oscuro', patina totalmente en 'Mi vida es una ruina', interpretando a un personaje simple y bobo, desdibujado e incoherente. ¿A qué viene eso de depilarse el cuerpo entero? Por no hablar del cambio radical de actitud y de personalidad cuando, por fin, da el paso que uno está esperando desde el minuto dos. Increíble.
En cuanto a los demás, las dos chicas son guapas y se limitan a poco más que posar y mostrar una brillante sonrisa, aunque hay que destacar que Banks le gana la partida a Alba sin ningún esfuerzo (esta chica cada vez parece menos actriz y Banks está en su mejor momento). Por otro lado, Olyphant compone un divertido reportero de pueblo, guaperas y bastante patético, aunque le beneficia que no tiene muchos minutos en pantalla; el actor, cara de palo donde los haya (a la cuarta de 'Jungla de cristal' o a 'Hitman' me remito), sólo ha hecho algo bien en cierta serie ambientada en el salvaje oeste. Por último, Logan Lerman, el chaval de cejas depiladas que acompaña a Bill, es un absoluto incordio, con una pose de "chulito sabelotodo" realmente insoportable. Por cierto, hay una secuencia que me dejó K.O. y que debería hacer que el responsable de que se incluyera en el metraje final abandonara inmediatamente cualquier relación con el cine. No sé de quién fue la idea, pero insertar, sin motivo alguno, una secuencia de Lerman probándose lencería delante de una risueña Alba, a lo 'Pretty Woman', es de locos.
En definitiva, 'Mi vida es una ruina' es una película completamente fallida, como comedia y como vehículo de lucimiento para un actor como Aaron Eckhart, que se ha equivoca con su personaje (Nicolas Cage, por ejemplo, lo hace mejor con un personaje parecido en la entretenida 'El hombre del tiempo'). Tampoco me entendáis mal, esto no es un bodrio, tiene algunos momentos divertidos, y si os pilla un día tonto, puede que incluso os entretenga, pero no se os ocurra verla en un estado normal de vuestro cerebro, porque lo más probable es que os resulte una pérdida de tiempo y una tomadura de pelo. En estos casos es cuando uno debe pensar en el videoclub (o en la colección de DVD, si se tiene) y dejar el cine para algo más interesante, que merezca el pago de la entrada.