'Mi primer beso': la comedia romántica de Netflix va de más a menos para acabar sumida en la mediocridad

'Mi primer beso': la comedia romántica de Netflix va de más a menos para acabar sumida en la mediocridad

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'Mi primer beso': la comedia romántica de Netflix va de más a menos para acabar sumida en la mediocridad

Netflix es poco dada a compartir datos concretos de seguimiento de sus series o películas, pero hace unos meses sí aclaró que ‘Mi primer beso’ y ‘A todos los chicos de los que me enamoré’ habían sido sus dos películas más revisionadas en 2018. Entre ambas sumaban más de 80 millones de reproducciones y casi el 50% de espectadores que vieron cualquiera de ellas lo volvieron a hacer tiempo después.

En mi caso no sentí especial interés hacia ninguna de ellas cuando se estrenaron, pero la curiosidad me pudo y he acabado viendo ambas. Primero fue ‘A todos los chicos de los que me enamoré’, una comedia romántica con encanto cuyo éxito es fácil de entender, y ahora ha sido el turno de ‘Mi primer beso’, una cinta refrescante en su arranque pero cuyo interés pronto decae para acabar resultando una película mediocre.

Un curioso punto de partida

Escena Mi Primer Beso

Hace tiempo que perdí la esperanza en cualquier tipo de innovación dentro de la comedia romántica comercial. Hay unos ingredientes que funcionan y lo único es que los responsables sepan manejarlos de forma adecuada y hagan lo posible para que tenga el encanto o la frescura necesaria para que uno no se pare a pensar que vuelve a ser lo mismo de siempre.

Eso es algo que ‘Mi primer beso’ maneja bastante bien durante su primer acto al centrarse más en la relación entre una adolescente y su mejor amigo. En otro escenario eso llevaría a la aparición de un inevitable interés romántico mutuo -alguna confusión intermedia y al final los dos juntos y comiendo perdices en el sentido figurado-, pero aquí afortunadamente no sucede eso.

Imagen Mi Primer Beso

La amistad entre ambos es tan especial que incluso tienen una serie de normas ideadas cuando apenas eran unos niños. Muchas de ellas se irán mencionando en un momento u otro, pero la realmente esencial para la evolución de la historia es esa que prohíbe que cualquiera de ellos se relacione románticamente con algún familiar del otro. Seguro que ya habréis adivinado que eso es exactamente lo que sucede, siendo ese el verdadero conflicto de ‘Mi primer beso’.

Apenas son necesarios unos minutos para que quede claro que el personaje de Joey King se siente atraída hacia el hermano -Jacob Elordi- de su mejor amigo -Joel Courtney-. Ahí es donde ‘Mi primer beso’ se enfrentaba a la decisión de jugar un poco con eso o de acabar cayendo en todos los clichés posibles de estas películas. Opta por lo segundo - tampoco es que tuviera mucho margen al ser la adaptación de una novela de Beth Reekies-.

‘Mi primer beso’ acaba hundiéndose

Mi Primer Beso Escena

De hecho, el propio concepto de la película ya tiende hacia una sexualización de algunos personajes que resulta un tanto chocante, algo que incluso se traslada a dos de los tres personajes centrales. En el caso de King es algo que va normalmente vinculado a la necesidad de crear una confusión o un lío que haga avanzar la historia, mientras que Elordi ya es presentado de entrada como el “buenorro” del instituto.

Todo ello deriva hacia un matiz sexista que se integra a todos los niveles en ‘Mi primer beso’. No es especialmente nocivo o diferente respecto a lo que hemos visto en otras producciones de este tipo, pero llega en un momento en el que uno no esperaría ver algo así en una cinta que ha gozado de tanto éxito. Podríamos achacarlo al hecho de que los protagonistas sean adolescentes, pero tampoco debemos comprarlo como algo normal por ese hecho.

La progresiva pérdida de interés de ‘Mi primer beso’ se vincula a eso y lo refrescante de esa amistad también va contaminándose y ni siquiera el obvio giro final logra salvarlo -aunque la química entre King y Courtney siga siendo lo mejor de la función-. Eso es algo que también se traslada a la actitud de la protagonista, cuyo encanto inicial se diluye y ni siquiera la entrega de King evita que pierda nuestro aprecio. Al final uno simplemente quiere que la cosa se acabe, pero ojo, que ya está confirmada la secuela y no puedo decir que carezca totalmente de sentido hacerla…

En definitiva, ‘Mi primer beso’ va de más a menos. Sus primeros minutos se ven con agrado, pero la cosa se complica una vez se ponen todas las cartas encima de la mesa y todo resulta cada vez menos interesante por lo tópico que resulta y por la incapacidad de Vince Marcello, director y guionista de la película, para manejarlo de tal forma que compense sus obvias limitaciones.

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