La única razón que se me ocurre del porqué del estreno de esta película (el próximo viernes entre nosotros) es el hecho de que uno de sus actores es Shia LaBeouf, quien muy pronto se convertirá en una estrella absoluta gracias a Michael Bay y Steven Spielberg, asi que nuestros inteligentes distribuidores debieron pensar que era buen momento para ir abriendo boca, y los espectadores vayamos comprobando las cualidades interpretativas del muchacho. Lo que me queda muy claro es que no ha sido para que todos podamos comprobar cómo fue la adolescencia de un tipo llamado Dito Montiel, que escribió un guión titulado 'A Guide to Recognizing your Saints' (por cierto, el título original de la película), y que él mismo ha tenido la osadía de dirigir, en el que es su primer trabajo para el cine.
Su argumento, bastante difuso, tiene dos líneas narrativas. Por un lado, la adolescencia de Montiel a mediados de los 80 en un barrio de Nueva York, las relaciones que tenía con su padre y sus amigos de barrio. Y por otro, 20 años después, cuando Montiel regresa a ese barrio porque su padre está enfermo, y de cómo los recuerdos de los tiempos pasados siguen presentes.
La historia no tiene ni el más mínimo interés salvo para todo aquellas personas cercanas a Montiel, o sea, sus amigos y sus familiares. Montiel puede querer mucho su vida y tenerle mucho cariño a sus recuerdos de mediados de los 80, pero no nos hace partícipes en ningún momento, no logra transmitirnos esa posible emoción. Ni siquiera logra que empaticemos con alguno de los personajes, algo que nos resultaría muy fácil a los que tenemos la misma edad que Montiel. El mayor problema de la cinta es que el director fracasa totalmente en su labor, algo que me resulta de lo más curioso, ya que la película ganó el premio a la mejor dirección en el festival de Sundance, pero su dirección es precisamente lo peor. Montiel no sabe filmar una simple conversación de tres personajes en una cocina mientras discuten, uno nunca se entera de nada, y los diálogos a veces parecen de completos besugos. Y así todas las secuencias.
Las dos líneas narrativas está utilizadas a la buena de Dios, sin ningun tipo de coherencia, ahora estoy en el presente, ahora en el pasado. Evidentemente ambas historias tiene una evolución, la cual es bastante fácil de seguir, pero los saltos de una a la otra están totalmente desaprovechados, no teniendo ninguna relación entre sí. Es más, la película podría haber estado narrada convencionalmente siguiendo el orden cronólogico de los hechos, y probablemente hubiera tenido más fuerza.
Lo mejor de la cinta son los actores que la pueblan, y ahí desde luego Montiel se ha rodeado de un elenco en verdad envidiable. Robert Downey Jr. que es uno de los productores (ahora entiendo muchas cosas) interpreta alpersonaje central, o sea, el propio Montiel, en la actualidad. El actor está bastante serio y convincente. A su lado, los veteranos Chazz Palminteri y Dianne Wiest, interpretando a sus padres, y aunque ambos ofrecen lo que cabría esperar de ellos, también es cierto que ambos personajes están un poco deslucidos, como prácticamente todos los demás. Incluído el del propio Montiel cuando éste es un joven de 16 años, papel interpretado por LaBeouf, que no es para que esté para tirar cohetes con su trabajo, pero logra hacer algo distinto a lo típico que hacen los actores de su generación, o sea, nos creemos el personaje.
Pero en definitiva es una película muy floja, que no empieza mal con una secuencia bonita, pero que enseguida se desinfla. Y es un pena porque este tipo de historias suelen quedar bien en el cine, con su carga de nostalgia y emotividad, precisamente dos cosas que le faltan a 'Memorias de Queens'.