‘Más allá de la duda’ (‘Beyond a reasonable doubt’) es la adaptación que hace Peter Hyams de la película homónima de 1956, dirigida por Fritz Lang. Este remake, que se etrena mañana, día 10 de julio, está protagonizado por Michael Douglas, Jesse Metcalfe (‘Mujeres desesperadas’) y Ambert Tamblyn (‘The Unusuals’).
En ‘Más allá de la duda’, un joven periodista quiere abandonar sus reportajes de baja estofa dando un pelotazo con una gran noticia: el fiscal del distrito, candidato a gobernador, introduce pruebas falsas en los casos para permanecer imbatido. Como el periodista no puede demostrar nada, urdirá un complicadísimo plan para que lo incriminen sin pruebas y así demostrar que el fiscal estaba jugando sucio.
Siempre cuestionamos que se repitan películas que no necesitaban un rerrodaje. Pero en este caso, preguntárnoslo todavía tiene más sentido, ya que Hyams llega a un resultado muy pobre precisamente por ser hereditario de una historia de suspense que en su momento sería sorprendente, pero que hoy en día no cuela. En este más de medio siglo, los espectadores nos hemos vuelto muy sabihondos con respecto a algunos aspectos policiales y, por ello, ni los giros que aparecen en esta película impactan, ni los pequeños errores o cabos sueltos del guión se perdonan.
El cine negro de los años cincuenta tenía una fotografía maravillosa y una atmósfera que te hacía penetrar en la historia. Fritz Lang, en particular, era un maestro en estos aspectos. Hyams, por el contrario, rueda una película fea, de planos poco favorecidos y con una ambientación tan deslucida que parece que representase los años ochenta. Si vamos a perder estos atributos, sin ganar a cambio nada en actualidad, el remake no sólo es una forma fácil de explotar un producto, sino, además una mala decisión a todas luces.
El ritmo del film no compensa los puntos negativos mencionados, ya que ‘Más allá de la duda’ incluye muchas escenas donde la trama y la acción parecen detenerse y que, a simple vista, daría la impresión de que sobran.
Ninguno de los dos actores protagonistas, Metcalfe y Tamblyn, destaca por su gran labor interpretativa. No se puede decir que estén mal, porque su trabajo resulta solvente, pero no aportan ninguna personalidad especial a sus personajes. Michael Douglas tiene un papel muy corto con apenas algún momento de lucimiento y, si bien es el más famoso del reparto y el que podría hacer que muchos espectadores se animasen a ver la película, tampoco es que se trate de un grandísimo intérprete. Su personaje en ‘Más allá de la duda’ lo podría haber encarnado cualquier otro actor de su edad, con un resultado similar. Joel David Moore, en el papel del amigo del protagonista –siento haber escrito esas palabras pues, para quien haya visto unas cuantas películas, suponen un spoiler sobre el destino de este personaje—, puede ser el que más gracia y autenticidad tenga, como ocurre muchas veces con los secundarios.
Al menos hay un aspecto donde se puede apreciar una actualización del guión. El personaje femenino ya no es únicamente la prometida del protagonista e hija del antagonista. Ella es una abogada que trabaja en la oficina del fiscal y desempeñará un papel importante en la investigación.
Tras una crítica tan devastadora parece que no correspondiese darle dos estrellas, pero el caso es que ‘Más allá de la duda’ se puede ver sin mayor problema, entretiene lo justo y puede acabar sorprendiendo. Es claramente inferior a muchos capítulos televisivos de series policiacas y estaría mejor como directo a DVD que como estreno en salas, pero no se merece un despelleje absoluto.
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