En la insaciable curiosidad cultural del cineasta Martin Scorsese, que no por casualidad es uno de los más grandes artistas del último tercio del siglo XX, el cine ocupa un lugar prominente, claro, pero no superior a su pasión por la música. Ya he comentado aquí que su amigo músico Robbie Robertson declaró que de vez en cuando ha de pedirle a su colega Marty que baje un poco el volumen o detenga la música durante unos pocos minutos, lo que es bastante revelador. Cuando a principios de la pasada década el mánager de Bob Dylan, Jeff Rosen, comenzó a recopilar todo tipo de material audiovisual inédito, y vio la posiblidad de un documental importante sobre la figura de Dylan, sólo pensó en llamar a Martin Scorsese, que todavía estaba en labores de montaje de ‘Gangs of New York’ (id, 2002), pero que enseguida aceptó gustoso el proyecto, ayudando en la inmensa recopilación, que se prolongó durante cuatro años más, mientras el eminente director iba ordenando las piezas del puzzle, para hacerlo realidad en 2005.
De vez en cuando el destino y el azar confluyen. Vamos, que algunos proyectos parecen predestinados a hacerse realidad. Que Scorsese, que tanto ama la música, haga el documental sobre un hombre que para muchos personifica la música folk norteamericana del siglo XX, representa en sí mismo un acontecimiento cultural. Pero además, ‘No Direction Home: Bob Dylan’ (id, 2005) es un trabajo monumental de casi cuatro horas de duración que se erige en una imprescindible lección de cine documental, por la inagotable audacia formal en la heterodoxa construcción de su mirada a uno de sus grandes ídolos, por el sorprendente empleo del documental no como género de conocimiento o divulgativo, sino ante todo como el medio perfecto para mostrar la belleza en estado puro, prescindiendo de la tendenciosa arma de la ficción. Tanto es así, que quizá estemos hablando de la última gran obra maestra de Scorsese como director, ya que en los últimos años sus ficciones han perdido algo de la poderosa singularidad de otras décadas.
No deja de ser sintomático de estos tiempos, en los que Estados Unidos, o lo mejor de él, trata de regresar a sus orígenes, o de averiguar en qué punto perdió el rumbo, que en los últimos años tanto Scorsese como Todd Haynes, hayan invertido tanto esfuerzo y dinero en sendos proyectos sobre el músico nacido en Duluth (Minnesota), quien de alguna forma se ha convertido en un cronista de la pérdida de inocencia de ese país, y en todo un símbolo de sus valores más progresistas. Pero mientras el magistral ‘I’m Not There’ (id, 2007) de Haynes alentaba los ecos más románticos del artista, la propuesta de Scorsese, quien “se limitó” a ordenar el material previo, se acerca más a una intención lírica: la de situar al mito en sus primeros años, situar con exactitud los primeros peldaños en su escalada hacia la inmortalidad estética, y detenerse ahí, para que el espectador, ahora ya correctamente situado, pueda indagar en su trayectoria posterior. En otras palabras, Scorsese coge de la mano al espectador y le muestra de manera deslumbrante un conjunto de entrevistas e imágenes nunca vistas, y en su compañía comprendemos un poco mejor la esencia de la belleza musical y su creación.

Que Scorsese no creara personalmente las imágenes que componen este trabajo, al final es poco o nada relevante, porque ‘No Direction Home: Bob Dylan’ es un título profundamente scorsesiano, en el que la personalidad artística (algo de lo que hace poco hablábamos con los lectores en los comentarios) del cineasta, se muestra con una nitidez apasionante. La película comienza muy significativamente en 1966, fecha en la que se tomó la foto que aparecen en la portada del filme, y que hemos incluido arriba del todo de este análisis. Ese año Dylan llevó a cabo una gira mundial que le llevó por casi toda Europa, en la que al mismo tiempo que constataba un éxito popular arrollador, era acusado por algunos de traidor a su estilo y sus raíces, ya que había incluido música electrónica en sus últimos trabajos. Acontecimiento anímico y social profundamente scorsesiano, por tanto, en el que el artista es amado y odiado a partes iguales y por ello se muestra más humano y quizá frágil, acentuado por el accidente que sufrió en 1967 y que tanto tiempo le mantuvo alejado de los escenarios. La escisión personal y estética de Dylan es el corazón de la película.
Todo el trabajo de abstracción formal no se traduce aquí en la menor confusión o estilización sin sustancia que tantas veces ocurre en estos casos. Muy al contrario, Scorsese muestra los hechos con mayor sencillez y honradez que nunca, y se regodea en los aspectos más hedonistas y resbaladizos de su héroe, retratado como un coloso siempre en continua evolución, sin creerse jamás ni los halagos ni los ataques excesivos, comprometido solamente con su forma de percibir el mundo y de interactuar con él. Dylan, como Henry Hill o Newland Archer, es un solitario, un marginado en la élite, cuyo singular punto de vista no puede ser compartido por nadie, y que por eso fascina a Scorsese, seducido siempre por los más difíciles de comprender en la sociedad, a los que ha dedicado, prácticamente, sus mayores esfuerzos creativos, quizá porque él también se siente único y porque sabe muy bien lo fácil que es distorsionar la figura de un artista mundialmente famoso.
Al magnetismo de Dylan, le acompañan importantes nombres como Allen Ginsberg, John Jacob Niles, Odetta, Woody Guthrie, Webb Pierce o Hank Williams, entre otros muchos, todos ellos con su momento esencial para comprender mejor una época y un sentimiento musical, casi una forma de vivir. El cineasta italoamericano les concede su tiempo, a la vez que elabora una reflexión sobre el propio paso del tiempo, como materia primordial de su documental y del cine. Su investigación de una época tan concreta y reducida de la vida de Dylan, asaltado por documentos más recientes, es un intento por capturar un instante imperecedero, una juventud perdida para siempre. El cine otra vez como un recuerdo atesorado, pero exento de adornos nostálgicos o idealizados, preñado de verdad y de pasión.
Conclusión a una obra maestra
El mejor documental filmado jamás por Scorsese, lo que es mucho decir, si pensamos en joyas como ‘El último vals’ (‘The Last Waltz’, 1978), que tantos documentalistas han copiado hasta la saciedad, y no solamente en trabajos sobre conciertos musicales. Scorsese centraría sus siguientes esfuerzos en un extraño y brillante remake que comentaremos en breves días y con el que, por fin, hizo realidad su sueño de alzarse con el Oscar a mejor director, un premio que se le debía hacía mucho tiempo.
Especial Martin Scorsese en Blogdecine:
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apocalexys
Una obra maestra es esta crítica, Massanet, esta vez te has salido del mapa. Jamás noté tanta pasión en la crítica de un documental. Bravo.
Ahora a ver qué nos cuentas del polémico remake que hizo en 2006, ya que está tan de moda en Bolgdecine el tema de los remakes.
citizenchinaski
Muchas gracias, Adrián, uno como devoto de la iglesia dylaniana se emocionó demasiado tanto con el documental como con tu crítica, el gran Marty era el único que podía hacer semejante obra maestra para retratar a Dios...(lo más parecido que habrá nunca a un Dios para mí) SNIF SNIF
jorgepaez
Imagina lo que significa este documental para mi, mi director de cine favorito haciendo un documental sobre mi músico preferido de todos los tiempos junto a Buddy Rich.
Más allá de lo poco objetivo que pueda ser, el documental es fenomenal, pues no solo se queda con una presentación de Dylan, sino que va mucho más allá, mirando los inicios del Folk Américano y de cierto modo muestra algunas cosas blues, muestra al Dylan que sin duda fue el músico más influyente de su generación, tanto que influencio a los mismos Beatles, fenomenal como cuenta la historia de Like a Rolling Stone, considerada la mejro canción de todos los tiempos, la narrativa en este documental es maravillosa, ni hablemos del guión, que no era fácil de hacer, por tanto material que habia que recolectar pero sobretodo darle coherencia.
Docmental de lujo, obligado para amantes del folk, blues, Bob Dylan, Martin Scorsese, cinefilos.... no se pueed dejar por alto, excelente Adrián!
Harry Powell
Me alegro de que hables de este grandísimo documental, sin duda alguna se merece estar en este especial de Scorsese.
Una genialidad.
Saludos.
ÁlexDarko
Magistral documental, ¿qué iba a salir si uno de los mejores directores de todos los tiempos realizaba un documental sobre uno de los mayores genios de la música? También es significativa su duración, un documental sobre Dylan de 2 horas apenas hubiera abarcado lo suficiente. Scorsese es un enamorado de la música, ya lo demostró tanto en 'The Last Waltz' como en esos estupendos documentales sobre el Blues que produjo y de los cuales dirigió uno, pero con 'No Direction Home', toca el cielo.
Me da hasta pena que este especial esté llegando a su fin.
shade2814
Se ve muy interesante, pero por desgracia no lo he visto, la que sí he visto es I'm Noth There, ya nombrada en el post, con una impresionante Cate Blanchett que en verdad se convierte en Dylan. Saludos.
penitenciagite
Indispensable si te gusta Dylan y maravilloso si no; poco puedo decir de una de las mayores maravillas que he tenido la fortuna de ver en una sala de cine. Un trabajo genial de documentación, montaje... La gira que comentas del año 1966, iniciada en el 1965, también tiene una película propia. "Don't look back" filmada por D.A. Pennebaker donde se refleja el paso de dicha gira por Inglaterra, es una obra bastante menos relevante que este joya, seria mas equiparable a "Shine a Light".
a_rojo
Habeis conseguido que me pique la curiosidad. Apuntado queda. Con un poco de suerte lo encontraré en la biblioteca de mi ciudad, si no fuera por ella no podría permitirme la cantidad de cine que me meto entre pecho y espalda.
Y hablando de documentales vi hace poquito "descubriendo a John Cazale" y me emocionó mucho por como hablan del cine y de la forma de actuar de los actores. Y sólo dura 38 minutos.
Caith_Sith
La pregunta va a parecer una broma, pero, ¿Adrián, comentarás el cortometraje La clave de Reserva?. Sí, ya, fue un "anuncio" o un "encargo", pero hay más cine en él que en la gran mayoría de películas que se estrenan en salas. Creo que un análisis con condiciones de éste no estaría de más, para reforzar su validez como obra, y no sólo producto.
Esteban Delgado Urrego
"El cine otra vez como un recuerdo atesorado, pero exento de adornos nostálgicos o idealizados, preñado de verdad y de pasión." Me quedo con esta frase.
Mary Jane
Me encantó este documental, y el de los Rolling le quedó precioso también y eso que era básicamente un concierto. Es el puto amo el Martin.
stokerjonson
Lo vi hace unos años y me encanto