'Mare of Easttown' se ha convertido por méritos propios en una de las grandes sensaciones televisivas del año. Lo que comenzó como con la apariencia de una serie de suspense más o menos al uso protagonizada por Kate Winslet dio pie a una pequeña maravilla que generaba multitud de comentarios con cada nuevo episodio.
Y es que el crecimiento de 'Mare of Easttown' era constante, sin tomar atajos innecesarios y dejando respirar a sus personajes para que las relaciones entre ellos enganchasen tanto o más que el caso que sirve a modo de gran hilo conductor. Sin embargo, ya tocada darle cierre y ahí la serie ha sido fiel a su estilo con un excelente final que sabe ser al mismo tiempo demoledor y sanador.
Consecuente
Desde el arranque de la serie había quedado claro que Mare es un personaje que arrastra un trauma que impide que pueda seguir realmente con su vida. Eso es algo que hasta cierto punto podía dejar de lado gracias al trabajo, pero no por ello dejaba de amenazar con comérsela desde dentro y convertirla en una muerta en vida.
No faltaron las referencias directas a dicho trauma, especialmente explícitas en sus visitas al psicólogo, pero, con la salvedad del incidente intentando inculpar a su nueva de posesión de drogas, una cosa que ha definido en todo momento a Mare es su incapacidad para dejar pasar algo, su necesidad de que la verdad salga a la luz sin importar el coste.
Eso es algo que se lleva a sus últimas consecuencias en 'Mare of Easttown', donde estaba claro que la aparente facilidad con la que se resuelve todo no era más que el preludio antes de llegar a la verdadera resolución. Ahí Brad Ingelsby, creador y guionista de todos los episodios de la serie, mantiene su apuesta por ir tirando de todos los hilos que surgen, incluso de aquellos que pueden parecer intrascendentes, para llegar hasta la verdad.
Cerrando la historia con brillantez
En paralelo a eso, el episodio final de 'Mare of Easttown' no se olvida del resto de personas importantes en la vida de la protagonista, pero lo hace sin caer en el error de convertir el desenlace en un desfile de personajes para ir atando todos los cabos sueltos.
Y es que hasta ahora la serie sí que había potenciado el suspense por encima de todo, pero el director Craig Zobel no había tenido miedo a incidir en un ritmo más relajado, incidiendo de forma notable en las particularidades del pueblo en el que transcurre la acción. Ahí la búsqueda de la naturalidad siempre le sentó de fábula a la serie para diferenciarla aún más de otros thrillers en una línea similar, consiguiendo seguramente su techo con ese excepcional final del quinto episodio en el que resultaba difícil no acordarse de la fundamental 'El silencio de los corderos'.
Todo eso se mantiene en un episodio final en el que la sensación de urgencia surge más por el hecho de que Mare va encajando todas las piezas de forma inexorable. Ya no es tanto lo más o menos sorprendente que sea la resolución -ahí sospecho que habrá algunos que hayan disfrutado más con la acumulación de teorías más o menos descabelladas- como el impacto que tiene en diversos personajes.
De esta forma, este final puede que no vaya sobrado de tensión en términos de acción, pero sí que derrocha intensidad en el apartado emocional. Winslet vuelve a brillar con luz propia, pero es que todos los miembros de su impecable reparto saben dar lo que la serie necesita de ellos para que sea un cierre irreprochable.
En resumidas cuentas
'Mare os Easttown' ha confirmado con su gran desenlace que es una de las mejores series de 2021. Apenas siete episodios han sido necesarios para engancharnos con un caso repleto de sorpresas y un pueblo con multitud de habitantes para el recuerdo. Más así, por favor.
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