El pasado 30 de marzo falleció Robert Z'Dar, veterano actor al que muchos amantes del cine de terror recordarán por haber dado vida a Matt Cordell, el policía psicópata de la franquicia 'Maniac Cop'. He de reconocer que aún no había visto la primera entrega de la saga, por lo que un poco a modo de homenaje me decidí a hacerlo para, de paso, dedicarle una critica en Blogdecine, aunque ya os adelanto que no va a ser una muy positiva.
'Maniac Cop' llegó a los cines en 1988, una fecha en la que el slasher ya estaba en franca decadencia y apostando cada vez por lo sobrenatural tras el gran éxito cosechado por 'Pesadilla en Elm Street' (A Nightmare on Elm Street). Sin embargo, 'Maniac Cop' también bebe de forma indisimulada de las películas de justicieros urbanos que tan buena acogida tuvieron durante los años 70 y que luego han ido reapareciendo cada cierto tiempo. El resultado es un cóctel peculiar que nunca llega a funcionar demasiado bien.
'Maniac Cop', el mal cine de culto
Seguro que no soy el único al que le cuesta entender que la etiqueta de cine de culto se aplique a cualquier título con un pequeño pero ruidoso grupo de seguidores, ya que eso hace que pierda toda importancia al ser un paraguas en el que tienen cabida desde auténticas joyas ignoradas por el gran público hasta bodrios insoportables que, por una razón u otra -la más habitual es que es tan mala que pasa a ser buena-, han conectado con algunos espectadores. 'Maniac Cop' está mucho más cerca de lo segundo que de lo primero.
Lo más decepcionante de todo es que 'Maniac Cop' supuso una oportunidad única para reunir el talento de William Lustig y Larry Cohen, dos importantes figuras dentro del cine de género, ya que el primero deslumbró a muchos con 'Maniac' y el segundo, especialmente prolífico, es responsable de 'Estoy Vivo' (It´s Alive), una cinta que me gustó bastante en su momento. Sin embargo, Cohen no debía pasar entonces por su mejor momento, ya que apenas un año antes había escrito y dirigido la muy olvidable 'Regreso a Salem's Lot' (A Return to Salem's Lot) y en 'Maniac Cop' creó un libreto aún más decepcionante.
Justo es señalar que Cohen une con naturalidad el universo del slasher con el de los justicieros urbanos, pero la naturalidad del guión acaba ahí, ya que está plagado de diálogos ridículos, un pésimo desarrollo de personajes -si es que tan siquiera merece ser calificado como tal- y una evolución de la historia tirando a absurda que en varios momentos no se sostiene por ningún sitio. Soy consciente de que los slashers nunca se han caracterizado por sus grandes guiones, pero normalmente al menos conseguían unos mínimos que te permitían disfrutar con lo que te ofrecían y eso no sucede aquí.
Por su parte, Lustig intenta reproducir la atmósfera sucia y malrollista de 'Maniac' durante los primeros minutos de 'Maniac Cop', pero pronto da paso a una puesta en escena más rutinaria y repetitiva en la que tampoco hay espacio para grandes lucimientos durante unos crímenes demasiado rápidos y directos. De hecho, la película acaba convirtiéndose en una de justicieros urbanos -conviene recordar que Lustig rodó en 1983 un título de esas caracteristicas- con un psicópata propio de un slasher asesinando a lo loco, ya que Cohen tampoco se preocupa demasiado en dar el suficiente sentido a sus actos.
El psicópata justiciero y el resto de personajes
Defiendo la idea de que un buen actor puede salvar un guión tan flojo como el de 'Maniac Cop', pero eso no es lo que sucede en el caso que nos ocupa, ya que el reparto se balancea entre aquellos que al menos hacen lo que puede para defender con honestidad a sus pobres personajes -pienso sobre todo en Tom Atkins y en la breve aparición de Richard Roundtree- y la lamentable actuación de un Bruce Campbell monótono y que no logra añadir interés alguno al falso culpable que interpreta. Lógico que el propio actor acabase admitiendo que no es una buena película.
Por su parte, Z'Dar juega con el tipo de psicópata menos llamativo de todos: Una mole asesina que no muestra sentimiento alguno y que va matando a todo aquel que se entromete en su camino, ya que ni siquiera consiguen sacar algo de jugo al hecho de estar pervirtiendo la figura del justiciero urbano -hay algún apunte que luego no lleva a ninguna parte-. A decir verdad, incluso el flashback para explicar su origen está orientado a simplemente demostrar que ya era alguien muy efectivo en el cuerpo a cuerpo antes de convertirse en Maniac Cop.
En definitiva, 'Maniac Cop' es un deficiente cruce entre el slasher y el cine de justicieros urbanos y vista hoy en día cuesta entender que sea uno de los títulos más recordados del cine de terror de serie b de los años ochenta, ya que no hay nada que sobresalga hasta tal punto que uno pueda entender que se pasen por alto sus numerosos defectos. Con todo, Robert Z'Dar es el que menos culpa de ello, así que espero que descanse en paz y que su familia pueda solucionar todos los problemas que están teniendo para que eso sea posible.
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