Ha hablado de dejar el cine en varias ocasiones pero actualmente Steven Soderbergh es uno de los realizadores más prolíficos de la industria norteamericana. Y aunque sus películas han tocado una amplia variedad de temas y tonos, siempre cabe esperar de ellas una impecable realización y un exigente trabajo interpretativo. ‘Magic Mike’ (2012) no es una excepción.
Ya os comenté cuando vimos el (engañoso) tráiler que la historia de ‘Magic Mike’ está basada en experiencias auténticas de uno de sus protagonistas, Channing Tatum, si bien él no encarna a su alter ego cinematográfico. Alex Pettyfer da vida a un muchacho sin rumbo que se asemeja bastante a lo que era Tatum antes de convertirse en una estrella de Hollywood, un chico de físico envidiable que dormía en el sofá de la casa de su hermana, que renunció a la universidad y al fútbol americano para ganar dinero fácil como bailarín y stripper.
“¿Por qué el striptease? Porque es fácil. Mujeres, dinero y diversión“. Así lo explica Tatum en la pantalla y en las entrevistas que concedió antes del estreno, recordando una etapa de su vida de la que asegura que no arrepentirse pero de la que tampoco echa nada de menos. Su papel aquí es el de “Magic” Mike, la gran estrella de un club de strippers masculinos regentado por el narcisista Dallas, interpretado por un Matthew McConaughey en estado de gracia —ha encadenado varios trabajos a un gran nivel y ahora rueda a las órdenes de Martin Scorsese—
Duras sesiones en el gimnasio, ensayos, broncearse, vivir la noche, convertirse en mercancía y cosechar los frutos: sexo, drogas y dinero. Repetir diariamente. Soderbergh no critica el estilo de vida de los protagonistas, opta por captarlo y mostrar sus claroscuros, los pros y los contras del día a día convertido en una fiesta de músculo, estímulos directos y billetes arrugados. Sin embargo, no puede evitar caer en algunos tópicos y es demasiado amable, se echa en falta una dosis de cruda realidad que alguien como Darren Aronofsky habría considerado necesaria. El propio Tatum ha admitido que no quisieron adentrarse en los aspectos más sórdidos de este modo de ganarse la vida.
Aun así, ‘Magic Mike’ no es esa comedia ligera destinada únicamente al público femenino que vende el envoltorio —con uno de los mensajes más llamativos que he visto en mucho tiempo: “Advertencia: contiene imágenes que hacen parecer inservibles a vuestros novios.”—, Soderbergh aprovecha la simple pero efectiva trama elaborada por el guionista Reid Carolin, y un elenco entregado a unos personajes que conocen en profundidad, para echar un vistazo al momento presente, ofreciendo un inteligente y corrosivo retrato del país y de una parte de sus ciudadanos, decididos a creer en un nuevo sueño americano.
A diferencia de lo que sucedía en ‘The Girlfriend Experience’ (2009) —hermana de este film— aquí Soderbergh sí logra generar interés por seguir el derrumbe (psicológico) de la cómoda realidad que había construido Mike —estupenda la escena en la que discute con la atractiva chica de firmes principios (Cody Horn) y es incapaz de creerse sus propias palabras (”Yo no soy mi estilo de vida“)—. La exquisita puesta en escena, la convincente labor del reparto —sensacional Tatum— y el entretenido desarrollo de los acontecimientos compensan las carencias del relato —ni rastro de homosexualidad, pese a que uno de los protagonistas (Matt Bomer) salió del armario hace poco— y el abusivo lucimiento físico del reparto, aunque supongo que sin esto último ‘Magic Mike’ no habría recaudado más de 150 millones de dólares.
Otra crítica en Blogdecine | ‘Magic Mike’, ven conmigo
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