'El maestro jardinero': un sólido cierre para la trilogía noir de Paul Schrader sobre la redención de los pecados más sucios de Estados Unidos

'El maestro jardinero': un sólido cierre para la trilogía noir de Paul Schrader sobre la redención de los pecados más sucios de Estados Unidos

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Master Gardener 2022

Se estrenaEl maestro Jardinero’ (2023), la última película del escritor y director Paul Schrader, quien completa con ella una trilogía espiritual de historias sobre hombres que buscan redención en una Norteamérica perdida en la decadencia de sus propias convicciones. Tras ‘El reverendo’ y ‘El contador de cartas’ ahora cierra su viaje siguiendo las mismas coordenadas de las anteriores, de nuevo desarrollando sus obsesiones en un marco de cine noir clásico.

En los tres casos tenemos un protagonista enigmático, que en este caso encarna Joel Edgerton como Narvel Roth, un ex supremacista blanco que se ha reinventado a sí mismo como un horticultor meticuloso para una viuda adinerada, la Sra. Haverhill (Sigourney Weaver). Su vida da un vuelco cuando toma a la sobrina nieta de la Sra, Maya (Quintessa Swindell), como aprendiz y pronto surgen sentimientos encontrados por ella, mientras su pasado regresa para atormentarlo.

La película es otra exploración de la redención, la identidad y el legado del odio que juega con una premisa no tan diferente a ‘American History X’, pero con una mirada a los pecados que se resisten a desaparecer más sutil, tratando de comprender al personaje a un nivel humano de una forma que resulta más provocativa que en las dos películas anteriores. Que un neonazi asesino narre la película de principio a fin obliga a entender su punto de vista, estemos o no dispuestos a perdonar su pasado.

El guion de Schrader reserva su información con cuenta gotas y, entre su característica angustia existencial y ambigüedad moral, hay escondido un thriller paciente, sin prisa por descubrir el misterio que rodea al personaje de Edgerton, quien ofrece una interpretación compleja y matizada de un hombre que busca escapar de sus demonios cultivando la belleza en un jardín. Esa premisa crea aún más paralelismos con ‘El contador de cartas’, sustituyendo el juego por el cultivo, con las mismas lecciones metafóricas de ambos mundos en voz en off.

Supremacismo y estructuras de clase

En ambas los personajes escriben sus diarios en sus sobrios dormitorios, y encuentran un balón de oxígeno en el amor (interracial). Mientras Oscar Isaac esconde un pasado como miembro de los soldados encargados de las torturas y abusos de prisioneros en Abu Ghraib, Narvel representa la Norteamérica racista, si la anterior jugaba con las vergüenzas de la administración Bush, esta lo hace con la era Trump, al igual que ‘Taxi Driver’ recogía Vietnam. Y si en ‘El reverendo’ afrontaba la religión y su relación con el extremismo fanático, introduciendo el problema del cambio climático, por ‘El maestro jardinero’ también sobrevuela la crisis del opio y las dinámicas de clase.

Schrader plantea esto a través del personaje de Weaver, estoica como la Sra. Haverhill, una figura fría y dominante que esconde sus propios secretos y cuyo poder sobre Narvel crea en la película una dinámica de paralelismos muy inteligente con Maya, la joven nieta sobrina que resulta ser mestiza. Un detalle tan trivial como clave para entender los conflictos simultáneos que plantea el guion, puesto que Haverhill no deja de ser una superviviente de las terratenientes del Sur, incluso se sugiere su jardín como un nuevo campo de algodón.

Master Gardener

La situación de Narvel a su merced tiene algo de perversa, ya que equipara al supremacista con el esclavo, evidenciando que en América el mal se ha multiplicado en vertical, pese a que en el fondo los trabajadores del jardín seguirán siendo trabajadores, mientras, los dueños, seguirán llevando el látigo tanto tiempo como tengan el poder. Este triángulo lleva la ironía añadida de haber visto a Edgerton en la historia del primer matrimonio interracial en ‘Loving’, como aquella, el amor tiene más que ver con su posición de clase que por el elemento racial.

Sobre segundas oportunidades imposibles

El desafío aquí está en el perdón y el amor como un suelo fértil para que las semillas del odio puedan germinar en algo hermoso, una metáfora tan maniquea como efectiva en el contexto sombrío, de atmósfera irrespirable en el que se plantea la historia. El momento más intenso de la película presenta lo inexcusable con una escena íntima sorprendentemente similar, no solo en su atmósfera y puesta en escena, a la que planteaba el autor en ‘La mujer pantera’, en las que más que sexo hay un abismo de tensión que atravesar sin amarres.

Puede que los tráilers engañen, ya que ‘El maestro jardinero’ no es un thriller criminal típico, sino más bien un drama de personajes, con la misma dirección elegante y atmosférica de las dos anteriores de la trilogía, con una partitura inquietante de Devonté Hynes que mantiene el poso de dolor e incertidumbre. La idea de la venganza y la reacción que en las anteriores explota como algo inevitable toma en esta una dirección finalmente menos previsible a partir de un determinismo marcado en la piel pero no en el alma.

Gardener

‘El maestro jardinero’ completa una trilogía donde el autor dibuja una nación rota, sin espacio para el afecto, y ofrece una mirada romántica, en la que sus personajes resurgen como los supervivientes de un apocalipsis que deben ignorar su propia naturaleza para hacer florecer algo bueno desde las simientes envenenadas, rompiendo todos los manierismos del cine negro con los que ha jugado para mostrar un brote de humanismo en crudo, un hermoso pétalo al aire con la esperanza de ofrecer una segunda oportunidad para salvar a una sociedad devorada por las raíces anquilosadas de la maldad.

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