'Madres. Amor y vida' llegó a Amazon Prime Video el mes pasado, coincidiendo con el Día de la madre. Es una producción de Mediaset creada por Aitor Gabilondo, cabeza pensante de éxitos españoles como 'El Príncipe', 'Allí abajo' o 'Vivir sin permiso'. En las promos nos han vendido esta serie dramática como algo que "te llega a las entrañas" pero, ¿sabéis qué?, al menos a mí, me ha dejado fría.
La historia se centra en un hospital para contar un buen puñado de historias familiares. El reparto está encabezado casi exclusivamente por mujeres (incluso la serie está también dirigida por cuatro mujeres, algo poco habitual ya no en la ficción española, sino en general), salvo excepciones como Joel Bosqued, Alain Hernández, Antonio Molero o Nacho Fresneda, en un rol completamente diferente al entrañable Alonso de Entrerríos de 'El Ministerio del Tiempo'.
Belén Rueda da vida a Marian, una periodista hipercontroladora cuya hija (Carla Díaz) está ingresada por un trastorno alimenticio y, a raíz del empeoramiento de esta, su vida laboral y familiar se desmorona. Luisa (Carmen Ruiz) ha pasado un año junto a la cama de su hijo Andy (Bosqued), en coma tras un accidente de moto. Mila (Rosario Pardo) es una abuela abnegada que tiene que cuidar de su nieto, un niño con autismo severo porque su hijo está en la cárcel; y Vicky Luengo da vida a Natalia, una mujer embarazada con una grave cardiopatía a quien los médicos han desaconsejado tener hijos.
Todos estos casos los lleva la implacable Olivia Zabala (Aida Folch), una médica que vive bajo la alargada sombra de su madre en un papel más cercano a 'House' (salvando las distancias) que al área de pediatría de un hospital público madrileño.
Un drama con capítulos más largos que un parto
Cada una con una historia diferente, la serie muestra muchos modelos diferentes de familias y de maternidad, pero lo hace de una forma extremadamente tradicional: centrándose demasiado en los roles de cuidadoras que siempre asumen las madres, basando quiénes son siempre respecto a sus hijos o a sus familias y exponiendo su continuo sacrificio como si de historias de superación personal se tratase.
Para quien sea de mi generación y se haya criado viendo las series que Telecinco emitía en los 90, verá en 'Madres. Amor y vida' muchas similitudes con, por ejemplo, 'Periodistas' o 'Medico de familia'. Ese halo televisivo costumbrista que llenaba la pantalla hace más de 20 años, ahora, con las exigencias que el público demanda sobre todo a las plataformas VOD, hace que esta serie se quede realmente corta tanto en guión como en realización o argumento.
Eso sí, cabe destacar un punto muy positivo: la empatía y el respeto con la que en todo momento la serie expone la cara más oscura de las enfermedades mentales, los abusos sexuales o los problemas de drogas.
Con todo esto, no es que las historias que cuentan sean malas, los personajes estén mal construidos o los actores no den la talla... de hecho hay tres intérpretes que llenan sus escenas cada vez que aparecen: Carla Díaz, Rosario Pardo y Aida Folch brillan con luz propia en los pasillos del hospital. ¡Y mira que con esas luces cetrinas propias de estos sitios es complicado! Pero en líneas generales, al proyecto (que, por cierto, ya ha sido renovado por una segunda temporada) le falta un plus de actualidad.
Para terminar, si hay una cosa en la que 'Madres. Amor y vida' no se queda precisamente corta, es en metraje. La primera entrega se compone de 13 capítulos, ¡de nada menos que 75 minutos cada uno! Esto hace que no sea precisamente una serie para ir picoteando capitulitos a ratos libres, es necesario invertir tiempo en ella. Y no sé si estaría dispuesta a hacerlo por segunda vez.
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 2 Comentarios