Machete no manda “SMS”.
-Danny Trejo.
Vivimos tiempos convulsos en lo que al audiovisual se refiere. La proliferación de nuevos formatos (Youtube, Facebook, Iphone, vídeos virales) y la entronización de lo que se conoce como cultura “popular” (los cómics, las series de TV, el lenguaje publicitario), está generando un tipo de cine que se distingue por asumir todos estos elementos en beneficio propio y como una forma de hablar de tú a tú a una nueva generación de espectadores que se mueve con habilidad en todos y cada uno de estos campos.
Con ‘Machete’ nos encontramos ante un perfecto ejemplo de lo que digo: celuloide infectado por elementos de diversa procedencia (los ya expuestos más la publicidad, el “exploitation cinema”, el “spaguetti-western”...). Un cine bastardo, hijo de mil padres y cuya madre es un (falso) tráiler de una (falsa) película de ‘Grindhouse’ de los años “70”: ‘Planet Terror’. El futuro, qué duda cabe, es mestizo.
Robert Rodríguez lleva varios años empeñado en ‘latinizar’ varios de los lugares comunes del cine USA: el western —‘El mariachi’ (id, 1992)—, las películas de espías —‘Spy kids’ (id, 2001)— o el cine de terror —‘Abierto hasta el amanecer’ (From dusk till down, 1996)—. Con ‘Machete’ da un paso más y convierte el “tema mexicano” en el eje del film. La inmigración de éstos a terreno estadounidense da pie a una crítica nada sutil en torno a la política neoconservadora de ciertos estados americanos, no tan alejada de la realidad como pudiera parecer. No hay más que ver alguna entrevista en televisión de ese malo de opereta que es el “sheriff” Arpaio para darse cuenta de que el personaje interpretado por Don Johnson en el film no es ninguna exageración.
La sinopsis del film es pasto de sesión doble de cine de barrio: Machete, un honrado policía federal mexicano (Danny Trejo, más que aceptable pero algo tenso en su primer rol protagonista) asistirá a la masacre de su familia por no ceder al chantaje de un capo del narcotráfico local (un fondón Steven Seagal) y será expulsado del cuerpo. El resto del film se articulará alrededor de su consabida venganza en una desenfadada orgía de desmembramientos varios, a cada cual más imaginativo. Por el camino, Machete se erige en líder de la causa mejicana e intentará devolver la dignidad a los espaldas mojadas que se juegan la vida cada día al tratar de cruzar la frontera. Resulta algo triste, sin embargo, que la revolución que pretenden los personajes en el film se limite a tratar de conseguir los papeles necesarios para convertirse en ciudadanos americanos y abandonar su condición de ilegales. Emiliano Zapata queda lejos. Son malos tiempos para la lírica.
Pero no hay que tomarse nada muy en serio. ‘Machete’ nació como puro divertimento, y a partir del que era el mejor tráiler de la un tanto artificial ‘Planet terror’ (id, Robert Rodríguez, 2007), Rodríguez crea un superhéroe mexicano bajito, más feo que picio y ya entrado en años. Éste a su vez, tiene su génesis en aquel asesino a sueldo con gabardina cargada de cuchillos que pretende acabar con Antonio Banderas en ‘Desperado’ (id, 1995), origen al que el propio Rodríguez homenajea en una escena del film.
Además de volver a recrear el espíritu lúdico de “exploits” de finales de los 70 y principios de los 80, en su variante de género de acción (me vienen a la cabeza títulos tan dispares como ‘Shaft’ (id, Gordon Parks, 1971) o ‘Destroyer: brazo de acero’ (‘Vendetta dal futuro’, Sergio Martino, 1985), el look del film da lugar a una experimentación formal que sin embargo, era mucho más juguetona en ‘Planet Terror’. Quizás ha influido que su habitual montador, Ethan Maniquis, salga en los créditos como codirector del film, lo que podría explicar que haya dejado en un segundo plano el tratamiento de la imagen en la sala de edición. Aquí se limita a un tipo de tosquedad de construcción en las escenas de acción típica de los modelos a los que imita, planos/contraplanos televisivos, y cargar de grano la imagen y sobreexponer la película varias veces a lo largo del film. Es curioso el extremismo de Rodríguez en este sentido: o construye una película completamente a través de chromas verdes y efectos digitales (‘Sin City’, 2005) o retrocede en el tiempo y ejecuta una pieza de cine retro.
En lo que se refiere a los actores, al bueno de Danny Trejo le cuesta llevar el peso del film, pero lo consigue con nota. Robert Rodríguez no debía confiar mucho en el resultado, por lo que delega buena parte del peso de la película en el amplio elenco que acompaña al pequeño mexicano, con resultados desiguales. La operación rescate de estrella en horas bajas que inauguró espectacularmente Tarantino con Travolta, esta vez no ha dado resultado con un Don Johnson especialmente gris, un canto fúnebre a lo que una vez fue. Jessica Alba apuntaba a “next big thing”, pero se quedó en el camino, y viendo sus limitaciones como actriz, se entiende. En cambio, Michelle Rodríguez (ubicua últimamente) cumple la función de Rose McGowan en ‘Planet terror’, que no es otra que la de fundir la pantalla en cada aparición ( qué queréis que os diga, la Ana Lucía de ‘Perdidos’ es una debilidad personal). También resulta una satisfacción asistir al buen hacer de Jeff Fahey, actor de culto para el “connoisseur” de cine fantástico de los 80.
Otro tipo de papeles, como el de Lindsay Lohan, funcionan más en el sentido de los cameos de Paquirrín, Belén Esteban y demás en las películas de ‘Torrente’. Esto es, que el público reconozca al personaje mediático y se congratule de ello (“¡oh, mira, es Lindsay Lohan!”).
Para finalizar, Robert deNiro, en el personaje más exagerado y menos gracioso de la película (el senador fascista McLoughlin) se limita de nuevo a tirar de repertorio de “tics” y muecas. El público lo pasaba en grande. Yo no.
Y ya que hablamos de los espectadores, un apunte. En ‘Machete’ se jalea cada desmembramiento, cada explosión, cada sentencia graciosa de los personajes, llegando al aplauso en algunas set-pieces. Lo que indica que Robert Rodríguez tiene verdaderos fans, pero también que es un público algo resabiado que a veces aplaude para constatar ante el resto de espectadores que ha pillado toda la ironía y metalenguaje que destila la escena a celebrar. Muy bien, chaval, tienes un 10. Pero esto no es un examen.
De todas formas, más que ante una copia/ homenaje (como sucedía con ‘Planet terror’), nos encontramos ante una verdadera macho-movie de los 80 actualizada y muy disfrutable, con diálogos ingeniosos y algunas escenas realmente conseguidas de puro exageradas (la ya clásica escena del evisceramiento, Machete volando en su Moto-ametralladora sobre sus enemigos o el divertido homenaje a Sam Raimi y al final de ‘Terroríficamente muertos’ (‘Evil dead II’, 1987), con Machete alzando su ídem y su corte de seguidores imitándole).
El mayor problema reside su hinchado metraje. Sin Machete en pantalla, aún siendo el señor Trejo un actor limitado, la sombra del aburrimiento planea peligrosamente, por lo que la razón de ser de la película, muere. No sé si es lícito pedir más a una película de estas características. Yo le hubiera pedido menos. Con ayuda de las tijeras, hubiera ganado en ruido, furia y diversión. La elefantiasis también afecta a la serie “B”, no sólo a las películas consideradas “importantes” (y quizás también a éste mi primer post).
...por cierto, saludos a todos.