A lo largo de la historia del cine se han hecho muchas grandes películas basadas en obras de teatro. Si tuviera que elegir solamente una, no dudaría en quedarme con la extraordinaria ‘La Huella’ (Sleuth), pero también ha sido la base para otros títulos imprescindibles como ‘Arsénico por compasión’ (Arsenic and Old Lace), ‘Luna Nueva’ (His Girl Frirday), ‘My Fair Lady’ o ‘Traidor en el Infierno’ (Stalag 17).
William Shakespeare es, con diferencia, el autor que cuenta con un mayor número de adaptaciones cinematográficas de sus obras, por lo que ha llegado un punto en el que es muy complicado realizar una que realmente pueda sorprender al espectador. Eso es algo que Justin Kurzel ha conseguido parcialmente con su ‘Macbeth’, ya que estamos ante un prodigio estético que dota de una fuerza visual sin parangón a la película. Lástima que también transmita cierta sensación de cansancio narrativo por su excesivo apego a la obra original.
’Macbeth’, impresionante… a medias

Ya en sus adelantos quedaba claro que esta nueva versión de ‘Macbeth’ iba a ser un gran espectáculo visual, pues Kurzel demuestra una gran atención al detalle en todos los apartados estéticos, desde el uso de los colores hasta la excelente utilización de la cámara lenta para dar una fuerza inusitada y casi pictórica a multitud de planos. Para ello también resulta esencial la exquisita fotografía de Adam Arpakaw, ya que se crea una sincronía casi perfecta entre las intenciones de Kurzel y el resultado en pantalla.
El problema es que es cierto que ‘Macbeth’ es impresionante en términos visuales y también en multitud de apartados técnicos –no me olvido del intachable vestuario de Jacqueline Durran, del muy efectivo maquillaje o de la impecable selección de los escenarios escoceses naturales donde se rodó-, pero ese arrojo que caracteriza a la película se pierde por la excesivo respeto a la obra original de Shakespeare del guión firmado por Jacob Koskoff, Michael Lesslie y Todd Louiso.
Es cierto que siempre resulta complicado saber hasta qué punto es adecuado hacer cambios cuando adaptas una obra ajena, lo cual alcanza cotas aún más altas en casos como en el que nos ocupa. Ahí es donde no concuerdo con la opinión de mi compañera Lucía, ya que en todo momento pensaba que estaba viendo dos películas diferentes sin que se estableciera una relación realmente fluida y efectiva entre ellas. Además, este punto también provocaba que al menos parte de la fuerza de sus imágenes desapareciera al no haber conseguido atraparme para que el impacto sea el deseado.
Los actores y el problema de la literalidad

Creo que no puedo decir nada malo de la impetuosa y entregada interpretación de Michael Fassbender –aunque me atrapó más en ‘Steve Jobs’ que aquí-, teniendo alguna duda más en el caso de Marion Cotillard, ya que me quedó la sensación de que le falta algo más de arrojo –más por parte del guión que de la actriz, que hasta resuelve con nota la difícil papeleta del acento escocés- a la forma de abordar un personaje que pierde algo de jugo en su salto a la gran pantalla.
El problema surge, de nuevo, por su querencia hacia los diálogos originales, los cuales restan empaque a la relación entre ambos y acaban resultando hasta poco naturales por muy vigorosos que lleguen a ser de forma aislada. De nuevo, herencia directa de la obra que adapta, pero es que el teatro es una cosa y el cine otra, no siendo necesario que lo que funciona en un medio lo haga en otro, sobre todo si quiere ser algo más que una obra teatral grabada con todo lujo de medios.

Esta queja puede no convencer a algunos, pero el choque entre modernidad cinematográfica y tradición teatral encuentra aquí su máximo esplendor, surgiendo ese cansancio narrativo al que aludo en el titular. Por su parte, el extenso reparto de ‘Macbeth’ está repleto de secundarios que saben estar a la altura de lo que se espera de sus personajes –tampoco esperéis grandes alardes, eso sí-, pero la necesidad de ser más una reproducción que una adaptación de los versos originales de Shakespeare les limita demasiado y acaban perdiéndose un poco a lo largo del relato.
Además, el propio devenir de los acontecimientos va desfalleciendo a medida que su vigorosa estética es incapaz de compensar que estamos ante una obra muy desequilibrada que debería haber apostado de forma clara por una de las dos opciones. Su perdición es querer abarcar tanto sin lograr crear una verdadera sincronía entre ambas realidades, ya que la forma va por un lado y el fondo por otro, siendo incompatibles entre sí. Por mi parte, hubiera apostado de lleno por potenciar su lado más rompedor, pero se queda a medias.
En definitiva, ‘Macbeth’ es una cinta que no logra aunar la enorme fuerza cinematográfica que tiene gracias al trabajo de puesta en escena de Kurzel con su vertiente mucho más teatral, tanto en guión como en interpretaciones, provocando un grave desequilibrio que a mí me sacaba de la película. Cierto es que sus defectos no son tan pronunciados como en otro reciente y fallido título que brillaba en lo visual y languidecía en el resto, pero sí lo suficiente como para dejarme con un sabor de boca agridulce.
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20 comentarios
paulcrosnier
Tendré que esperar para verla, con toda la duda que pueda haber sobre la actuación de Marion Cotillard, creo que ella siempre da lo mejor si, en cada rol que interpreta.
goodfella90
Creo innecesario "modernizar" todo lo que se adapte de una obra de otro siglo o tiempo, pues la obra es propia, con sus rasgos propios como lo es su forma la cual es intrinseca de la obra, porque sino seria solo fondo o mensaje disuelto por ahi.
portalpa
Algo de esto me temía que pudiese pasar, aún así, estoy desando verla.
jonkoldo
Pues si los diálogos no llegan a ser los originales no me hubiera interesado, gracias por advertirlo.
walkirya
Las adaptaciones de Shakespeare son siempre difíciles, debido sobretodo al lenguaje grandilocuente y teatral, pero es que ahí está la gracia, en que no sólo se cuenta una historia, sino que se hace en verso. La versión original es imprescindible, es cómo la ópera, ¿alguien se imagina una ópera doblada?.
Otra adaptación shakesperiana, que recuerdo haber disfrutado mucho, fué la de Ricardo III, "Looking for Richard" (Al Pacino, 1996), en la que la mezcla de secuencias en formato ensayo, sin atrezzo, sin vestuario ni maquillaje, junto a las escenas con todo, le dan una fuerza tal a la narración (y el impresionante trabajo de Pacino) que consigue que te metas en la historia, y el personaje, olvidando lo superfluo, o la puesta en escena en sí.
Y sí, esta Macbeth pinta muy bien, tengo ganas de verla, pero recomiendo muy vívamente, a quién se la perdió en su momento, esa adaptación que comentaba de Ricardo III, aunque sólo sea para ver a Al Pacino en estado de gracia.
gumersindocienfuegossansegundo
Totalmente de acuerdo. Creo que es la crítica más medida y más acertada que he leído hasta ahora. Se podría resumir con pocas palabras: es una película donde la escenografía se impone a la palabra, hasta el punto de que esta, absolutamente genial en su origen, acaba como una jerigonza retórica y entrecortada que palidece ante el (efectista, espectacular, distante) despliegue visual. Por mi parte, la violencia a cámara lenta, me molesta más que me aporta. O se es decididamente violento (Perros de Paja) o te quedas en una esteticización ajena al drama.
multifilm
Una de las tragedias más imactantes de las obras de William... grande estuvo Fassbender en esta versión !
epic
Pues me alegra mucho saber que han respetado el verso de Shakespeare. Ahora me interesa verla, antes no.
halin
La has visto en VO o en español? Porque la traducción puede dañar seriamente los diálogos.
Ojo
no creo que el problema haya sido la palabra, para mi ha sido la 1/2 de la razón por la que me quede atornillado al asiento (la otra el poderoso apartado visual que me recordó muchismo a "valhala rising"), y es que los diálogos son poderosisimos, aunque tal vez un poco agobiantes y dificiles de seguir, pero la verdad prefiero eso a dialogos modernizados y hablando como raperos pandilleros.
Yo vi otro problema mayor y ocurre una vez que macbeth es rey, todo se desarrolla demasiado rápido y si bien es verdad que (en teoría) la humanidad entera se conoce la historia de Shakespeare, la pelicula no me transmitió sobre todo visualmente, como pasamos del Macbeth guerrero-loco a tirano del pueblo, es más jamás vi al pueblo, excepto en la escena de la hoguera, y aunque esta claro que el protagonismo cae 95% en él y su mujer, no sentí que Macbeth perdiera algo o que hubiera conseguido algo tan fabuloso (el reino de escocia).
Tampoco estuvo bien tratada la muerte "repentina" de lady Macbeth o la escena del asedio del bosque. Y hubo cierto abuso de la cámara lenta en la primera batalla que no comunicaba nada, ya que no volvió a verse igual.
Si me encanto ese clima fantasmagórico, la gente parada en la niebla, que hasta parecen maniquíes, los paisajes, la vestimenta y la escena final del niño tomando la espada al unisono con el nuevo rey.
No alcanzo para superar a la versión de Polansky pero la pongo a la par.
Ojo
por cierto si esta te pareció mal la cuestión de la fidelidad de los diálogos, no viste "Coriolanus" de ralph fiennes y el tipo de 300, allí el anacronismo es terrible (espadas = metralletas o besucas!!)
grimdesade
Los diálogos en verso son lo k mas importa y estamos hablando uno de los mejores, k ha durado siglos y sigue gustando
También el problema es k mucha gente no esta acostumbrada y no logran meterse en la historia porque les chirría al oído
Hay k aprender a disfrutarla, en casa con el mando permítete desgustar las palabras el sonido
cada vez k la veo- oigo representada o proyectada descubres algo nuevo