Después de la decepción que me supuso el largo visionado de un film tan pobre como 'Piratas del Caribe: el Cofre del Hombre Muerto' intenté refugiarme en un clásico para curar heridas. Lamentablemente no ha sucedido tal cosa, y aunque la película es un poco mejor en calidad me ha supuesto otra decepción, aunque en este caso por partida triple. Pero hagamos un flashback y retrocedamos en el tiempo unos 14 o 15 años más o menos. Estaba yo a punto de conseguir mi primer empleo con algo de futuro, un futuro que duró exactamente tres años (claro, en aquella época después de ese tiempo no te hacían fijo y te mandaban al paro). Pero fueron tres años inolvidables en el monumental cine Riazor de A Coruña, hoy ya desaparecido. Entre otras cosas lo que más me gustaba hacer era montar la película y proyectarla...
Pero no nos vayamos por los famosos cerros de Úbeda y centrémonos. En aquellos años fue probablemente en los que más películas vi. No sólo en el cine, sino también en televisión (época de maravillosos ciclos) o en video (el dvd era un sueño insoñable). Mi pasión me desbordaba y llegué a ver alguna vez cuatro películas al día. Por aquel entonces fue cuando descubrí a un director llamado Robert Siodmak, del que me empapé con films como las supremas 'Forajidos', 'La Escalera de Caracol', o 'El Abrazo de la Muerte', obra cumbre del thriller en la que la secuencia del atraco al furgón blindado (realizada sin sonido) aún no ha sido superada. Logré verlas prácticamente todas, salvo una que se me resistió: 'Luz en el Alma'. Había leído cosas sobre ella en libros de cine, y lo cierto es que me crecían los dientes de la envidia al ver algunas buenas críticas. Intenté por todos los medios encontrar esa película e incluso deseaba que alguna televisión la programara, y cuando digo alguna televisión me refiero a la 2. Tal cosa nunca sucedió y cómo ocurre siempre con determinadas búsquedas uno cesa en su empeño de perseguir cosas. Es entonces cuando se presentan delante de tus narices sin haberlo deseado o habiéndote olvidado ya de ello. Recientemente, la casa Suevia decidió editar una serie de títulos sobre la actriz Deanna Durbin, una completa desconocida para muchos ya que nunca alncazó demasiada relevancia. Cuál fue mi sorpresa que uno de esos títulos era mi ansiado 'Luz en el Alma', sorpresa que aumentó cuando en mi reciente cumpleaños ésa fue una de las películas que un amigo me regaló. Ansioso cómo estaba no veía el momento de ponerme a ver una de las películas que tanto había buscado desde hacía tiempo. Por fin me reencontraría con el conciso cine de Siodmak, con sus luces y sombras, con su seca dureza. Así pues, ayer, en compañía de mi buen amigo y gran cinéfilo Rubén, le daba al play del dvd para presenciar una película que tiene la particularidad de que en ella el bailarín y a ratos actor, Gene Kelly, interpretaba el papel de un asesino.
'Luz en el Alma' cuenta la historia de Jackie, una mujer casada con Robert, un hombre que ha heredado de su familia un carácter agresivo e inestable que conducirá muy pronto a Jackie a una mísera vida. Robert comete un crimen y ella se ve obligada, por la igualmente degenerada madre de Robert, a encubrirlo.
La película tiene un enfoque realmente extraño. Para empezar, ya conocemos de antemano la identidad del asesino. No es que se trate de no descubrir hasta el final quién puede ser el culpable, pero es que en este caso todos los personajes conocen todos los hechos, con lo cual el suspense desaparece completamente. La película intenta, por otro lado, hablar del sentimiento de culpa que tiene el personaje principal por hacer un acto que puede ser considerado pecado: encubrir un asesinato. Y digo lo de pecado porque el film tiene unas clarísimas connotaciones religiosas, las cuales son expresadas a través de un par de secuencias (por cierto, el título en español no es por casualidad) que curiosamente están bien filmadas y tienen fuerza por sí solas, pero desentonan un poco en el resto del film y aunque nos sirven para explicar que la protagonista es creyente, dicho dato está metido a calzador en la historia y no tiene una explicación lógica.
Otro de sus grandes problemas es las interpretaciones de su elenco. Por un lado, la "mágica" Deanna Durbin desconcierta en su papel de mujer sumisa y completamente enamorada de su marido pero que por dentro tiene unos remordimientos que no puede con ellos. Hay momentos en los que la actriz parece estar muy bien, por ejemplo aquéllos en los que llora, o muy mal, por ejemplo aquéllos en los que canta. A su lado Gene Kelly, en un papel totalmente alejado de todo a lo que nos tenía acostumbrados. El actor se esfuerza enormemente por resultar convincente en su rol de asesino, y aunque no está mal del todo lo cierto es que al espectador le cuesta creerse a Kelly metido en esa guisa.
Robert Siodmak dirige con eficacia y logra secuencias típicas de su mejor forma de hacer cine, sobre todo aquellas escenas que transcurren en la oscuridad, elemento en el que Siodmak se movía cómo pez en el agua. No obstante no puede evitar caer en cierto aburrimiento debido al equivocado enfoque de la historia, el cual se debe a cambios de ritmo muy bruscos, provenientes de sus continuos flashbacks, algunos de los cuales no están demasiado bien insertados en la trama.
Una película simplemente pasable y que a mí personalmente me supuso una triple decepción: por la película en sí misma (aunque no es mala me esperaba mucho más evidentemente), por comprobar que un grande como Siodmak no estaba a la altura de sus otras obras en un film que tenía todas las posibilidades de estarlo, y por comprobar que un film que he esperado tanto tiempo para ver me dejaba un poco indiferente. Como anécdota final, decir que en esta película se oye la canción 'Always' compuesta por Irvin Berlin, canción que Steven Spielberg quiso para uno de sus fracasos taquilleros, 'Always', pero que Berlin se negó a cederle los derechos porque consideraba al Rey Midas un ñoño. Spielberg tuvo que sustituirla por la famosa 'Smoke Gets in Your Eyes'. Por cierto, la canción de Berlin es una maravilla.