Me encantan los musicales, ¿qué le voy a hacer? Y aunque 'Los últimos cinco años' ('The Last Five Years'), sólo se vio en el Off Broadway neoyorquino, la idea de una adaptación cinematográfica con la dificultad que supone su forma narrativa resultaba de lo más atractiva. Un interés que aumentaba al conocer el nombre de sus dos protagonistas: Anna Kendrick, de quien ya conocemos de sobra sus dotes como actriz y cantante, y Jeremy Jordan, desconocido en nuestro país, pero habitual de los escenarios de Broadway -y protagonizó la segunda temporada de la serie 'Smash'-.
Ahora sólo faltaba encontrar el director adecuado y el elegido fue Richard LaGravenese - responsable de 'Postdata: Te quiero' ('Ps: I love you', 2007)-, que también firma el libreto basado en el musical que Jason Robert Brown estrenó en el 2002. El resultado es de corte totalmente indie, original, entretenido y diferente y es que contar una historia de amor desde su fin y su principio hasta su principio y su fin -parece un lío, pero es así-, prácticamente todo cantado es bastante arriesgado y aunque a algunos les resulte irritante y / o moñas, hay que reconocerle el mérito.
Principios y finales cantados
En 'Los últimos cinco años', conocemos a Jamie Wellerstein, un novelista en ascenso y a Cathy Hiatt, una actriz muy luchadora que no puede encontrar su camino en la profesión. Su relación es como cualquier otra: apasionada al principio, con sus altibajos y sus momentos buenísimos. Pero, ¿qué hace que ésta sea especial? Dos motivos: las luces y sombras de la pareja se nos cuentan a través de canciones y a través de dos líneas de tiempo diferentes y paralelas que se corresponden con cada personaje, y entre medias, una interesante utilización de la elipsis que da total libertad al espectador para construir el resto de la historia.
Así, el punto de vista de ella, comienza al final de su relación y el de él al principio, convergen en la pedida de mano y luego continúan cada punto de vista, continúa su camino. Una interesantisima estructura narrativa que, aunque en cine no sea del todo novedosa, sobre los escenarios debió resultar más novedosa y arriesgada. Aún así, esta fórmula hace que la cinta no resulte encorsetada y nos aleje de la comedia romántica tradicional, lo que nos hace plantearnos hasta que punto el mérito es del director o del creador del musical.
Y es que además, también existe un paralelismo con su adaptación teatral a la hora de componer las escenas y los espacios por los que se mueven los actores. Esta teatralidad, que podría verse limitada en la gran pantalla, consigue liberarse gracias a las canciones de Jason Robert Brown, de melodía pegadiza y letras desenfadadas, divertidas y a la vez, estremecedoras y duras. Una música que encantará a unos, y que a otros puede llegar a resultar irritante, porque la película es practicamente cantada.
Kendrick y Jordan
Con unos guiones plagados de referencias a la cultural popular y a la musical de Broadway -la excusa de que Cathy sea actriz y ensaye diferentes espectáculos, es perfecta-, sin la química de sus dos protagonistas, el riesgo de 'Los últimos cinco años' se iría al garete. Ellos son Anna Kendrick y Jeremy Jordan, ambos con sobrada experiencia sobre los escenarios de Broadway y con capacidades vocales extraordinarias. Jordan y Kendrick se complementan, aunque quizá a ella se le vea más habituada a las cámaras y desprenda más naturalidad que él, que parece mucho más teatral.
Si no te gustan los musicales, obviamente no deberías ir a ver 'Los últimos cinco años', pero te estarías perdiendo una interesante propuesta que deja bien claro cómo es posible contar una historia de amor como cualquier otra de forma originalísima, sin caer en la moñería y los convencionalismos y al ritmo de buenas canciones cantadas por dos jóvenes actores con incomesurable talento. Yo ahí lo dejo, y quizás convezca a alguien.
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