El estelar Bruce Willis, uno de los actores más queridos del planeta, encabeza el reparto de ‘Los sustitutos (Surrogates)’, la nueva película del director Jonathan Mostow (‘Breakdown’, ‘Terminator 3: La rebelión de las máquinas’), una adaptación del cómic creado por Robert Venditti y Brett Weldele. Cuando el viernes pasado comenté los estrenos, y me tocó aventurar algo sobre este producto, me dejé llevar por la ingenuidad que aún me caracteriza, sin la cual me resultaría imposible ir al cine por mi propia voluntad, y dejé escrita mi esperanza de encontrar una interesante propuesta de acción y ciencia ficción.
No es que el tráiler invitara al optimismo, más bien hacía temer lo peor, pero el argumento resultaba muy atractivo (al menos para un aficionado a la ciencia ficción, como un servidor) y no creo que fuera descabellado pensar que Mostow podía haber sacado provecho de un presupuesto estimado en 80 millones de dólares, para filmar espectaculares secuencias de acción en un entorno futurista, animando la historia de un tipo que se encuentra, de pronto, caminando solo en un mundo habitado por robots; una variación de lo que un buen día ideó Richard Matheson con otro personaje (llevado al cine varias veces y nunca muy bien). ‘Los sustitutos (Surrogates)’ nos presenta un futuro en el que la raza humana prefiere vivir a través de máquinas, con las que pueden interactuar sin riesgo alguno, y tener el aspecto que siempre envidiaron.
Ciertamente, Willis está solo en esta película, en todos los sentidos. Su personaje llega a pasearse por las calles sin compañía humana, tras una serie de accidentes y circunstancias (en una escalada de absurdos realmente sorprendente), pero es que también el actor se mantiene como el único punto a favor de la película, un completo despropósito que debería acabar ipso facto con la carrera de Jonathan Mostow en el cine. Y lo digo totalmente en serio, este hombre, a tenor de lo visto, ya no sirve para esto, sería preferible para el bien de todos que se dedicara a otra cosa, dejando su sitio a otro realizador, que por lo menos crea en su trabajo, aunque sea una producción comercial de tres al cuarto, sin pretensiones, como la que nos ocupa.
No es que Mostow fuera un gran director antes, pero no cabe duda que desde la entretenidísima ‘Breakdown’ ha ido cayendo en picado, hasta llegar a esta cosa, que es aun peor que ‘Terminator 3’. Precisamente, Mostow no es el único que ha puesto sus manos en ‘Los sustitutos’ tras empezar a destrozar la saga de ‘Terminator’. La tarea de trasladar la historia del cómic de Venditti y Weldele al cine ha corrido a cargo de Michael Ferris y John Brancato, los mismos guionistas que perpetraron ‘Terminator 3: La rebelión de las máquinas’ y la siguiente, ‘Terminator Salvation’ (posiblemente, la peor). Que estos tipos sigan trabajando, escribiendo los guiones de superproducciones que no sólo resultan de mediocre calidad, sino que además fracasan en taquilla, es algo incomprensible, a menos que los productores que les pagan sean aún más ineptos que ellos, claro. Me imagino la escena: “Oye, ¿estos dos no escribieron una de robots? Pues ala, dales lo que pidan y listo, qué más da, es una peli para frikis”.
Hablando de millones, apenas quince ha recaudado ‘Los sustitutos’ durante su primer fin se semana en Estados Unidos, y eso que se estrenaba sin fuertes competidores. No va a recuperar ni la mitad de lo que ha costado, especialmente cuando se corra la voz de que lo mala, ridícula que es. Tampoco creo que a Bruce Willis le importe esto lo más mínimo, ya ha demostrado todo lo que tenía que demostrar, y si quiere un éxito de taquilla sólo tiene que aceptar un sueldazo multimillonario por encarnar de nuevo a John McLane (algo a lo que ya ha dicho que está dispuesto). Por cierto, en una reciente entrevista, el actor calificó de “repugnante” el look que Mostow y los guionistas le impusieron cuando en la película da vida a su “sustituto”, teóricamente una visión idealizada de sí mismo. No creo que le extrañe a nadie, hay que ser idiota para creer que Willis querría ir así por la calle.
El actor es un profesional y hace lo que puede con su personaje, a pesar del horrendo guión, que tiene momentos verdaderamente antológicos (véase la escenita, ya por el final, del técnico informático, que por supuesto es un sucio gordinflón, indicando a Willis qué teclas debe pulsar, mientras la cuenta atrás va agotándose), y de que a Jonathan Mostow no le queda nada por dar al cine, filmando unas persecuciones lamentables, mareantes y sin criterio alguno, centrando la cámara en objetivos aleatorios, impidiendo saber qué demonios ocurre en la escena y dónde está cada personaje.
El resto del reparto tampoco tiene mucha culpa del desaguisado, aunque lo de Ving Rhames como El Profeta debería ser delito, y que hayan contratado al gran James Cromwell para lo que hace aquí, también (a menos que hayan recortado escenas suyas en la sala de montaje); Radha Mitchell y Rosamund Pike cumplen, sin más. En definitiva, ‘Los sustitutos’ no logra nada de lo que se propone, se desinfla muy rápido, tirando por tierra enseguida un interesante punto de partida, que podría haber dado mucho juego en otras manos; pero claro, para eso hace falta tiempo y talento, cosas de las que al parecer carecen los dos guionistas y el director de esta película inútil.
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