‘Los hombres libres de Jones’ (‘Free State of Jones’, Gary Ross, 2015) narra la poco conocida historia del confederado Newton Knight. Durante la Guerra de Secesión Norteamericana, Knight fue el líder de un buen grupo de desertores que se enfrentaron a los propios hombres del sur, debido a las enormes injusticias que las gentes sufrían a manos de su propio ejército, quienes se suponían debían defenderlos. Las historias alrededor de su persona están rodeadas de leyenda, y muchos historiadores no se ponen de acuerdo al respecto.
De ahí, que un personaje de tal talante quede tan bien en una ficción cinematográfica, sobre todo si está interpretado por Matthew McConaughey en su mejor momento. Sin duda uno de los aciertos de una película que intenta contar algo nuevo y termina sometida ante una escandalosa corrección. Película que, en apariencia, huele a nominaciones al Oscar, algo a lo que Gary Ross ya está más que acostumbrado, aunque no camina por la alfombra roja desde la época de su mejor película, ‘Seabiscuit’ (íd., 2004).
‘Los hombres libres de Jones’ narra las vicisitudes de Knight en los últimos años de la Guerra de Secesión. El libreto de Ross toca todos los temas posibles en un film bélico y sobre el racismo. Todas las injusticias de las que hemos sido testigos a lo largo y ancho de la historia del cine tienen aquí su lugar. Realismo salvaje en las secuencias violentas, blancos que odian a los negros y se lo demuestran, hermanos perdidos, hijos, padres… Hay que agradecerle, eso sí, al director, el no cargar las tintas, rehuyendo de toda épica, incluyendo la sabia utilización de una muy acertada banda sonora, obra de Nicholas Britell.
Ross no se arriesga lo más mínimo con el material que tiene entre manos. Intenta tocar demasiados palos e incluso cae en subrayados innecesarios como los saltos temporales que nos llevan a un hecho acaecido más de ochenta años después, protagonizado por el nieto de Knight. Con ello se muestra que la lucha por los derechos de igualdad continuó mucho tiempo después de las lágrimas y sudor de Newton. Un subrayado innecesario que logra el efecto contrario al deseado.
Académica corrección
(From here to the end, Spoilers) Con todo el film posee nos pocas secuencias de lo más atractivas, que alegran una función por lo demás bastante anodina debido al poderoso déjà vu que desprenden las más de dos horas de metraje. Pero instantes como el descubrimiento del cadáver de Moses, sin maniqueísmos de ningún tipo; o la brillante secuencia de acción que tiene lugar en un entierro, destacan por encima del resto. Ross revela en ellas una mano para la narración que rara vez ha asomado en sus trabajos.
‘Los hombres libres de Jones’ también goza de excelentes interpretaciones de todo su reparto, perfectamente compenetrado, sin ninguna tendencia al lucimiento. Eso sí, Matthew McConaughey tiene “sus momentos”, casi siempre cuando tiene que hablar a los suyos. Marcando el acento texano en cada frase, con las típicas pausas a las que nos tiene acostumbrados. Precisamente, en los silencios del actor se encuentra el mejor retrato de Newton Knight. Ross a veces le enmarca en el plano como una figura desencajada, sin un lugar en un mundo que no le quiere. Momentos que parecen pasar inadvertidos en medio de un diseño de producción apabullante.
Reciente aún el éxito de la magnífica ’12 años de esclavitud’ (’12 Years a Slave’, Steve McQueen, 2013), poderoso drama sobre la esclavitud, la mirada de Ross sobre el tema sabe a poco. Un tema tan espinoso como el racismo, por muy manido que esté, requiere de más garra, de más entrañas y atrevimiento. La corrección está muy bien para la gente educada —eufemismo de hipocresía— que mira hacia otro lado cuando se habla de uno de los episodios más vergonzosos de la historia. El ser humano merece más respeto. También una buena hostia.
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