'Los falsificadores' ('Die Fälscher') se estrena el viernes, 14 de marzo. Se trata de la ganadora del Óscar a la mejor película de habla no inglesa. Está dirigida por Stefan Ruzowitzky y protagonizada por Karl Markovics y August Diehl.
'Los falsificadores' nos narra cómo Salomon "Sally" Sorowitsch es detenido por falsificar documentos y llevado a un campo de concentración. Su talento artístico pronto será detectado por los guardias que le darán comida y privilegios a cambio de retratos. Más tarde, se le trasladará a otro campo donde los nazis reproducen divisas para romper las bolsas del Reino Unido y de Estados Unidos. El protagonista tendrá que colaborar con sus enemigos y los exterminadores de su raza ayudándoles a ganar la guerra.
El tema de las falsificaciones, basado en un hecho real, es muy interesante, pero eso no evita que la historia que se narra en la película sea demasiado convencional y esté desarrollada con todos los pasos previsibles de una cinta formularia. Se le añaden los toques humanos necesarios para que aparente algo más y el plato está servido. Lo que la saca de lo convencional es la forma en la que se ha rodada. La cámara se mueve con un pulso tembloroso, lo cual destaca dentro de una historia ambientada en los años cuarenta del pasado siglo. El objetivo se acerca a los personajes en cortos zooms repentinos similares a los que podemos ver en las series de televisión. La música, creada con la base de un tango que se escucha al principio, tiene un componente alegre y hedonista que sirve como auténtico contrapunto a las imágenes mostradas y quizá es, por ello, el elemento que más hace que 'Los falsificadores' sobresalga de manera positiva.
De nuevo, como dije sobre 'Cometas en el cielo', el hecho de incluir un tema político, hace que la película parezca más importante de lo que es. Pero incluso en este sentido, el mensaje que se da es muy cuestionable, pues, 'Los falsificadores' presenta a los nazis como personas capaces de apreciar el arte (probablemente lo serían algunos de ellos, ¿por qué no?) y al contarnos que el protagonista se libró de perecer o sufrir en el holocausto gracias a sus habilidades, da la impresión de que si los demás judíos sucumbieron fue porque no eran lo bastante listos o porque no tenían aptitudes concretas de las que valerse. Se incluye una frase en el film que lo deja muy claro, algo parecido a esto: "Un judío tan listo como tú, conseguirá librarse de alguna forma". Es evidente que el personaje lo logró por esos motivos, pero está claro que los que murieron o fueron torturados y acabaron casi en la inanición no llegaron a esos extremos por su falta de astucia. Este mensaje individualista que hace creer que uno se puede salvar a sí mismo gracias a determinadas capacidades me suena muy estadounidense y quizá por ello ha calado en los corazones de los miembros de la Academia de Hollywood.
El protagonista, Sorowitsch, es un tipo que no destaca precisamente por ser una buena persona, pero que se verá arrastrado a llevar a cabo una heroicidad. Esto es lo que la película quiere contar y es algo que podría ser muy interesante psicológicamente. Sin embargo, no se puede decir que lo logre del todo. El retrato del personaje vividor que, a pesar de todo, se preocupa por los demás, más que hallar el equilibrio entre virtudes y defectos que se aleje del maniqueísmo, lo que hace es presentar a una persona indefinida, que actúa de maneras diferentes según lo que el guión requiera en cada momento. Tan pronto es indiferente a todo, como de repente planta cara por los más jóvenes para no parecer un cobarde y se vuelve paternalista. Incluso dentro de un personaje polifacético tiene que haber una cohesión. Cuando llega ese final heroico, parece que todo le viene hecho y que le hubiese salido así por casualidad. Tan poco claras han quedado sus acciones que la heroica intervención de los protagonistas tiene que transmitirse a los espectadores a través de un letrero final. Estos carteles se suelen utilizar para añadir más información de la ya mostrada, no para aclarar lo que no se ha contado bien.
Con todo esto no quiero decir que se trate de un mal film. Los actores hacen un buen trabajo y la historia engancha –a pesar de ser convencional y de que se le puedan objetar algunos detalles—. Así que en general, la película funciona y, como mínimo, se puede decir de ella que es correcta e incluso que supera la corrección. Pero ni mucho menos es la mejor de 2007 de habla no inglesa. No es que me extrañe encontrar discrepancias con los gustos de los grandes jurados, pero sí se me hace raro ver que le han dado el Oscar a un film que es, como mucho, solvente y pulcro, pero muy similar a tantos otros. Da la sensación de que lo hubiesen hecho para que la ganadora no haga sombra a ninguna de sus premiadas o siquiera a las candidatas.
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