Rachid Bouchareb, autor de ‘Indigènes’ (‘Days of Glory’), presenta el 16 de julio su film ‘London River’ (2009), que nos cuenta cómo, tras la explosión de las bombas en autobuses y metro del 7 de julio de 2005 en Londres, Elaine, preocupada por su hija, Jane, quien no contesta al móvil y no le devuelve las llamadas, se presenta en el domicilio de la joven en la capital. Allí comenzará a descubrir aspectos de la vida de Jane que le despertarán todos sus prejuicios, hasta el punto de provocarle la sospecha de que esté involucrada, aunque sea indirectamente, en el atentado.
La película se centra en la pesadilla que supone para los familiares y amigos de las personas que han estado cerca de un atentado o de un desastre natural ignorar el paradero de sus conocidos y temer lo peor. Pero la incertidumbre les permite, al mismo tiempo, mantener las esperanzas de que todo esté bien. El autor explora que esta opción puede ser más difícil de sobrellevar que la seguridad de que la fatalidad ha afectado a sus parientes.
Esas horas (o días) en las que las víctimas no han sido identificadas suponen un interesante material dramático. No obstante, no es este aspecto el que más interesa a Bouchareb y, si lo es, no es el que mejor ha sabido retratar. Es mayor la intensidad dramática que presenta el reflejo de las reacciones racistas de la mujer ante cada nuevo descubrimiento sobre la vida de su hija. Resulta, por lo tanto, una lástima que la actitud prejuiciada ante las personas que está conociendo se disipe de manera tan fácil con el simple descubrimiento (spoilers) de un dato sobre la autoría de los ataques terroristas que el autor se guarda para el punto que le conviene, pero que se podría haber sabido en cualquier otro momento. De esta forma, ni un aspecto ni el otro del drama están explorados con profundidad satisfactoria.
La reducida peripecia se extiende a lo largo de una duración breve, pero no por ello ajustada. Aunque habitualmente no soy partidaria de la multi-historia, en este caso es posible que hubiese sido más interesante sumar al drama de estas dos personas, la búsqueda realizada por otros familiares de víctimas. Una narración no del todo eficaz y más manipuladora de lo que el estilo de realización deja traslucir no resta, no obstante, dramatismo a unos hechos de por sí conmovedores.
‘London River’ posee dos escenas que destacan por su efectividad y ambas se corresponden a sendas llamadas de teléfono. En una de ellas (spoilers), Elaine deja un enésimo mensaje a su hija, fingiendo que no le parece mal su relación con Alí y que es amiga del padre de éste. El intento de optimismo que le hace mencionar incluso la posibilidad de que haya boda, mientras en su rostro adivinamos el terror, es grandioso. Es igualmente emotivo el momento en el que el padre de Alí llama a la madre del joven para comunicarle la noticia (fin del spoiler).
Como casi siempre ocurre en films premiados en festivales y alabados por un público que gusta del cine de autor, lo que realmente vale la pena de ‘London River’ es la interpretación de los protagonistas, en este caso, de Brenda Blethyn. Además de lograr esa elocuencia en la escena ya mencionada, la actriz sostiene todo el film partiendo de poco. Sotigui Kouyaté no me resulta tan convincente, ya que, a mi parecer, se limita a estar en el encuadre, eso sí, con una presencia muy vistosa, y a emitir sus frases sin más, con una emoción equivalente en todas las situaciones.
‘London River’ es una pequeña historia de personas anónimas que no aspira a crear épica ni a suponer una denuncia poderosa. Pero dentro de sus intenciones modestas, considero que podría haber alcanzado con mayor acierto sus propósitos dramáticos. Nada de esto significa que no esté lograda en términos generales, aunque sólo sea por la fuerza que, de por sí, posee el suceso que refleja.
En Blogdecine | 57º Festival de San Sebastián: insoportable ’10 to 11’, estimable ‘Los condenados’
Mi puntuación: