Uno de los rumores más comentados de los que circulan por Internet estos días señala que 20th Century Fox ha ofrecido 100 millones de dólares a Hugh Jackman para que siga interpretando a Logan/Lobezno en cuatro películas más. Al margen de la cifra --una barbaridad, a menos que la comparemos con los 50 millones que cobró Robert Downey Jr. por ser Iron Man en 'Los Vengadores' ('The Avengers', Joss Whedon, 2012)--, lo más llamativo es que el actor australiano pueda seguir vinculado al superhéroe en los próximos años, cuando ya lo ha encarnado en seis ocasiones y el año que viene lo tendremos otra vez en cartelera con 'X-Men: Días del futuro pasado' ('X-Men: Days of Future Past', Bryan Singer, 2014).
Si la oferta es auténtica y él acaba aceptando, dará vida al personaje en 11 largometrajes. Más que 'Lobezno inmortal' ('The Wolverine', James Mangold, 2013), quizá habría que empezar a hablar de 'Lobezno cansino'... Lo cierto es que su última aventura es la producción menos rentable de las que se han estrenado hasta la fecha relacionadas con la franquicia X-Men. Y sí, Jackman es un tipo extremadamente carismático que lo ha dado todo por el papel --aunque habría que preguntarse si era necesario lucir tanto músculo...--, pero con el tiempo es inevitable repetirse y acabar agotando posibilidades. Uno de sus últimos cartuchos y la mejor opción en estos momentos era adaptar el cómic 'Lobezno: Honor', en el que Logan es introducido en la cultura japonesa.
La bella y la bestia
Los guionistas Mark Bomback, Scott Frank y Christopher McQuarrie --autor del primer borrador, no aparece acreditado-- se han ocupado de adaptar a la gran pantalla la célebre obra escrita por Chris Claremont e ilustrada por Frank Miller, concebida para renovar al popular mutante. Evidentemente, 'Lobezno inmortal' no tiene el mismo objetivo, no obstante, ofrece la oportunidad de ver a Logan en situaciones inéditas y en cierto modo permite darle un nuevo enfoque, dar pie a otra fase en su ya larga etapa como héroe cinematográfico; de hecho, la última escena --y no me refiero al teaser que hay en los créditos-- parece dar la bienvenida a una peculiar alianza destinada a resolver conflictos alrededor del mundo. Podría ser una salida, si deciden continuar con Jackman.
Tras pasar por las manos de Singer, Brett Ratner y Gavin Hood --Matthew Vaughn apenas lo tuvo a sus órdenes unas horas--, el Lobezno de Mangold comienza siendo un héroe sin propósito, un hombre traumatizado por el desenlace de Jean Grey (Famke Janssen) que ha decidido apartarse del mundo y vivir solo, en compañía de animales. Se le compara primero con un oso (grizzly) y después con una bestia invencible y protectora. Este salvaje encontrará una misión cuando alguien de su pasado, un joven soldado al que salvó la vida, reaparece décadas después con una sorprendente propuesta: liberar a Lobezno de la carga de la inmortalidad. El mutante es lo suficientemente educado como para no escupir al anciano en la cara pero poco le falta. Sin embargo, pronto descubre que todo es más complicado de lo que parece y un retorcido plan se ha puesto en marcha...
Más aciertos que errores en 'Lobezno inmortal'
Ya que está en Japón, los guionistas tienen la disparatada idea de enfrentar a Lobezno contra samuráis, yakuzas, ninjas y hasta un robot gigante. El menú completo. Además, la inevitable villana sexy (Svetlana Khodchenkova) que nada más verla ya sabes que trama algo malvado --extrañamente, el héroe tarda bastante en descubrirlo--. Y para rematar, el mutante --en su versión más eastwoodiana posible-- debe resolver un singular triángulo amoroso entre la hija de su "viejo amigo" (Tao Okamoto) y el recuerdo de Jean, que lo visita en sueños. La necesidad de convertir 'Lobezno inmortal' en un gran espectáculo lleva a encadenar largas secuencias de acción que aun estando filmadas con habilidad, pulso y nervio, resultan algo repetitivas y en ciertos momentos pueden marear.
En cualquier caso, lo más flojo es el tramo del enamoramiento. La película se estanca, no sabe generar interés, es todo fórmula y tópico, lo justo para volver a poner a la dama en peligro y plantear el heroico rescate a la desesperada. Ahí vuelve la emoción a pesar de que hay un importante problema: el mutante es invencible y nunca sientes verdaderas las amenazas, son como un farol mal ejecutado. Este hándicap lo compensa Mangold dotando a la narración de intriga, tensión, chispazos de humor, imágenes impactantes --la secuencia de la bomba atómica--, peleas contundentes y un impecable acabado visual. Sobra seriedad y falta espítitu lúdico pero en general es un disfrutable entretenimiento que mejora con creces el desastre del anterior spin-off, 'X-Men orígenes: Lobezno' ('X-Men Origins: Wolverine', 2009).
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