Lo puedo decir de muchas formas. Puedo echare piropos a Leonor Watling desde muchas perspectivas y todas serían válidas, pero lejos de ser esto una carta de amor a una de nuestras mejores actrices, lo cierto es que visionando el último trabajo de Mariano Barroso —sólo por haber hecho ‘Éxtasis’ (1996) ya merece toda nuestra atención—, me he encontrado una vez más con una de esas películas que se sustentan sobre todas las demás cosas en el impecable trabajo de un actor o actriz. Muchas veces la labor de dicho intérprete llega para salvar una película, otras esta es tan mala que dicho trabajo nos produce pena, pues ¿cuántas excelentes interpretaciones hay en películas fallidas o directamente malas —uy, idea para un post—? En el caso de ‘Lo mejor de Eva’ (Mariano Barroso, 2011) Watling es de lo más sobresaliente del film, un thriller erótico de factura a ratos impecable, y con la provocación de un relato de literatura de segunda.
Leonor Watling es una de esas actrices que interpretan con todo su cuerpo. Su fisicidad es tan importante como la convicción con la que recita sus diálogos, y evidentemente no siempre ha estado metida en películas recordables, sino más bien todo lo contrario. No quiero ni acordarme de cierta memez dirigida por Bigas Luna, o lo desaprovechada que está en cierta cinta de Álex de la Iglesia, o lo poco que sale en otras de Isabel Coixet, aunque en ‘Mi vida sin mí’ (‘My Life Without Me’, 2003) se hace notar lo suficiente. ‘Lo mejor de Eva’ da la oportunidad a Watling de lucirse como pocas veces, dejando claro que puede con personajes de hondura psicológica. La pena es que la película, sin ser mala, no está a la altura del excelente trabajo de la actriz.
El film de Barroso cuenta con un guión del propio director y Alejandro Hernández —escritor que le pega a todo demostrando que quien mucho abarca poco aprieta— cuenta la historia de Eva (Watling), una mujer que ha llegado a ser juez trabajando duro, siendo la primera de su promoción. Ahora dispone de un excelente trabajo, y tras un montón de juicios con casos irrelevantes llega el primer caso por asesinato. Una joven prostituta ha sido encontrada asesinada, y el principal sospechoso es un importante hombre de negocios, casado y con un hijo enfermo de los huesos. Eva pondrá todo su empeño en encerrar al más que claro culpable, pero ya sabemos cómo funciona la ley en nuestro país. Una noche Eva recibe la inesperada visita de Rocco (Miguel Angel Silvestre), un hombre que se dedica a la prostitución y que le advierte que si quiere hacer justicia de verdad que cuente con él. Pronto empezará un juego de engaños y mentiras que pondrán en peligro a la propia Eva.
Leonor Watling llena cada uno de los fotogramas en los que aparece, que son casi la totalidad del film, poniendo toda la carne en el asador, demostrando firmeza y fragilidad al mismo tiempo. Firmeza por la vida que ha llevado, de estudio y responsabilidad, afectada por la dura educación que su padre, fiscal y ahora muy enfermo, le dio. Y fragilidad por la atracción que siente hacia Rocco, la cual sabe puede traerle problemas no sólo de tipo sentimental, sino profesional. Si la Watling tiene que ponerse seria, lo hace, si tiene que enseñar su cuerpo en escenas de desnudo, esta vez justificado, lo hace, si tiene que ponerse dramática, también. ‘Lo mejor de Eva’ es una película para el lucimiento de una actriz, de una de nuestras mejores actrices, y es lo único que vale verdaderamente la pena en una película que nunca termina de arrancar.
Mariano Barroso se las ingenia con su puesta en escena, más cuidada que de costumbre, el paliar los defectos de un guión previsible y tópico hasta decir basta. Cualquiera que se haya empapado un poco de cine negro sabe perfectamente qué ocurrirá con el personaje de Rocco —el homenaje a una de las mejores película de Luchino Visconti no sé a qué viene—, sorpresa que evidentemente no se reservan para el final, porque ya sería tomar al espectador por tonto, algo que suelen hacer bastante en nuestro cine. Además, la no interpretación de Miguel Angel Silvestre, a quien su peor enemigo le recomendó meterse a actor, no ayuda ni lo más mínimo. No sé por qué, pero su rol, un intento de convencer a la audiencia de que sabe algo del noble trabajo de interpretar, me recuerda a Javier Bardem, salvando las distancias —años luz—. En cualquier caso, el trozo de carne está horrendo y su química con Watling, absolutamente necesaria para la historia, no existe.
Barroso, tal vez consciente de que con ello no puede hacer nada, al menos filma con cierta elegancia, y dota de algo de ritmo al film, logrando que el aburrimiento no aparezca durante toda la función, lo cual ya es bastante. Hasta me atrevería a decir que la sombra de Michael Mann navega por la película en ciertos momentos, aquellos en los que Eva pratica deporte por la noche y la amenaza se cierne sobre ella —hay un instante que parece sacado de ‘El dilema’ (‘The Insider, 1999)—. Al final, y como ocurre en muchos casos, se tiene la sensación de que ‘Lo mejor de Eva’ podría haber estado muchísimo mejor, un thriller en el que la parte de suspense no está conseguida y el retrato de su personaje central es lo más logrado. Una actriz que enamora literalmente a la cámara. También a los micrófonos, pero eso es otra historia.
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