Steven Spielberg es uno de los realizadores más importantes del cine moderno, dotando siempre a sus películas de su sello personal, una inconfundible mezcla de gran conocimiento del cine de puro entretenimiento con un acabado artístico que para sí quisieran la gran mayoría de directores de Hollywood.
Eso no quiere decir que a lo largo de su carrera no haya cometido varios errores, ya sea motivado por aspectos comerciales – la cuarta entrega de las aventuras de Indiana Jones- o inquietudes más personales – la vulgar ‘Amistad’ (1997)-, pero la tónica dominante de los últimos años ha sido la de ir regalándonos buenas películas con chispazos ocasionales de auténtica genialidad y, de vez en cuando, sacando adelante largometrajes prácticamente redondos en los que hace honor a su título honorífico de Rey Midas de Hollywood. Este pasado viernes llegaba a España ‘Lincoln’ (2012), su aproximación a la figura de uno de los presidentes clave de la historia de Estados Unidos en la que Spielberg vuelve a desplegar lo mejor de sí mismo.
Es evidente que la historia siempre la escriben los vencedores, quedando el dibujo completo de lo realmente sucedido reducido a investigadores de lo sucedido que tienen que luchar contra la falta de interés de los organismos oficiales. Para algunos ya es una limitación suficiente como para que Tony Kushner coja el libro de Doris Kearns Goodwin y cambie cosas a su antojo no sólo para enaltecer la figura mesiánica de Abraham Lincoln, sino también para acercarlo a Obama en sus intentos de salvar una nación enferma. La abolición de la esclavitud frente a la recuperación de la crisis económica que amenaza con destruir el odioso sistema capitalista, pero hay muchos puntos oscuros para conseguir el bien común y eso es algo que Kushner y Spielberg prácticamente desprecian en una decisión que no daña para nada el resultado final, ya que su objetivo no es el verismo histórico de ‘Lincoln’.

El Lincoln de Spielberg es una figura paterna para Estados Unidos del mismo modo que lo era el Nelson Mandela de Clint Eastwood en ‘Invictus’ (2009), pero la forma de retratarlo difiere sobremanera: Lincoln es un padre preocupado dispuesto a lo que sea por imponer sus métodos y acabar con la esclavitud en Estados Unidos, mientras que Mandela funcionaba más como un progenitor distendido que confiaba en sus más cercanos para romper la barrera racial en Sudáfrica. Su objetivo tienes raíces muy similares, pero Eastwood apostaba por el poder integrador del deporte como eje del relato, mientras que Spielberg prefiere confiar en una apariencia de drama histórico de corte más académico, aunque evitando caer en los excesos trascendentales o los maniqueísmos que asolan a muchas propuestas de este corte.
El abultado metraje de ‘Lincoln’ es uno de los grandes miedos de muchos a la hora de encarar su visionado, pero el fluido ritmo del que Spielberg dota al relato atrapa a un espectador al que controla sin caer en la manipulación, pasando del dramatismo más feroz a la comedia más liviana – intachables las escenas del trío liderado por James Spader- con indiscutible brillantez. Poco importa que todos sepamos que Lincoln consiguió abolir la esclavitud, ya que los mecanismos utilizados por Kushner y Spielberg consiguen elevar a la altura de la épica una simple votación política que en primera instancia parecía condenada a resultar repetitiva incluso en sus propios giros de guión – la solicitud al protagonista de que avale algo que sabe falso- . Es en este tramo final cuando hace acto de presencia el Spielberg más popular para engatusarnos y celebrar como nuestra la victoria personal del protagonista.

Sería imperdonable olvidar el brillante trabajo técnico de muchos de los colaboradores de Spielberg, pero sobre todo en el caso de Janusz Kaminski en la iluminación, aprovechando al máximo los contrastes para incidir en la fuerza mesiánica de Lincoln en sus escenas más íntimas – pienso sobre todo en la resolución de varias de las que comparte con su esposa- y dando vigor al conjunto. Spielberg, sabedor de contar con un equipo de primera, se atreve a abordar tramas de importancia de una forma un tanto minoritaria, restando esto un poco de empaque al conjunto. Y es que el Lincoln padre de familia es un personaje menos poderoso que su rol como salvador de su patria, pero estos detalles resultan esenciales para dar más relieve al personaje de un Daniel Day-Lewis merecedor de todos los premios habidos y por haber por su actuación aquí. Y es que su fuerza como orador – atención a la estupenda secuencia inicial- se resquebraja cuando tenía que lidiar con los suyos, también heridos – su hijo fallecido- y en peligro de descomposición – un desaprovechado Joseph Gordon-Levitt empeñado en alistarse al ejército que lidera su padre-, pero aquí es más débil, algo que se remarca a través de ciertos excesos dramáticos por parte de Sally Field que no siempre están resueltos con fortuna.
Llama la atención la oposición entre el acercamiento casi divino a la figura de Lincoln y que Spielberg no recurra a él como eje de todas las secuencias, siendo éste uno de sus mayores aciertos, ya que permite al espectador respirar un poco y conocer también otros detalles de interés, la mayor parte de ella gracias a un sentido Tommy Lee Jones. No deja de ser un personaje utilizado para matizar el caso real, ya que ‘Lincoln’ nos recuerda que los cambios han de ser progresivos para ser posibles dentro de los cauces habituales y que los excesos condenan a toda buena idea al fracaso más absoluto. Es por aquí por donde se justifican prácticas censurables en la vida real como la corrupción o el riesgo de sacrificar vidas de inocentes para salirse con la suya, una muestra de picardía que, al igual que su propia familia, ayuda a mantener a Lincoln con los pies en el suelo. No seré yo el que celebré el saltarse la ley a la torera, pero nada hubiera cambiado si todo hubiera seguido los cauces de la normalidad establecida. Lincoln es un héroe, seguramente mucho menos puro que el que nos propone Spielberg, pero cada uno siempre tendrá a destacar unos recuerdos sobre otros y ‘Lincoln’ no es más que un ejemplo de discriminación interesada como base para una gran película que también funciona a las mil maravillas como entretenimiento.

Estamos pues ante un estupendo largometraje que no tiene tanto interés en ofrecer una visión histórica certera como de indagar en la figura de Abraham Lincoln como referencia paterna de un país en proceso de autodestrucción. La portentosa actuación de Daniel Day-Lewis sirve como eje para que Spielberg nos ofrezca un fascinante – e impecable técnicamente- relato en el que no cae en el error de querer ser demasiado trascendental, pues no le tiembla el pulso para aplicar varias soluciones más propias de una producción de puro entretenimiento. Hay fallos menores – algún personaje queda un poco perdido en la grandeza de la propuesta- y la falta de verosimilitud histórica puede molestar a los puristas en la materia, pero ‘Lincoln’ es un ejemplo de brillantez cinematográfica – aún dudo si por encima o no de la que era hasta ahora mi favorita personal para los próximos Oscar-, y eso siempre será lo más importante al hablar de una película que conflictos menores como sus logros como adaptación o las inútiles discusiones sobre su ideología.
Otra crítica en Blogdecine: ‘Lincoln’, una verdad inconveniente
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51 comentarios
Bob
¿Y para hacer esto te has tirado más de diez años, Stevie? Eso fue lo que me preguntaba nada más terminar de ver la película. Nada, aburrimiendo y más aburrimiento. Un completo coñazo, pedante, azucarado, demagogo, con un tono aleccionador que le dan a unos ganas de echar la pota y no parar. Eso sí, con unos Daniel Day-Lewis y Tommy Lee Jones tremendos. Y muy bonito, bien hecho y recreado todo, sin olvidar los cada vez más irritantes violines de John Williams reventándonos nuestros pobres tímpanos para subrayar los momentos de emoción como si fuéramos gilipollas. Un tostón estático, en definitiva, con un guión que tampoco es nada del otro mundo (las escenas en las que Lincoln cuanta anécdotas... ¿en serio alguien se puede reir o emocionar con eso?).
Y escribo estas palabras con todo el dolor de mi alma, ¿eh? Solo me queda rezar para que el próximo trabajo de Spielberg sea un sci-fi o una peli de aventuras de sabor añejo, porque viendo los paupérrimos resultados artísticos de 'War Horse' y 'Lincoln' no me parece que este señor vaya a volver a alcanzar en el drama (ya sea histórico, bélico o político) los extraordinarios niveles alcanzados en 'El Imperio del Sol', 'La Lista de Schindler', 'Salvar al soldado Ryan' o 'Munich'.
Si queréis ver un alegato contra la esclavitud no os lo penséis dos veces y tiraros de cabeza a ver 'Djando desencadenado', que desde luego es mucho más divertida.
Harry Powell
El 'Lincoln' de Spielberg es un peliculón, y Day-Lewis se sale. Seguramente estamos hablando del mejor director de cine vivo y de uno de los mejores interpretes de todos los tiempos. He dicho.
Saludos.
V4RVENDETTA
A mi no me ha parecido una magnifica pelicula, buena sin mas y bien realizada tecnicamente, ni Daniel Day-Lewis me ha parecido memorable. Es mas, ni debio estar nominada a mejor pelicula ni Spielberg a mejor director.
Dias atras comente mi opinion: http://www.blogdecine.com/respuestas/la-13-enmienda-aka-lincoln
Peter Griffin
Supongo que cuando los americanos ven película españolas sobre la guerra civil, tetas y demás, pensarán lo mismo que nosotros sobre las películas sobre la historia americana.
Son un muermo a veces, sí.., pero Spielberg está en un punto de su carrera en donde ya puede hacer lo que quiera.
hectye
Que otro director de Hollywwod puede presumir de dirigir dos peliculas tan diferentes en un mismo año? 1993--- Jurassic Park y La lista de Schindler 1997--- El mundo perdido y Amistad 2002--- Minority report y Atrapame si puedes 2005--- La guerra de los mundos y Munich
MORGOTH
a los que no les gusta (pregunto, porque no la he visto) es porque el tema de la película no les gusta, o porque la consideran una mala película?
miguel.delgado.735
Lincoln es un relato serio, complejo y sin sensacionalismos de un hecho importantísimo. Es más que una buena película, es importante. Otra cosa es que en este país seamos unos cazurros y nos la pele la historia de otras partes del mundo (y sí es de los malditos yanquis ni te cuento). Y que en general muchos ven el nombre de Spielberg y ya van con el cuchillo entre los dientes. Negar la calidad de la interpretación de Daniel Day-Lewis es de necios.
Por cierto, tampoco la veo tan lejana a otros trabajos del director, no hay más que echarle un vistazo a El imperio del Sol, Munich o Amistad.
Salander13
Genial!! y es que si se pone a hablar de sus corrientes politicas nadie la hubiera visto, un Lewis impecable!!!
El Fabuloso Dr. Manga
La película está bien sin más, con algunos tramos bastante plomos. Lo mejor para mi gusto está en la votación, que está rodado con bastante brío. Sin embargo, los momentos intimistas no están muy logrados, prefiero los de Hooper en el discurso del rey.
diego.souto.712
Crítica mínima. Day-Lewis: soberbio. Sally Field: estupenda. Lee-Jones: eclipsado por su peluca. Lincoln: un mueeeeermo de tres horas a contraluz.
jleonardo911
Recién veo esta critica y cuando recien veo a Daniel Day-Lewis así con los brazos cruzados, recién aparece en mi cabeza a Hugo Strange, villano de la serie Batman. Si piensan hacer una cuarta pelicula del personaje con Christopher Nolan (Si es que no lo cansamos), Daniel tendría que aparecer como Hugo Strange (Si dios quiere), está para serlo.
atheron
Es una gran película, pero es una pelicula completamente atípica de Spielberg. Lo que más me llamó la atención fue que contrario a lo que generalmente ha dirigido, esta no es una película para todos los públicos.
Hansel77
La fotografía de las películas de Spielberg dan siempre un aspecto como un museo de cera.. donde están todos los detallitos. Pero la vida que pueda haber o simular está hecha con patrones de comportamiento limitados, estudiados.. poco ricos y poco variados.