Guillermo Arriaga debuta en la dirección con 'Lejos de la tierra quemada' ('The burning plain'), que se estrena este viernes, 13 de marzo. La protagonizan Charlize Theron, Kim Basinger, Joaquim de Almeida y José María Yazpik.
Sylvia es la dueña de un restaurante. Está acostumbrada a tener relaciones esporádicas con hombres y le gusta infligirse dolor físico. Mientras tanto, en México, un fumigador que tiene una hija sufre un accidente grave, pero no mortal, con su avioneta. Santiago y Mariana son dos adolescentes que ven trastocadas sus vidas porque el padre de él y la madre de ella han muerto en un incendio mientras hacían el amor a espaldas de sus respectivos cónyuges.
Resulta paradójico que el guión sea la parte que menos conseguida está de este film. 'Lejos de la tierra quemada' narra una historia que no tiene demasiada importancia por sí sola y es, en teoría, el juego estructural que crea el guionista mexicano lo que debería dotarla de interés. Sin embargo, considero que la forma en la que está dosificada la información, lejos de apoyar la historia y hacer que se transmita mejor, lo que hace es perjudicarla por completo.
Durante la mitad del metraje desconocemos la relación entre unos personajes y otros. No tiene sentido guardarse esta información, ya que su revelación no supone una sorpresa, simplemente da al espectador la sensación de atar cabos. Cuando la conocemos, ya podemos ver hacia dónde va a dirigirse la trama. Y a partir de ese momento, todo lo que ocurre parece que estuviese repetido porque ya lo sabemos. Por lo tanto, tendría sentido que se supiese desde mucho antes o que se reservase la solución hasta un instante más cercano al final.
Las diferentes tramas se ordenan en paralelo unas con respecto a otras. Este montaje divide en momentos demasiado pequeños las historias, por lo que volvemos a ellas para ver fragmentos que no nos aportan nada. Es lo mismo que ocurre con algunas series de televisión en las que se vuelve a alguna de las tramas paralelas únicamente para que no las olvidemos, no porque en ellas vaya a suceder algo significativo.
Los demás aspectos de esta película están muy bien tratados: desde una fotografía muy plástica, con encuadres bonitos, logrados tanto en los exteriores abiertos de los campos, como en los interiores urbanos; hasta un montaje parsimonioso, pero que se puede intuir que busca a propósito la lentitud y no es el culpable del tedio que produce la película, ya que éste proviene de la construcción del guión. Arriaga utiliza el fuego de forma recurrente para representar la destrucción y es este elemento visual lo que da fuerza al film más allá que los sucesos o los sentimientos.
En general se puede decir que es una película muy bella y probablemente lo más bello son sus actores, aunque esto, más que algo positivo, puede verse como una observación negativa que sólo se hará si estamos contemplando rostros guapos en lugar de ver personas o personajes, que es lo que deberíamos encontrar en las películas. Las interpretaciones de los actores son correctas, aunque quizá se vean algo frías. Esta falta de cercanía es posible que no se deba tampoco a los propios intérpretes, sino que sea la desesctructura lo que nos esté alejando de la posible empatía que podría surgir de las historias.
Por encima de los adultos hay que destacar a los actores adolescentes: Jennifer Lawrence y J. D. Pardo. Ellos son quienes están más convincentes y quienes más ternura nos producen. Su pequeña narración es la que más nos interesa. Yazpik sería el siguiente en autenticidad, con esa cara que parece que está siempre rogando. Este actor tiene uno de los momentos más elocuentes de la película, lo cual es aún más meritorio porque en ese instante él se queda mudo.
Detrás vendrían los tres más célebres. Joaquim de Almeida quizá su único problema sea que conocemos su nacionalidad y no podemos creérnoslo como mexicano, aunque sea por lo evidente que se hace que el español no es su lengua materna –algo similar sucede con Danny Pino, a quien hemos visto frecuentemente hablar inglés en 'Caso abierto'—. Kim Basinger está muy agarrotada durante toda la película. Es cierto que en parte su papel lo requiere, pero la interpretación en general no llega a ser redonda. No sé si se busca que despierte antipatía adrede, pero el caso es que no es fácil ponerse de su parte. Charlize Theron tiene un personaje muy atormentado y por ese motivo debe estar siempre mostrando que dentro de ella habita una gran tragedia. Incluso con lo que le esconde, creo que su dramatismo es exagerado.
Concluyo que 'Lejos de la tierra quemada' es una película con un tono demasiado dramático y con unos juegos de estructura que únicamente pueden entenderse como capricho de Arriaga para mantener su marca de autor, pues no benefician en nada a la historia. La película se contempla gracias a su belleza, pero no se entra en ella, no atrapa ni hace sentir.
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