Uno de los aspectos que otorga de grandeza a la ficción "de género" (inclúyase desde fantasía hasta superhéroes y ciencia ficción) es que es un concepto tan abierto que hay cabida para todo tipo de enfoques, estilos, argumentos y temas. Y esto incluye la existencia de una serie única en su especie como es 'Legión', que regresó la semana pasada en FX (y el pasado domingo en FOX España).
Tras una estupenda primera temporada, en estos nuevos episodios de 'Legión' ha pasado un año desde que el Rey Sombra escapase en el cuerpo de Bird (Jemaine Clement) y David (Dan Stevens) fuera secuestrado. Mientras, la gente de Summerland está integrada en la Division 3, que busca el cuerpo original de Farouk.
Aparte, se está propagando una infección "castañeadientes" y aparece una Syd (Rachel Keller) del futuro, se produce el reecuentro de la gente de Summerland con David que, si bien es un evento gozoso, también es de sospecha ya que éste afirma no recordar nada de este año pasado. Ni siquiera ha sido consciente de que haya pasado tanto tiempo fuera... y su "relación" con Farouk y "Larry" (Aubrey Plaza) no está del todo clara.
Pero ahí es donde entra el arte del narrador no fiable. Algo que Noah Hawley, el creador y guionista principal de la serie, sabe realizar perfectamente. Algo que demostró en 'Fargo' y que encima, en 'Legión' se convierte en un puzzle, ya que la fragmentada mente de David así lo determina.
El primer episodio de la temporada 2 de 'Legión' es absolutamente soberbio y espléndido en rarezas, ambientes extraños y personajes que parecen moverse como pez en el agua en un universo diseñado conscientemente para volarnos la cabeza. Es un episodio muy potente vibrante y sensacional que hace que la temporada 1 parezca una niñería. Y el segundo episodio no se queda atrás.
El año pasado, al juntarse por un lado 'Legión' y por otro lado 'American Gods' surgió un pequeño debate en torno a la línea que separa la genialidad del espectáculo fantástico vacío. De si la experimentación audiovisual servía más a la historia o al ego del artífice.
Mientras que la serie de Fuller se entretiene demasiado en el festín visual, dejando poco al discurso. Hawley logra equilibrar la historia que quiere contar con la rareza que lo protagoniza. Mutantes, psíquicos, viajes en el tiempo, secretos, el mundo de la mente y del exterior... Claro, al poco llegó David Lynch con 'Twin Peaks' y ambas series palidecieron en comparación.
Lo que estaba claro es que 'Legión' es una serie única, en la que Noah Hawley juega con nuestros sentidos y percepciones en una exploración de una psique rota y, de paso, de nuestras propias mentes. Qué es real y qué es implantado. Qué es fruto de nuestra mente y qué una vivencia real.
Si en 'The good place' se nos dan lecciones de filosofia, en 'Legión' se hace lo propio con la psicología, con también un toque psicológico. Jon Hamm asume el papel de narrador y nos habla de los conceptos fascinantes que van apareciendo en la serie. Unos interludios que en realidad podemos vivir sin ellos, pero son tan distintivos como fascinantes.
Estos dos primeros episodios de 'Legión' prometen ser solo el aperitivo de una temporada 2 que aspira a superar las altas cotas de genialidad, de sensaciones y maravillas de su año de debut. Una serie única ya no si nos fijamos en el género superheroico, sino en el mundo del drama televisivo en general.
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