Se acerca la Navidad, una época del año en la que suele apetece ver alguna de las muchas películas situadas durante esos días. Hace bien poco llegó ‘Klaus’, una excelente película de animación para Netflix que sospecho va a convertirse en un visionado habitual para muchos en años venideros. No obstante, el estreno navideño más potente de este 2019 es ‘Last Christmas’, una cinta creada alrededor de las canciones de George Michael.
‘Last Christmas’ cuenta además con el gancho de Emilia Clarke en su primer trabajo desde la polémica finalización de ‘Juego de Tronos’ y un Henry Golding que todavía saborea las mieles del éxito de ‘Crazy Rich Asians’. Además, la química entre ellos no tarda en aparecer -aunque luego vaya de más a menos- y el encanto navideño está siempre presente, siendo una lástima que no se hayan trabajado más el guion, sin duda lo menos estimulante de la función.
Abrazando el espíritu navideño
La película cuenta una historia que hemos visto infinidad de veces: un personaje cínico y sin rumbo encuentra su lugar en el mundo y va redimiéndose por todos los errores que ha cometido. Para ello, ‘Last Christmas’ echa mano de una curiosa historia romántica que es la que permite que Clarke y Golding compartan una buena cantidad de escenas juntos. Todo esto se podría describir como puro algodón de azúcar, que te entra bien en pequeñas dosis si justo te apetece algo así pero que puede acabar saturando si tomas demasiado.
El guion firmado por Emma Thompson y Bryony Kimmings parece consciente de ello y se preocupa por introducir píldoras cómicas cada pocos minutos para que lo más menos entrañable de la propuesta nunca se vuelva irritante. No haya especialmente hilarante en ‘Last Christmas’ -lo que más se acerca a conseguirlo es la propia Thompson dando vida a la madre de Clarke-, pero al menos funciona como contrapunto para que su visionado resulte más agradable.
Es cierto que todo nos lo vemos venir y que la trama central está resuelta de tal forma que nos hace replantearnos todo lo visto y concluir que la búsqueda de la magia navideña no está demasiado conseguida. De hecho, afecta a la propia credibilidad del optimista mensaje que nos quiere hacer llegar hasta el punto de que no me sorprendería que muchos acaben echando pestes de ‘Last Christmas’ por ello. Y es que se puede perdonar que hasta entonces todo sea muy funcional, pero todo tiene un límite.
Agradable hasta cierto punto
Por su parte, Paul Feig sabe cómo modular esas dos vertientes desde la puesta en escena, apoyándose para ello en la muy conseguida fotografía de John Schwarztman para destacar la ambientación navideña en otro momento. Sí es cierto que la película resulta previsible en todo lo que propone, pero se crea un pequeño microcosmos en el que esos excesos cinematográficos pesan menos que la calidez que puede llegar a transmitir al espectador.
La química entre Clarke y Golding también aporta su granito de arena, sobre todo en sus primeros encuentros al haber un contraste mucho más grande entre ambos. Ella está muy convincente como bala perdida que no termina de recuperarse emocionalmente de la operación a vida o muerte que tuvo tiempo atrás y él viene a ser una especie de faro moral que la guía. Eso sí, el encanto no es el mismo al estrecharse su relación cuando debería suceder justo lo contrario.
En parte creo que el principal problema de la película es que en lo argumental está cogida un poco con pinzas para crear la estructura alrededor de varias canciones de George Michael. Y ‘Last Christmas’ le viene de fábula y hay algún caso como ‘Wake Me Up Before You Go Go’ que encajan como un guante, pero la propia concepción de la historia alrededor de las mismas acaba resultando un problema para la misma. Hay ocasiones en las que da la sensación de que el guion ha ido en tal dirección solamente porque cuadraba con la música en lugar de sentirse como una sinergia orgánica.
En resumidas cuentas
Lo que nos queda al final es una cinta navideña que funciona mejor cuando da alas a los personajes secundarios y que en su tramo final hace aguas. No es que antes ‘Last Christmas’ fuese una película memorable, pero al menos su apuesta navideña se dejaba ver con cierto agrado, te sacaba alguna sonrisa y te invitaba a dejarte llevar con su efectiva ambientación. Lástima que el tramo final intente ser mágico y se quede en tierra de nadie… siendo generoso.
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