El enorme éxito de ‘La noche de Halloween’ puso en el mapa de forma definitiva al slasher, pero fue la gran acogida popular de ‘Viernes 13’ (Friday the 13th) la que hizo que este subgénero se convirtiera en el más popular de Hollywood durante la primera mitad de los años 80. Pese a su evidente decadencia, se han seguido haciendo no pocos cada año desde entonces y a mediados de los 90 su popularidad resurgió brevemente gracias a ‘Scream’, pero durante los últimos tiempos ha quedado confinado a títulos de bajo presupuesto o relanzamientos no muy inspirados de algunas de las franquicias más populares.
Por mi parte, reconozco que durante mi adolescencia sentía una gran pasión hacia el slasher y que con el paso del tiempo es cierto que soy más consciente de sus limitaciones, pero sigo atento, porque sigo disfrutando de forma especial con los realmente bien hechos. Quizá por ello disfrutase tanto con ‘Las Últimas Supervivientes’ (The Final Girls), un homenaje y parodia del slasher que considero imprescindible para todo amante de este tipo de películas y que lo más probable es que también haga pasar un muy buen rato al resto.
’Las Últimas Supervivientes’, una gozada
‘La Rosa Púrpura del Cairo’ (The Purple Rose of Cairo) es el título en el que la mayoría piensa cuando hay que hablar sobre cintas en la que uno o varios de los protagonistas interactúan con personajes que provienen de una película dentro de la película, pero ya Buster Keaton lo hizo muchos años antes en la extraordinaria ‘El Moderno Sherlock Holmes’ (Sherlock Jr.) y varios títulos lo han hecho desde entonces, siendo ‘Las Últimas Supervivientes’ el último y muy interesante ejemplo de este fascinante recurso narrativo.
No voy a entrar en detalles sobre qué lo origina todo –es mejor verla sabiendo lo mínimo posible sobre ella-, pero ‘Las Últimas Supervivientes’ acierta de pleno al dedicar sus primeros minutos a crear una conexión emocional entre el espectador y los personajes, en especial con Max, la adolescente huérfana interpretada con mucha soltura por Taissa Farmiga. Es cierto que no es una fase especialmente brillante por sí misma –mejor el prólogo que lo que sucede después, eso sí-, pero el ingenioso guión de M. A. Martin y Joshua John Miller al menos logra mantener la curiosidad del espectador y no caer en el lado más cansino a la hora de presentarnos a los protagonistas.
Sin embargo, sería injusto reconocer que todo cambia de forma radical cuando cinco personajes acaban en el interior de ‘Camp Bloodbath’, el slasher –claramente inspirado en ‘Viernes 13’- que estaban viendo en un cine en el que un incendio les obligó a intentar huir de cualquier manera, pues es ahí cuando realmente nace como homenaje y parodia del subgénero, aunque en ningún caso esperéis algo en la línea de la notable ‘La Cabaña en el Bosque’ (The Cabin in the Woods), título con el que algunos la han comparado y cuyas similitudes con la que ahora nos ocupa son bastante menores.
Lo único que considero necesario que sepáis es que la historia de ‘Camp Bloodbath’ no avanza si nuestros cinco protagonistas no aceptan formar parte de la misma, exponiéndose así a convertirse en víctimas de Billy Murphy, el típico psicópata con un traumático pasado que le llevó a convertirse en la bestia homicida que es a día de hoy, no faltando tampoco la imprescindible utilización de una muy identificativa máscara.
‘Las Últimas Supervivientes’ echa mano de todos los recursos habituales del slasher, pero no lo hace únicamente para burlarse de ellas a través del choque entre la estupidez propia de los personajes de estas películas y la mayor autoconsciencia de los que vienen de fuera. Eso sirve para que funcione bastante bien como parodia, aunque también es verdad que sin llegar a ser nunca una obra antológica.
No obstante, creo que eso se debe a que Martin y Miller no quieren centrarse únicamente en eso, lo cual hace que pierda algo de fuerza cómica –aquí se queda un pasito por detrás de la estupenda ‘Tucker & Dale Contra el Mal’ (Tucker & Dale vs. Evil)- a cambio de ser también un exquisito canto de amor a este subgénero en el que lo único que faltan son los desnudos femeninos. Cierto que eran seguramente el reclamo más gratuito de muchos slashers, pero aquí también juguetean con ello para luego no mostrar nada. Es la única seña de identidad de este tipo de películas –o al menos las de los años 80- que eché en falta, porque es cierto que el toque gore es más ligero, pero en mi caso creo que era suficiente así.
Una propuesta muy equilibrada
Por otro lado, el hecho de dar una mayor entidad a los personajes -algo que el reparto, plagado de actores de corte televisivo, sabe aprovechar bien-, desde la protagonista hasta el típico secundario de un slasher que ya se sabe más o menos el momento exacto en el que sucumbirá ante la ira del asesino, ayuda a que realmente nos importe lo que sea de ellos en la mayoría de los casos, evitando así que todo sea una sucesión de asesinatos más o menos llamativos con constantes detalles cómicos en los que también una interesante carga reflexiva sobre el hecho de que este tipo de cintas acaban saliendo todas del mismo molde, perdiendo así todo tipo de personalidad.
Otra de las claves de ‘Las Últimas Supervivientes’ la tenemos en el trabajo de puesta en escena de Todd Strauss-Schulson, ya que se nota su dedicación para crear una atmósfera propia de este tipo de obras, pero dándole un giro notable, en especial en la utilización de los colores –algo que sí se practica mucho en el giallo, pero que el slasher, su sucesor natural, descuidó bastante-, algo que alcanza su punto álgido durante un tramo final que nos regala un puñado de escenas muy potentes visualmente. Además, no son pocos los momentos en los que demuestra un gran manejo de la cámara como la escena en la que los protagonistas intentan huir.
Todo ello ayuda a que ‘Las Últimas Supervivientes’ sea una cinta muy equilibrada, ya que ir saltando entre lo dramático y lo cómico con tanta soltura resulta bastante inusual, y resulta más improbable si encima tiene que jugar con las limitaciones propias del slasher, logrando trascender todas ellas sin grandes problemas, resultando especialmente brillante durante un inmejorable epílogo. Y por si fuera poco, tiene la duración justa y adecuada, algo cada vez menos habitual.
En definitiva, ‘Las Últimas Supervivientes’ es una pequeña joya que los amantes del slasher deberían disfrutar con especial intensidad, mientras que el resto encontrarán una propuesta interesante y entretenida que encima seguro que le saca varias risas. Si queréis verla, este viernes llegó a España directamente en formato doméstico, algo difícil de entender si tenemos en cuenta que supera con holgura tanto al efectivo pero decepcionante gran estreno del pasado 6 de noviembre como al absurdo pero entretenido regreso de Son Goku y, sobre todo, a la lamentable secuela de uno de los títulos de terror más interesantes de los últimos años. Disfrutadla.
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