Cuando hago memoria, este intento de película (ni siquiera la calificaría como tal) me provocó uno de los mayores desencantos que he vivido en una sala de cine. Y no fui el único. Porque recuerdo con nitidez como una sala abarrotada de espectadores autoengañados (me incluyo como iluso) con la inteligente promoción de la cinta demostraron su enorme decepción abucheando a su conclusión. Las caras a la salida transmitían un sentimiento de estafa, que era el que me embargaba principalmente.
Pero al margen de la calidad cinematográfica de la producción, que resulta bastante pobre, la producción fue muy hábil al lograr llenar las salas y además atraer a un público poco cinéfilo y a espectadores esporádicos que acudieron por enorme curiosidad. Todo por un presupuesto irrisorio y que recaudó una importante cantidad.
La historia nos cuenta como tres jóvenes se perdieron en el bosque mientras grababan un documental sobre una leyenda local, acerca de una bruja. Tras ser atemorizados, los desesperados protagonistas desaparecen de forma misteriosa y no son encontrados. Pero sí el material audiovisual que lograron grabar.
Lo más destacable de 'El proyecto de la Bruja de Blair' fue su viral capacidad de generar expectación e interés por lo que rodeaba "supuestamente" a la película. Fue una de las primeras en usar internet para difundir contenidos, información y crear una especie de furor adolescente propagado a base de confundir lo real con lo ficticio. No tenía nada de novedad si recordamos a Orson Welles y su farsa en forma de serial radiofónico ya en los años 30 del pasado siglo, o el mismo cineasta iraní Abbas Kiarostami, al que gusta de jugar con esos límites. Daniel Myrick y Eduardo Sánchez supieron combinar este juego con un género tan apropiado para causar confusión y atracción como el terror psicológico, aderezado de gotas de suspense. Y no se le puede negar que su arranque es inteligente, con esa frase que lo resumen todo:
"En octubre de 1994, tres estudiantes de cine desaparecieron en un bosque de Maryland mientras rodaban un documental. Un año después, se encontró lo que filmaron".
Pero todo quedó ahí. Fue el principio de la mentira, y el resto de la narración naufraga en su intento de maquillar la ficción de realidad. El formato ayudaba a otorgarle ese aspecto de grabación casera, pero esta concesión, junto con el abusivo intento de rizar el rizo, acaba naufragando. La película posee una narración plana, repetitiva y acaba aburriendo a base de explotar una y otra vez el mismo recurso. Los gemidos, los gritos, la oscuridad, los jóvenes asustados.
Camuflado como un falso documental asistimos como los tres jóvenes, que suponen el vehículo hacia el suspense, se adentran en un espeso bosque para intentar grabar la bruja que asesinaba niños, una leyenda popular de una pequeña población estadounidense. Las grabaciones están realizadas con un cámara de 16 mm y película en blanco y negro y también hay material rodado en vídeo.
La combinación de imágenes otorga cierta credibilidad al conjunto pero uno acaba percatándose que el montaje no sigue esa simplicidad, sino que las imágenes (y el sonido) están editadas profusamente, lo que evidencia la "mano" de sus directores para manipular a su antojo el suspense.
Se usa el bosque como principal protagonista, con lo que ofrece de misterioso, con sus sonidos y su espesura, pero es algo otros hicieron con mucha más pericia y sabiduría cinematográfica (sin ir más lejos la magistral 'Stalker' de Andrei Tarkovski). Pero, como ya indicaba, todo acaba siendo monótono y lo que arranca como suspense acaba siendo un enorme aburrimiento, para acabar como uno de los grandes bodrios que recuerdo.
Otras de las peores películas que he visto en una sala de cine:
- 'Batman & Robin'
- 'Esfera'
- 'Wild Wild West'
- ‘Los Vengadores’
- ‘La Liga de los Hombres Extraordinarios’