Las peores películas que he visto en una sala de cine: 'Batman & Robin'

En pleno apogeo de 'El caballero oscuro' y sus elogiosos comentarios, uno echa la vista atrás en la memoria y recuerda el pasado de la saga de Batman. Un dolor ulceroso me revuelve la entrañas cuando recuerdo la pésima 'Batman & Robin' (1997), que casi consigue acabar para el cine con el hombre murciélago hasta que llegó Christopher Nolan y lo resucitó para eliminar el mal sabor de boca dejado ocho años atrás.

Tras 'Batman Forever', que sin ser nada del otro mundo, al menos no defraudó en exceso, Joel Schumacher decidió acometer una nueva entrega de la franquicia, parece que arrastrado por un enorme entusiasmo. Los productores, queriendo aprovechar el éxito de la arriesgada apuesta por el director, tras las entregas del inefable Tim Burton, se lanzaron a ello. Lo lógico y comprensible era repetir la fórmula, contando con el mismo equipo creativo y técnico para asegurar la continuidad. Pero, lo que sucede es que para explotar algo ya muy exprimido, habría que haber aportado nuevos elementos y, con 'Batman & Robin', esa elección fue su principal error.

Los villanos más populares del hombre murciélago ya habían aparecido, por lo que había que tirar de otros, con mucho menos gancho. Ahí tenemos a Mr. Freeze y a Poison Ivy (Hiedra Venenosa), una nueva terna de malos a los que enfrentarse. Pero, para rizar el rizo, deciden dar la oportunidad a Robin, fiel escudero de Batman, para fortalecer su presencia. Y, para colmo, también se sacan de la chistera a Batgirl, totalmente innecesaria en la historia.

El guión firmado por el sobrevalorado Akiva Goldsman nos deja líneas de diálogo tan rudimentarias y sosas, que parecen escritas por una mente infantil. Gran culpable de que la historia de 'Batman & Robin' fallase estrepitosamente. Asimismo, para retomar el interés, se elige un nuevo actor para encarnar el papel protagonista, un actor apuesto y atractivo, proveniente del éxito televisivo, pero de gran similitud física con Bruce Wayne: George Clooney. Y para el papel de Robin se firma al sosísimo Chris O'Donnell. En cuanto a los intérpretes de los villanos, acaban figurando el taquillero Arnold Schwarzenegger y a la belleza y presencia de Uma Thurman. Tan entusiasmados estaban los productores, que todos los actores firmaron un acuerdo para una posible continuación (que por fortuna nunca se llevó a cabo).

Schumacher, además, se desmarca del estilo visual de 'Batman Forever', para introducir una influencia retro, más cercana a los años sesenta, más colorista y con un tono más estridente. Resultando que el vestuario parezca sacado de una excitada mente fetichista, con apretados trajes y marcando cada detalle (incluidos pezones), dando una sensación ridícula (el más estrambótico traje de Batman con diferencia). Este asunto fue duramente castigado por parte de muchos seguidores de la saga, puesto que esta película entró en la era de internet y gracias a unas filtraciones de imágenes durante el rodaje, comenzó a vivir la enorme influencia que estaba atesorando la conocida red de redes (algo que parece supuso una enorme lección visto lo visto con 'El caballero oscuro' y su rentable marketing viral).

Pero además, Schumacher no estuvo especialmente inspirado, intentando aportar interés con tantos ingredientes que resultaron una amalgama de escenas absurdas y hasta ridículas. Como la elección de algunos rostros famosos para pequeñas apariciones (el rapero Coolio, la modelo Elle McPherson), además de la innecesaria aportación de Batgirl, interpretada por la ¿actriz? Alicia Silverstone, ídolo (pasajero) de miles de adolescentes, cuya inclusión sólo se justifica buscando aumentar la morbosidad de una bella heroína, en un guiño para agradar a la audiencia.

En el aspecto técnico, a pesar de contar con buenos efectos especiales y sonoros, no termina de impactar. Muy al contrario, algunos sonidos acaban siendo estridentes, en conjunción con una banda sonora repetitiva a cargo de Elliot Goldenthal.

El resultado final es una de las peores adaptaciones (a pesar de que no funcionó del todo mal en taquilla) de personajes del mundo del cómic, con mucho, la peor aparición de Batman, y una película tan prescindible como olvidable (como curiosidad acumuló varias nominaciones a los premios Razzies). Que logró enterrar la franquicia y decepcionar tanto a los más entusiastas fans del personaje, como a la crítica que se cebó especialmente tras su estreno.

Quizás, por todo ello, hay que agradecerle a Christopher Nolan, que ocho años más tarde resurgiera a Batman, de la forma que lo hizo. Demostrando que el hombre murciélago es uno de los mejores superhéroes que el cine nos ha dado (y sigue haciéndolo).

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