'Las Consecuencias del Amor', thriller italiano con forma francesa

Hoy se estrena entre nosotros esta película italiana que ya data del 2004, y que aquí, como hay retraso en todo, nos llega ahora. El por qué nunca se sabrá. La película está dirigida por Paolo Sorrentino, quien ha participado como actor en la última película del coñazo Nanni Moretti, 'Il Caimano', inédita en nuestro país, pero que mi compañera Teresa ha tenido la suerte de ver, y pronto sabremos su opinión.

Afortunadamente, este film de Sorrentino nada tiene que ver con la forma de (des)hacer cine de Moretti, y nos brinda un film realmente curioso. 'Las Consecuencias del Amor' narra la historia de un hombre, Titta, que desde hace diez años vive solo en la habitación de un hotel donde pasa la mayor parte del tiempo, esperando no sabe qué, llevando una vida sin riesgos ni emociones ni la más mínima alegría. Secretamente se dedica a realizar ciertos encargos de tipo económico para la mafia, pero ni siquiera eso le proporciona ninguna satisfacción ni sorpresa. Todo cambiará de repente un día cuando decide cruzar unas palabras con la camarera del bar del hotel, por la que en silencio se siente atraído.

La primera parte del film es prácticamente insufrible, no contando absolutamente nada, y a pesar de cierta pericia visual, desconcertando al espectador con escenas vacías de forma y contenido provocando verdadera desesperación. Es curioso, porque si el director ha querido ir en consonancia con el personaje central, a mi parecer, no ha conseguido transmitir la sensación de soledad y vacío que inunda a dicho personaje. Es más, nos importa bien poco su condición de ser humano acabado y sin vida, no sentimos nada hacia él, cuando debería ser todo lo contrario.

Pero de repente, cuando ya creeemos que el film va a ser el desastre total, ocurre el milagro. Un giro en la historia logra que el lagometraje levante el vuelo de forma asombrosa, logrando que nos interesemos por casi todo lo que pasa. Y ese "casi" es así porque la historia de amor sigue siendo uno de los puntos débiles del film en la segunda parte. Bien es cierto que el personaje femenino es el detonador para que la película cambie tanto de tono como de intenciones, e incluso resultados. Pero eso no excusa que apenas se sostiene, por resultar poco ceíble. Además no hay química, y puede que no sea intención del director el que la hubiera, pero es que esos dos no pegan ni con cola. Por otro lado, la actriz Olivia Magnani, nieta de la gran Anna, muy mona, sí, muchísimo, pero su interpretación no está a la altura, además que su personaje no está lo suficientemente bien tratado a pesar de la importancia que tiene.

Eso sí, Toni Servillo, el protagonista principal, hace una interpretación muy equilibrada y concisa de su personaje, logrando trasnmitir toda la apatía que le envuelve. Quizá pueda parecer en algún momento algo exagerado, pero podría decirse que está fantástico llevando hasta las últimas consecuencias su personaje, al que sí llegas a comprender, y sobre el que se desea saber más en todo momento. Es un acierto tener al espectador enganchado con este enigmático personaje.

Pero si algo me ha llamado la atención del film, es su tratamiento a lo francés en absolutamente todos sus elementos. De hecho, ocurre algo extrañísimo y a la par fascinante. A pesar de que oímos las voces en italiano, tenemos la sensación de estar viendo una película francesa. No he podido evitar acordarme de algún clásico frances de los años 60, con ciertos toques a lo Truffaut, sobre todo en cierta parte de la historia, que nada tiene que ver con el argumento central, y que para mi sorpresa, coge totalmente desprevenido al espectador, y además va en consonancia con el tono pesimista de la historia. Sin desvelar nada, sólo diré que dicho detalle lleva a uno de los finales más bellos y geniales que se hayan podido ver en una película en mucho tiempo.

'Las Consecuencias del Amor' queda como un correcto título, realmente interesante, y que se trunca un poco por ese inicio lento y desangelado, y porque también no termina de definirse en ningún momento. Pero su parte final, hace que se la tenga en cuenta sobre todo por proporcionar esos momentos de gran cine, aunque tengan que ir acompañados del resto.

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