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'La vida sin Grace', John Cusack sufriendo y poco más

El 13 de junio tendremos otra vez a John Cusack en un papel a su medida. Este enorme actor, para mi gusto uno de los mejores de su generación, sabe convertir una película normalita en un film muy estimable, como 'Alta Fidelidad', o levantar como puede un bodrio incomible, como 'Serendipity' (por no hablar de que '1408' es él, y nada más). En resumidas cuentas, Cusack es un semidiós en esto de Hollywood. Es un tipo que cae bien nada más salir en pantalla, y la industria del cine lo sabe. Pasan los años y aún no ha tenido el papel de su vida, aunque francamente ardo en deseos de verle en 'War, Inc.', donde interpretará a un asesino a sueldo en una sátira política futurista.

A lo que vamos. Stanley Philips (Cusack) es un estricto padre de familia afligido porque su esposa Grace es una mujer soldado combatiente en Irak. Cuando recibe la noticia de que Grace ha fallecido en plena misión, Stanley se desmorona y se ve incapaz de transmitir a sus hijas, de 12 y 8 años, el trágico acontecimiento. Les dice que no vayan al colegio, que las va a llevar en coche a un parque de atracciones supuestamente muy conocido llamado Los Jardines Encantados.

Así, la película se define pronto como una road movie en la que el trayecto pondrá a contrarreloj el mal trago de decirles a sus hijas lo que realmente ha sucedido. Stanley no ha ido a trabajar, y lo único que quiere es divertirse con ellas antes de proclamar aquello que marcará sus vidas para siempre. Por supuesto, las hijas son adorables cada una en su aspecto. Heidi, la mayor, es una preadolescente repleta de personalidad, iniciativa y espíritu de obedencia y coherencia. La menor, Dawn, es cariñosa, simpática e impetuosa. Dicho esto, casi huelga afirmar que no se libran de los clichés en casi ninguna situación de la película.

Stanley hace una paradita en casa de su madre, donde también vive, a modo de parásito su hermano menor John (Alessandro Nivola), un personaje muy interesante y a todas luces desaprovechado. Su madre no está, pero el protagonista decide no esperarla, y se pone en camino para acabar alojándose en hoteles mientras llegan al parque de atracciones, una especie de tierra prometida que parece que es la solución para mitigar el dolor que inunda al personaje.

Esta película iba a ser dirigida en un principio por Rob Reiner (un director irregular como pocos), lo que no me extraña en absoluto por cómo está estructurada la historia, pero finalmente fue el guionista, James C. Strouse, el que asumió esta labor. El resultado final es muy impersonal, con un intento de darle un aire a lo 'Little Miss Sunshine' que no funciona ni de lejos. Por suerte, hay un sorpresón. La banda sonora está compuesta por el mismísimo Clint Eastwood, que revisa algunas de las melodías de 'Banderas de nuestros padres' y aporta todo lo que la imagen no es capaz de expresar. SPOILER En concreto, ese final en el que irreversiblemente Stanley se sincera por fin con sus hijas, sustituyéndose las palabras por la música, es muy tierno y emotivo. FIN SPOILER

En general, a 'La vida sin Grace' le falta fuerza. A veces parece una crítica antibelicista de poco bagaje, otras un drama sobre la relación paterno-filial o simplemente una película que juega con esas frases tipo "el mundo no se ha acabado", "la vida sigue" y similares. Decir que John Cusack se come la pantalla es quedarse corto. Con ese aspecto físico que pone en evidencia que el actor ya ha pasado la cuarentena, y esas gafas chapadas a la antigua, Cusack consigue que Stanley transmita todo aquello que la historia pretende decir sin conseguirlo. SPOILER Impresionante cuando se tumba en la cama, en posición fetal, y se pone a llorar desconsoladamente FIN SPOILER.

SPOILER En la película pueden verse con claridad varios detalles contradictorios o directamente manipuladores. Es repulsiva esa mezcla de carpe diem y sobreprotección que inculca Stanley a sus hijas, nada verosímil y exagerada. Asimismo, es muy deficiente todo lo que rodea a que Heidi descubre que "pasa algo raro", a raíz del absurdo mensaje en el contestador que deja Stanley para volver a oír la voz de su esposa FIN SPOILER

El carácter intimista le viene bien a la película, que sin embargo es inconclusa por quedarse a medias en todo lo que pretende. Su duración, de unos 80 minutos, es otra prueba más de que el argumento no da mucho de sí, a pesar del esfuerzo de Cusack, algunos momentos logrados y la mencionada música de Eastwood. Flojo film, a pesar de su potencial.

Más información en Blogdecine sobre 'La vida sin Grace' y John Cusack.

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