'La Última Puerta', otra más sobre el más allá

Ron Bass, uno de los guionistas más existosos y polifacéticos de los últimos 20 años ha escrito el guión de esta desconocida película que se ha estrenado hace una semana entre nosotros después de pasar dos años desde su realización (qué raro que hayan tardado tanto, con lo puntuales que son siempre nuestros exhibidores). Y es la típica historia sobre el más allá, qué hay después de la muerte, y si se podría regresar. Evidentemente el tema es fascinante, ya sea porque a todos nos interesa debido a nuestra cita ineludible con ello, o porque desde hace ya muchísimo el cine siempre ha estados contándonos historias acerca de "el otro lado" o de lo que hay antes de llegar, etc. Claro que algunas veces todo se nos ha pintado de una forma más atrayente debido a un buen guión o un buen enfoque en la historia, y otras pues ha provocado el más absoluto de los rechazos, como es éste el caso. 'La Última Puerta', o 'The Lazarus Child' en el original que da más pistas de por dónde van los tiros, cuenta la historia de una niña de siete años que sufre un atropello y queda en estado de coma. Los padres desesperados y viendo que los cuidados en el hospital en el que tienena su hija no avanzan en nada, deciden arriesgarse llevándola a una doctora con dudosos métodos, basados en hacer recordar a la mente dormida experiencias pasadas y en masajes corporales.

La película no tiene ni un buen punto de partida, todo sabe a visto, y lo cierto es que no existe ni la más mínima progresión dramática en la historia, logrando que no nos interese demasiado qué ocurre en la misma, entre otras cosas porque es enormemente predecible, y nunca va más allá, aunque esto pueda parecer un chiste. Además hay ciertas incoherecnias, como siempre por detalles metidos a calzador que no aportan absolutamente nada. Con esto me refiero a ciertos aspectos de algunos de sus personajes que en vez de ayudarnos a comprender sus motivaciones o estados de ánimo, logran todo lo contrario. Además, el detalle argumental de las técnicas usadas por la doctora provoca un poco la risa, ya que es totalmente increíble por la forma en la que está expuesto. Si eso sucediera realmente, no habría ansolutamente nadie en coma. Claro que es una película y es ficción, pero su objetivo es que nos lo creamos y no es así.

A la pobreza del guión tampoco ayuda nada la puesta en escena de su director, Graham Theakston, sin personalidad alguna y totalmente televisiva, no esforzándose siquiera en la visualización de ciertos momentos oníricos, que se suponen son el plato fuerte del film. Esos en los que parece que vamos a ver algo interesante y de repente, zas, se acaba. Una decepción.

El film tiene un reparto atractivo que desde luego es lo mejor del mismo, pero no como para dar saltos de alegría. Andy Garcia es uno de esos actores que están bien o mal dependiendo de la calidad de su personaje. Aquí lo cierto es que no puede hacer mucho, por lo tanto se pasea por todo el film con su típica cara de serio, pensativo y poco decidido. Frances O´Connor, a la que siempre recordaré como la madre de Haley Joel Osment en la tremenda 'AI', está aceptable, aunque su personaje es el peor tratado de la película. Eso sí, nunca ha salido tan guapa. Y por último, Angela Bassett, actriz que conoció tiempos mejores, como la doctora que puede salvar a la niña, y que cobra especial importancia en el último tercio del film, desviando la atención con una subtrama mal explicada y forzadísima. El niño Harry Eden tiene aptitudes como actor, pero aquí no ha estado bien dirigido, por lo tanto no da todo de sí lo que podría.

Una mala película que prácticamente da gato por liebre, aunque viéndola es comprensible su fracaso allá donde se ha estrenado y el porqué aquí han tardado tanto. Entre nosotros correrá la misma suerte, y es que a la gente no se le puede engañar con falsos y pobres dramas sobre la muerte, y que se suponen son un canto a la esperanza.

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