Michael Mann, uno de los mejores directores actuales, es el productor de 'La Sombra del Reino' (The Kingdom, 2007), y lo cierto es que su mano se nota demasiado. O eso, o simplemente Peter Berg ha jugado a parecerse a Mann, cosa que no le hacía ninguna falta, ya que Berg, que empezó en esto del cine como actor (su papel más recordado probablemente sea el del pardillo al que vacila de lo lindo Linda Fiorentino en 'La Última Seducción'), ya tenía más o menos un estilo definido en sus trabajos como realizador, entre los que nos podemos encontrar títulos como la correcta 'Very Bad Things' o ese divertimento bastante infravalorado llamado 'El Tesoro del Amazonas'. 'La Sombra del Reino' tenía todos los elementos para ser un buen film, si no fuera por esa sorprendente necesidad del director de parecerse al productor, rehuyendo de esta forma de su propio estilo. Y dejémoslo claro: Mann no hay más que uno, nadie filma como él, y querer acercarse a su universo es una osadía que puede resultar cara. Y más aún si se dispone de un guión realmente nefasto, como éste es el caso.
El argumento versa sobre un atentado perpetrado contra occidentales en Arabia Saudí, en el que mueren más de 100 personas y otras 200 quedan heridas. En los USA la noticia es recibida como un fuerte golpe, y un grupo especial de operaciones y expertos en terrorismo viajarán hasta el lugar para intentar atrapar cuanto antes al causante de tan mortífero acto. Allí, en una carrera contrarreloj, recibirán ayuda de policías del lugar, asqueados de que su propia gente sea capaz de semejante barbarie. Evidentemente, los americanos no serán vistos con buenos ojos y casi todo se pondrá en su contra.
'La Sombra del Reino' es un film de acción puro y duro, donde la historia importa bien poco. Lo que realmente cuenta es ofrecer un espectáculo visual de primer orden sin darle demasiado respiro al espectador, y casi lo consiguen. Es cierto que la acción del film está bastante bien filmada. Anótese como ejemplo el espectacular accidente que tiene lugar en la autopista, y su posterior desenlace. Son escenas realizadas con un mínimo de calidad, y que se contemplan gratamente. Luego cuando no existe acción física, Berg comete un poco el error de no dejar de mover la cámara, produciendo una sensación extraña en el espectador, el cual contempla bastante mareado que el film no avanza demasiado. Es en estos momentos, y también en los otros pero menos acentuado, donde Berg simula ser un Mann de tercera, ya que a diferencia del director de 'Heat', Berg no cuenta absolutamente nada ni transmite ninguna sensación en lo que filma. Mucha de la culpa de ello es de un guión bastante maniqueo por un lado, y por otro llamarlo esquemático sería decir que es demasiado denso. En lo primero, el film está lleno de alusiones a la supremacía americana por encima de los árabes, a los cuales dejan a la altura del betún. Si no, fijaos en la lamentable escena final en montaje paralelo. Vergonzoso broche para una película que hasta ese momento podía pasar como un entretenimiento sin más ni más.
El reparto del film es bastante llamativo, pero ninguno está demasiado inspirado, aunque por supuesto todos cumplen con su cometido. Jamie Foxx en un personaje bastante tópico, y sobre el que no se profundiza absolutamente nada, al igual que sus compañeros. Jennifer Garner es la cara bonita de la película, en un personaje que podría haber hecho no sólo cualquier otra actriz, sino también cualquier otro actor. Chris Cooper es capaz de hacerlo bastante mejor, y Jason Bateman no destaca por nada, y quizá sea el menos creíble de todos. También podemos ver en un minúsculo papel a Frances Fisher, y que representa a los medios de comunicación, y el poder que éstos pueden tener en momentos tan drásticos como los narrados en la película. Quien quizá sea el mejor de todo el reparto es Ali Suliman, que interpreta a un sargento árabe que ayuda a nuestros protagonistas en su investigación, pero hasta en este personaje hay ciertas connotaciones de carácter político que no sientan nada bien al film, y más aún cuando este personaje parece ser el único árabe que quiere ayudar realmente, una decisión de guión bastante manipuladora.
Uno no se aburre viendo 'La Sombra del Reino', pero desde luego tampoco es el entretenimiento del año. Se puede ver sin más, y al salir del cine uno se olvida de ella. Eso sí, los títulos de crédito iniciales no tienen ni el más mínimo desperdicio, algo que nos hace albergar la esperanza de que lo que veremos va a ser bueno, pero la cosa se queda en un juguete con envoltorio lujoso, en el que si se indaga un poco corremos el riesgo de caer en la cuenta de que nos han engañado un poco. Si la hubiera dirigido realmente Michael Mann, otro gallo cantaría.
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