En 'The Matador', el director Richard Shepard experimentaba con una estructura fílmica que se salía completamente de los cánones —colocaba el primer punto de giro casi al final— y que, aunque para muchos fue lo que le daba valor a esa película, en mi opinión no funcionaba. El film tenía valores, pero, a mi modo de ver, eran otros: quizá el estilo de los encuadres o la interpretación de sus protagonistas.
Shepard vuelve el 4 de enero con 'La sombra del cazador' ('The Hunting Party') y demuestra de nuevo ser uno de los directores más particulares de estos tiempos llenos de tópicos repetidos hasta la saciedad. En este caso, considero que su apuesta sí ha sido acertada y apruebo la forma poco ortodoxa en la que el autor ha introducido el humor en un film sobre un tema, no sólo grave, sino también muy controvertido y no exento de intenciones de denuncia. Como os adelantaba, 'La sombra del cazador' nos cuenta la cacería por parte de tres periodistas de un criminal de guerra a quien apodan "El zorro" porque, a su vez, le gusta cazar. Aunque la película se basa claramente en la figura de Radovan Karadzic, al personaje se le ha dado un nombre ficticio. El film demuestra, dentro de un género novedoso que es el thriller de humor, que las agencias de inteligencia de todo el mundo podrían atrapar a este tipo de criminales y que, si no lo hacen, probablemente es porque han pactado con ellos para dejarlos vivir a cambio de que no traten de volver al poder.
El estilo de Shepard, como decía, es muy original e ingenioso y consigue que te sitúes en la película con la suficiente distancia como para aceptar ese tono entre lo sobrio y lo cómico, pero con bastante implicación como para interesarte por las historias profundamente. Las escenas de acción están bien rodadas y la montadora, Carole Kravetz, se marca algunos momentos de lucimiento que también son divertidos de ver. Quizá la inclusión de flashbacks es un elemento un tanto vulgar dentro de otros recursos más insólitos y una forma torpe de plantear las motivaciones de los personajes, pero no llega a molestar, ya que son destellos muy breves.
El guión —basado libremente en el artículo de la revista Esquire 'Lo que hice en mis vacaciones de verano', de Scott Anderson— tiene una estructura que arranca siguiendo a la perfección las normas de escritura, a diferencia de 'The Matador', aunque en algún momento rompe el fluir para dejar la trama suspendida unos segundos y volver a retomarla enseguida. El final, quizá algo brusco, puede ser también una de esas cosas raras que le gusta hacer a Shepard. Pero nada de esto es demasiado llamativo y en apariencia apenas cabe reseñar la construcción del argumento. Lo que sí se podría señalar del guión de 'La sombra del cazador' son sus diálogos llenos de fluidez y de pullas y piques entre unos personajes y otros. Es decir, algo así como los diálogos de las buenas comedias románticas, pero entre hombres heterosexuales.
Además de la labor que hace el director y guionista, hay que aplaudir las interpretaciones de los tres actores protagonistas y de quienes les rodean. No soy admiradora de Richard Gere, ni como actor ni como belleza, pero reconozco que en este film desempeña su papel con gran soltura y sin llegar a la sobreactuación. Terrence Howard le aporta el punto quizá más cómico y Jesse Eisenberg se encarga de dar la visión del freak, pero con su lado sorprendente en el que demuestra que también puede echarle valor al asunto.
'The Hunting Party' literalmente significa "partida de caza", pero en lugar de quejarme de la traducción del título, que sería muy tópico; os remito a una entrada sobre un par de expresiones intraducibles de los diálogos que probablemente os será de mayor utilidad para disfrutar al completo la película.
En definitiva, 'La sombra del cazador' es una película en la que podría resultar difícil entrar por su peculiar tono, pero que, si logramos meternos en ella, la podemos disfrutar muchísimo, gracias a su humor, pero también como cinta de acción y de intriga.
En Blogdecine | Póster y tráiler de 'La sombra del cazador'