Jacob se ha imprimado.
Estimados Sres. de Summit Entertainment;
Me dirijo a ustedes porque esta semana fui al cine a ver la penúltima entrega de la saga ‘Crepúsculo’, ‘Amanecer. Parte 1’ (‘The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1’), esperando que al menos estuviera al nivel de la última, y tengo una serie de preguntas que necesito que me responsan. La primera: ¿cómo es posible que hayan presentado al público semejante aberración cinematográfica? Deberían avergonzarse. Sinceramente, creo que si se lo hubieran propuesto, si hubieran pensado “vamos a hacer que se coman un bodrio”, no habrían sido capaces de estrenar algo peor. Con el impresionante dineral que están ganando en todo el mundo gracias a las películas y su merchandising, con un presupuesto de más de cien millones de dólares, tiempo de sobra para preparar el guion, el rodaje y montaje final, y profesionales en nómina como Bill Condon, Guillermo Navarro o Carter Burwell, resulta increíble que hayan producido una de las peores películas de la franquicia, junto a la insufrible ‘Luna nueva’ (‘The Twilight Saga: New Moon’).
Ya se empezó mal con la decisión de dividir en dos partes el cuarto libro de la saga creada por Stephenie Meyer, estirando la historia por pura avaricia. Vale, no hay nada malo en intentar ganar más dinero, se puede entender, pero señores, es absurdo que sus películas duren tanto. El desastre que han estrenado se arrastra miserablemente hasta superar los 110 minutos. ¿Ustedes la han visto, han aguantado hasta el final? ¿Y todos esos minutos eran necesarios? Taylor Lautner corriendo bajo la lluvia sin camiseta, los “vampiros” transportando árboles, el vistazo a la parte trasera del traje de la novia, el plano de la tapa de la basura cerrándose, los “lobos” discutiendo mentalmente en inglés, Bella soñando que gana una partida de ajedrez… ¿en serio? Ya que parten la historia en dos, lo mínimo era contar con dos guiones trabajados, en los que ocurra “algo”, que no transmitan la idea de que se está rellenando metraje con acciones e imágenes insustanciales e innecesarias; pero en lugar de contratar a alguien con talento, han vuelto a pagar a la incompetente Melissa Rosenberg, guionista de una mediocre saga que se podría haber resumido en dos películas. De hora y media cada una, siendo generosos.
Recapitulemos. Ya en ‘Crepúsculo’ quedó claro que la humana Bella y el vampiro Edward se amaban, que ella deseaba que el otro la mordiera para poder vivir juntos eternamente, y que Jacob solo podía ser amigo de la chica. ¿Eran necesarias dos películas más hasta que los protagonistas consumaran su relación? Ah, sí, el dinero… En ‘Luna nueva’, Edward intenta que Bella le olvide porque no quiere que deje de ser humana, pero fracasa (Jacob tiene más músculos pero no cambia nada); con ‘Eclipse’ (‘The Twilight Saga: Eclipse’), de lejos la entrega más divertida, nos enteramos que Edward es un tío tan tradicional (tiene cien años…) que exige a su amada pasar por el altar antes de fornicar; pasan más cosas pero son irrelevantes. Y ya por fin en ‘Amanecer – Parte 1’ llega la boda, la luna de miel y el sexo. Claro, sin protección, es imposible que un vampiro, un muerto que necesita alimentarse de sangre, pueda dejar embarazada a una humana… ¡error! Si brilla a la luz del Sol y es capaz de tener una erección, ¡por supuesto que su semen aún funciona!
Tras media película dedicada a poco más que la boda, la escena de cama para todos los públicos (¿no era una entrega más adulta?) y el descubrimiento de que Bella ha quedado preñada, llega el único conflicto de la película. La chica (llena de golpes porque su marido no puede reprimir su lado violento…) desea parir la “cosa” que se está gestando en su interior, a pesar de que la está matando (el aborto no es una posibilidad, la autora de los libros es mormona). Los demás plantearán sus respectivos puntos de vista mientras el feto (”no es un feto, es un bebé“, corrige un par de veces el prescindible personaje de Nikki Reed) va dejando a Bella con el desagradable aspecto de una yonqui a punto de palmarla, y la manada de lobos planea un feroz ataque porque… bueno, no queda claro. Pasa lo que tiene que pasar (no es necesario haber leído el librillo para anticiparse al evento) y se acabó la película. Bueno, la primera parte, la segunda no se puede ver hasta dentro de un año, y en 3D, supongo, con lo que cerrarán una de las sagas más ridículas y enfermizas jamás realizadas. Necrofilia, zoofilia, pedofilia… Se han lucido, señores, ¿han pensado en el público de la saga? Podían echar un vistazo a las películas de ‘Harry Potter’, donde cuidan los mensajes y los valores que transmiten a su público. ¿Qué ideas están dando las suyas a niñas y adolescentes? ¿Entrega tu vida a un tío guapo (sin importar si es un asesino o un maltratador)?
El torpe guion de Rosenberg, la rutinaria dirección de Condon (algún día tendrían que reconocer que lo contrataron por su apellido) y el afán por exprimir al máximo las posibilidades comerciales de la saga, sin importar la calidad artística de las películas, tienen su reflejo en el mecánico trabajo del reparto, un extenso plantel donde solo unos pocos pueden ser considerados realmente actores sin insultar a la profesión. Robert Pattinson, Billy Burke, Anna Kendrick o Michael Sheen cumplen como pueden con sus personajes (lo de Pattinson tiene mucho mérito, teniendo que encarnar al vampiro más ridículo del cine), mientras que las “interpretaciones” de Kristen Stewart, Lautner, Ashley Greene, Jackson Rathbone o Kellan Lutz son bochornosas. La fórmula de contratar a jóvenes más o menos atractivos para vender la película resultaba razonable en la primera entrega, más barata, desde la segunda pudieron haber mejorado el reparto. Cuando Rachelle Lefevre no pudo participar en ‘Eclipse’ no tuvieron inconveniente en reemplazarla por Bryce Dallas Howard; debieron hacer lo mismo con la mayoría de los personajes. Por otro lado, ¿no les repugna convertir en símbolos sexuales a chicos menores de edad? Lautner es Jacob desde los 16, la misma edad de Booboo Stewart en esta película, donde ya sale luciendo abdominales para el disfrute de espectadoras que podrían ser sus abuelas. Y lo del bebé...
Sin duda son ustedes personas responsables, trabajadoras e inteligentes, con interés por hacer un cine que sea recordado con agrado, así que no quiero despedirme sin pedirles que, por favor, dediquen sus mayores esfuerzos en mejorar ‘Amanecer. Parte 2’ (‘The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2’), en la medida de lo posible pues ya sé que se encuentra en fase de post-producción. Quizá podrían intentar contratar a un fan declarado de la saga como M. Night Shyamalan, que debe estar un poco desesperado ahora mismo, y rodar algunas escenas adicionales… Y si ya es tarde, les pediría que, al menos, recortasen el metraje al máximo. Con 80 minutos sería más que suficiente. Si lo piensan bien comprobarán que les conviene también a ustedes, así tienen la opción de incluir más pases diarios y recaudar todavía más millones. Por último, y hablando de millones, me ofrezco humildemente para escribir y dirigir los remakes de la saga, que seguro ya tienen en mente sacar dentro de unos años, cuando los chavales se hayan olvidado del romance entre Bella y Edward. Les doy mi palabra de que saldrán películas mucho más divertidas e igualmente rentables.
Quedo a la espera de sus noticias. Atentamente,
Juan Luis Caviaro
Otra crítica de esta cosa en Blogdecine:
‘La saga Crepúsculo: Amanecer, parte 1’, si te acuestas con vampiros usa protección