A veces, algo tan tonto como dejar la puerta abierta puede cambiar tu vida para siempre. Esta es la premisa de 'La puerta abierta', la ópera prima de la hasta ahora cortometrajista -no se pierdan su cortometraje 'La boda'- y actriz Marina Seresesky para hablar de las segundas oportunidades en el marco de un mundo tan marginado como el de la prostitución. Un mundo bastante tratado en el mundo del cine -en el español por Almodóvar o Fernando León de Aranoa, por ejemplo-, pero al que Seresesky se atreve sin miedo.
Realizada con un bajísimo presupuesto y rodada casi en tu totalidad en una muy cinematográfica -pero seguramente muy incómoda para rodar- corrala madrileña, 'La puerta abierta' ha acumulado numerosos galardones en festivales internacionales como el de Mejor Película, Actriz y Guión en el Festival de Cine de Alicante o el Premio del Público en el Transilvania Film Festival. Sin duda, estamos ante una de las películas que más sonarán en la temporada de premios, aunque lamentablemente, las pocas copias con las que ha salido hará que llegue a un público reducido.
"¡La rusa está muerta!"
En 'La puerta abierta' conocemos a Rosa, una prostituta que ha heredado el oficio de Antonia, su madre, quien ahora se cree Sara Montiel y conierte su vida cotidiana en todo un infierno. Rosa no sabe ser feliz, no puede y se resigna con la vida que le ha tocado vivir, que ha heredado. Un día, encuentran muerta a una de sus vecinas en la corrala en la que viven, la rusa, y algo se tambaleará en sus miserables vidas.
Y es que, la pequeña Lyuba, ahora huérfana, encuentra la puerta abierta que Antonia siempre se deja descuidadamente abierta. Y esta llegada inesperada, hará que haya una nueva integrante en esta particular (y absurda) familia y que exista, tal vez, una pequeña oportunidad para conseguir ser feliz.
Y es que precisamente 'La puerta abierta' va de eso: de las segundas oportunidades y de la importancia de necesitar a alguien y ser necesitado. La aparición de Lyuba a las vidas de Rosa, Antonio y Lupita -la vecina travesti que también forma parte de esa particular familia supone, además, la llegada de la inocencia y la esperanza a un hogar que lo daba todo por perdido. La pequeña les enseñará que el futuro existe y puede estar lleno de cosas buenas.
A pesar de la dureza de la historia y de las penurias de sus personajes, una de las grandes ventajas de 'La puerta abierta' es que Marina Seresesky la ha alejado por completo de la sensiblería fácil ya que dadas las circunstancias, podría ser muy lacrimógena. Para ello se respalda en una comicidad genuina que combina muy bien con todo el drama y que viene dada por esa corrala maravillosa habitada de personajes únicos y cierto toque cañí.
Otra de sus grandes bazas es, sin duda, la escasa intención de la cinta de hablar sobre la prostitución y su mundo sórdido, o al menos de forma directa. Sin embargo, si lo hace de forma indirecta, de forma muy bien hilvanada con el resto de la historia, mostrando sus efectos: los que llevan a robar y a tener una mala vida que conduce a las drogas y al robo.
Quizá la película falle en que en el fondo, la historia que se nos cuenta ni es nueva ni su forma de narrarla es arriesgada o novedosa. Su forma es sencilla: planos muy cercanos que nos permiten ver bien los rostros de los actores y un estilo muy similar al del cine social que tan acostumbrados estamos a ver, aunque teniendo en cuenta el segund
Trío de ases
Aún así, sus ventajas siguen siendo mayores. Tan mayores como grandes son los nombres de su trío protagonista: Carmen Machi, Terele Pávez y Asier Etxeandía. Su forma de actuación aquí tiene algo de almodovariano, ya sea por la naturalidad de los diálogos o por el deje del lenguaje. Carmen Machi, en la piel de Rosa está soberbia y se catapulta como una de las mejores actrices de este país y a la que, lamentablemente, le llegan pocos protagonistas y dramáticos.
Por su parte, Terele Pávez -que sustituyó a Amparo Baró a última hora cuando esta falleció- es el contrapunto perfecto gracias a ese delirio de personaje que no sale de casa sin pintarse los labios. Y por último, Asier Etxeandía, dando vida a Lupita, una prostituta travesti. El actor, a pesar de tener el personaje menos importante del trío, consigue darle tanta fuerza y ternura que echarmos de menos que no tenga más protagonismo.
Sinceramente es una pena que películas como esta carezcan de medios para tener más visibilidad y llegar a más salas. Y es que la sencillez de 'La puerta abierta' y a la vez, la complejidad de sus personajes y su historia, tienen los elementos justos para conquistar al gran público que, además, se sentiría atraído por su popular reparto.
Marina Seresesky ha firmado, en su debut en el largometraje, una película más que recomendable que, sin duda, conseguirá más de una nominación a los próximos premios Goya: mejor dirección novel, mejor actriz, mejor actriz secundaria y mejor actor de reparto. Y si no me creéis, tiempo al tiempo.
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