Horas después de revisitar el clásico de Richard Donner, me fui al cine a ver la nueva versión de ese mítico film. Ya he dicho un montón de veces qué es lo que suponen para mí los remakes. En principio no me interesan absolutamente nada, sobre todo si lo que se hace es una copia exacta del film original. Si por el contrario se coge la idea y se intenta aportar algo nuevo, otra visión del mismo tema, pues entonces ya me interesa más, aunque eso luego no justifica que guste o no. La película de John Moore pertenece al primer grupo, tanto que uno no hace más que preguntarse por qué coño han realizado este remake. Vale, supongo que la única respuesta posible es la taquilla.
Del argumento no voy a hablar porque es excatamente el mismo, cambiando lógicamente la época. Ahora transcurre a partir del 2006. Un embajador americano, etc, etc, etc el anticristo y ya está. Lo dicho, exactamente igual. El colmo de la desfachatez, vamos, porque hay diálogos que son exactos, hasta tal punto que el espectador va por delante en todos los aspectos, no sólo sabe qué va a pasar, también sabe qué van a decir los personajes. Vale, es un remake, y el factor sorpresa no existe, pero podían habérselo currado un poquito mejor.
En el film de Donner casi todo eran virtudes, y aquí es al revés. Para empezar, creo que los actores no son los adecuados, al menos algunos de ellos. Y todos están enormemente desaprovechados, incluída Mia Farrow, quién podría haber otorgado algo de calidad a esta película. Interpreta a la niñera de las narices, y a pesar de que probablemente sea la mejor del reparto, su intervención se limita a poner cara de sospechosa, a gritar un poco cuando hace falta y poco más. Una verdadera pena ver a esta actriz (que tampoco es de las grandes) haciendo un papel tan poco sabroso, a diferencia del original.
El resto pues más o menos igual, incluso a un nivel inferior. Liev Schrieber da el tipo como el embajador que poco a poco se va dando cuenta de que su hijo no es un ser adorable, aunque por momentos desentona un poco. David Thewlis como el fotógrafo que ayuda al protagonista en sus indagaciones está correcto y no sale mal parado en su comparación con David Warner. Pette Postlethwaite como un sacerdote arrepentido está también bastante desaprovechado en un papel que en el original resultaba hasta inquietante. Y Michael Gambon simplemente pasa por aquí a decir hola y poco más.
Pero quien se lleva la peor parte es Julia Stiles, el mayor error de cásting de todos a mi juicio. Poco creíble en su papel de madre y esposa de un embajador americano. No se siente el terror de su personaje como se sentía en el original, aunque hay que decir que el cambio más sustancial de la película se produce con ella, y no voy a decir más para no desvelar nada. El pequeño Seamus Davey-Fitzpatrick interpreta al maléfico Damien, pero lamentablemente no resulta tan creíble y terrorífico como cabría esperar. De hecho, en los momentos en los que se pone serio parece que está poniendo caretas, y no resulta para nada amenazador.
Pero el mayor culpable es el señor John Moore, que ya destrozó el clásico 'El Vuelo del Fénix', y aquí vuelve a hacer lo mismo, anque los resultados sean un poco mejores que en el film protagonizado por Dennis Quaid. Moore copia planos del film de Donner, llegando a realizar escenas totalmente idénticas, tanto en la colocación de los personajes, como en los diaólogos o en su factura visual. Evidentemente cambia algunas cosas para actualizar el tema, pero son cambios mínimos que no aportan absolutamente nada, simplemente son cambios lógicos debido a la época en la que se desarrolla, la actual, que parece que no pero 30 años son muchos años. Moore estropea el material que tiene entre manos de la forma más absurda, no sólo copia plano por plano lo que se supone tiene que cambiar. Además tiene que adornarlo con insertaciones de los típicos planos rápidos con efectos de sonido, que encima no vienen a cuento y no aportan absolutamente nada a la narración.
Lo mejor del film, y es algo que sorprende gratamente es lo impactantes que resultan las muertes de algunos personajes, algo que no he comentado en la crítica del film de Donner y que me parecía estupendo. Es enormemente impresionante cómo morían algunos personajes en aquel film, y todos tenemos en mente cierto camión con cierto cristal ¿o no?. El film de Moore también sobresale en eso, y también las cambia ligeramente (no todas) para sí aportar algo nuevo en ellas, aunque simplemente sea el enfoque. Lo peor del asunto es que sabemos cuándo van a ocurrir exactamente.
Respecto a la banda sonora, decir que Marco Beltrami realiza un buen trabajo, aunque no llega a la altura de Goldsmith. Por cierto, Beltrami sí que es peor que Williams (aquí estaremos todos de acuerdo ¿no? ;))
En fín, una película muy floja totalmente innecesaria que espero no haga olvidar a las nuevas generaciones de espectadores la película original. Muy pronto sabremos los resultados de taquilla, que me imagino que serán altos, pero desde luego no se lo merece. De hecho no se merece ni que la hubieran hecho, pero en fín, todo hay que renovarlo aunque ya esté bien hecho. No hay nada intocable para desgracia de algunos de nosotros.