La carrera cinematográfica de Kathryn Bigelow parecía poco menos que condenada a muerte tras el grave fracaso comercial de ‘K-19: The Widowmaker‘ (2002) y el casi invisible estreno de ‘El peso del agua‘ (‘The Weight of Water’, 2000), pero todo eso cambió con la llegada de ‘En tierra hostil‘ (‘The Hurt Locker’, 2008).
Es cierto que los Oscar que consiguió llevarse para casa fueron decisivos, pero el trabajo de puesta en escena de Bigelow dándole un tono visual muy cercano a lo documental era lo mejor de la cinta junto al notable trabajo de Jeremy Renner, algo que incluso secundan muchos de los detractores de la película. Sin embargo, Bigelow ha tenido que contar con el apoyo de Megan Ellison (1) para sacar adelante ‘’La noche más oscura (Zero Dark Thirty) (2012), cinta rodeada por la polémica en todo momento, pero que se perfila como la gran candidata a arrasar en los próximos premios de la Academia de Hollywood, algo comprensible para todo aquel que ya haya tenido la ocasión de verla
La obsesiva búsqueda de Bin Laden por parte del personaje interpretado con maestría por Jessica Chastain es el gran eje del relato, algo asumido hasta tal punto por Mark Boal, autor del guión, que no tiene problemas en limitar la presencia de personajes con muchas posibilidades – se podría dedicar spin-offs muy interesantes a varios de ellos- para no desviarse de su objetivo principal. Boal recurre a ciertos trucos habituales a la hora de mostrar el deterioro de alguien aparentemente noble para que dicha evolución sea más palpable por nuestra parte, comenzando por su incomodidad ante una violenta sesión de tortura en los primeros compases del relato y pasando por otros aspectos que no conviene señalar abiertamente para no revelar más de la cuenta.
El brillante trabajo de dirección por parte de Bigelow ayuda a resaltar no sólo esa creciente obsesión, sino a crear una sensación de tensión que nunca abandona la película, incluso cuando su dramatismo queda reducido a poco más que mera burocracia. El estupendo uso de diversas grabaciones de voz durante el ataque terrorista a las Torres Gemelas ya deja claro que ese es el camino a seguir, pero también provoca una cierta insatisfacción con lo que está por venir: ‘La noche más oscura (Zero Dark Thirty)’ es un relato frío, mucho más atento a intentar ofrecer una versión plausible del caso real que aborda que de conseguir cualquier tipo de implicación emocional – que sí consigue ese prólogo- por parte del espectador más allá de compartir la frustración de su protagonista por la lentitud con la que avanzan las cosas – genialmente ilustrado con los momentos en los que Maya escribe en la puerta de su jefe el número de días que han pasado sin que se haya decidido nada sobre el ataque a la posible ubicación de Bin Laden- .
Otro de los grandes aciertos de ‘La noche más oscura (Zero Dark Thirty)’ es que Bigelow y Boal se alejan de cualquier tipo de posicionamiento crítico o patriótico respecto a los métodos empleados por parte del Gobierno americano para atrapar a Bin Laden. He leído muchas quejas un tanto absurdas sobre la posibilidad de que sea una película que hace apología de la tortura, pero el auténtico problema es que vivimos en un tiempo tan marcado por lo políticamente correcto que todo lo que no sea dejar por los suelos lo malo es visto como un enaltecimiento de ello. Es aquí donde queda en evidencia el tono casi periodístico con el que Bigelow y Goal buscan imprimir un mayor verismo al relato, consiguiendo darle una ligera capa de documentalismo que sirve para maquillar las probables quejas sobre que no deja de ser la visión de la historia del bando ganador, que a fin de cuentas es la que acaba perdurando.
Es hasta curioso que Bigelow apueste por esa vía cuando luego está muy lejos de ser un ejemplo de puesta en escena que se caracterice por su invisibilidad, es decir, que pase inadvertida en beneficio de otros elementos, siendo las actuaciones de su reparto o el guión los principales beneficiados de aquellos realizadores que optan por ello. Sin embargo, Bigelow era consciente de que estaba ante un caso en el que la película iba a tener muy evidentes bajones de interés y lo soluciona echando mano de un ajustado trabajo de montaje y de cierta propensión al uso de la cámara al hombro, otra señal más de su querencia por convertir a ‘La noche más oscura (Zero Dark Thirty)’ en una aproximación realista al tema que aborda, algo que se maximiza en la extensa secuencia en la que se produce el asalto al escondite de Bin Laden. Unos minutos tensos y poderosos visualmente, pero que, personalmente, acabaron resultándome un tanto agotadores. Muchos se quejarán de los tiempos aparentemente muertos de la película, pero el trabajo de Bigelow me mantuvo hipnotizado, mientras que en su desenlace, por bien hecho que pueda estar, acabé desconectando respecto a lo que aparecía en pantalla.
El otro gran punto de apoyo de la cinta es el destacado trabajo de sus actores, donde todos los secundarios cumplen a gran nivel, en especial un energético Jason Clarke que rivaliza en protagonismo con Chastain durante los primeros minutos, y que luego aún tiene algún que otro momento de lucimiento – su negociación para obtener una información que Maya necesita- . No obstante, es Chastain la que tiraniza todo el relato con una aproximación especialmente contenida a la obsesiva personalidad de Maya – sólo da muestra de tener sentimientos en aspectos desligados de la investigación que lleva a cabo-, ya que la caza y captura de Bin Laden se ha convertido en su vida, sin importar todo lo demás. Eso se traduce en una mujer que irradia tal seguridad que toda traba que surge en su camino acaba siendo sorteada como resultado de su determinación. Chastain se come la pantalla con su mera presencia y sabe expresar las variaciones en sus estados anímicos de forma sutil.
El vigoroso trabajo tras las cámaras de Bigelow, el acertado guión de Mark Boal y el gran trabajo de su reparto, donde destaca la espléndida actuación de Jessica Chastain, convierten a ‘La noche más oscura (Zero Dark Thirty)’ en una película notable y más que digna favorita en esta fase de premios que domina actualmente Hollywood, pero mi favorita personal para los próximos Oscar, cuyas nominaciones conoceremos dentro de poco más de 24 horas, sigue siendo otra.
(1) Ellison es la hija de un mulmillonario que hasta la fecha ha mostrado que no tiene especial interés en la posible rentabilidad económica de sus producciones, motivo por el cual también decidió financiar ‘The Master‘ (Paul Thomas Anderson, 2012).
Otra crítica en Blogdecine: ‘La noche más oscura (Zero Dark Thirty)’, la apasionante caza de Bin Laden