El viernes, 23 de enero, se estrena el film germano-hispano-francés ‘La mujer del anarquista’, que está protagonizado por María Valverde, Juan Diego Botto, Adrià Collado, Irene Visedo e Ivana Baquero, entre otros. Está dirigido por la guionista francesa Marie Noëlle y su pareja, el alemán Peter Sehr.
Manuela, la mujer del anarquista, es una joven de familia adinerada que se ha casado con una importante figura del movimiento antifranquista, aunque su hermana tenga un marido del bando fascista. Manuela vive la lucha de su esposo desde el acomodo de una buena posición, sin enterarse apenas de lo que sucede a su alrededor. Cuando su marido se marcha a Barcelona, Manuela se queda sola, con una hija pequeña, Paloma, y embarazada, pero no pierde la esperanza de que Justo reaparezca con vida.
Podría pensarse que esta película está basada en una novela por el tipo de narración fragmentada, sin estructura cinematográfica y sin trama central que presenta. Y esa sensación no está lejos de la realidad, ya que lo que se nos muestra se asemeja a los hechos reales que le fueron narrados a su autora –SPOILER quien también se reencontró con su padre en Francia tras la Guerra Civil, como le ocurre al personaje de Paloma FIN DEL SPOILER—. El abuelo del correalizador, igualmente, fue un republicano exiliado, por lo que a él tampoco le son ajenos los sucesos plasmados en el guión.
Todo esto ha influido en los directores de forma quizá positiva, pues les ha aportado un grado de implicación; pero también negativa, ya que les ha deslumbrado haciéndoles creer que lo que están contado es más interesante de lo que realmente es. La anécdota argumental se ha sobredimensionado con un resultado algo tedioso, inconexo, que no presenta conflicto central y que no tiene fuerza dramática, salvo en excepcionales momentos. Se presentan situaciones que son seguidamente resueltas para que luego comience otra diferente, como si la película empezase y se acabase varias veces. De esa forma, lo que se ha visto hasta el momento da la impresión de haberse contado sin motivo y de carecer de importancia. Este tipo de historia-saga que en literatura puede funcionar tan bien, en cine no da resultados tan efectivos. O no siempre.
Se ha criticado positivamente ‘La mujer del anarquista’ en muchos medios y el film ha recogido elogios en festivales debido a que aparenta ser poco demagógico. Es cierto que consigue cierta neutralidad, introduciendo a personajes con buen corazón en el bando de Franco o demostrando que también había monstruos en el republicano. Pero creo que esta ausencia de maniqueísmo no es más que el mínimo de madurez que se le debería exigir a cualquier film para comenzar a considerarlo bueno, no la virtud única y suficiente por la que darle ya categoría de película notable.
Muy por encima de las cuestiones bélicas, ‘La mujer del anarquista’ tiene la intención de contarnos una historia de amor, tanto romántico como familiar. Este aspecto psicológico de personajes, que podría ser muy rico, no está completamente conseguido. En lo que atañe a la teórica protagonista, la mujer del anarquista, la empatía comienza siendo difícil de sentir porque ella es demasiado inconsciente con respecto a lo que sucede en España. Más tarde, parece que se implica más, pero en lugar de haber percibido una evolución en el personaje, lo que se nos antoja es que repentinamente ha cambiado según convenía a la historia. María Valverde (en la fotografía superior) no ayuda a que esa maduración sea más convincente. SPOILER. El fragmento en el que Manuela sufre una locura pasajera podría haber sido lo más interesante de la película, pero no está muy logrado. Además, habría sido preferible presentarlo como la trama central, en lugar de como mero episodio transitorio. FIN DEL SPOILER.
No sabría decir si lo que falla en ‘La mujer del anarquista’ es el personaje protagonista o si el fallo está en que no se ha sabido dónde situar el protagonismo. Ya que el punto de vista es el de la hija –pues es ella quien narra los acontecimientos en off—, debería ser Paloma la protagonista. En ocasiones, parece que lo fuese, pero hay otras que indican que es su madre, lo cual queda confirmado por el título. Esta falta de enfoque claro de por sí es confusa, pero además, es errónea, ya que cualquier escena de la hija es mucho más interesante que cualquiera de la madre. Los momentos con fuerza dramática que citaba como excepción son los que se refieren a Paloma. Psicológicamente lo que vemos en ella es más poderoso: se cría en la guerra y se hace mujer en la posguerra, sufre la caída del mito en el que se había convertido su padre, vive una duda con respecto a sus creencias políticas…
Se refuerza la idea de que el protagonismo habría estado mejor en otro de los personajes con la interpretación. Todos los actores y actrices hacen una labor superior a la de María Valverde, especialmente las niñas, coronadas por una Ivana Baquero (en la foto de abajo) de la que ya sabíamos, desde ‘El laberinto del fauno’ o ‘Cuento de Navidad’ que era una gran actriz. Botto tiene un papel muy exigente, con grandes cambios físicos y psicológicos, y es sorprendente lo bien que lo interpreta. Collado está correcto y las mujeres francesas y alemana de la etapa final del film aportan un gran nivel interpretativo.
‘La mujer del anarquista’ está rodada de forma elegante y vistosa, con una ambientación de época muy bien hecha y que no ha escatimado, por ejemplo, a la hora de reproducir calles de Madrid en guerra y viviendas de entonces. Su realización –con esta palabra me refiero a la elección de encuadres, movimientos de cámara, etc…— es suficiente y el montaje podría haber estado mejor, pero pasa inadvertido. Por estos últimos motivos y porque se centra en una etapa de la historia que tiene el drama asegurado, se puede llegar a ver como una buena película. Es decir, por fuera, casi todo está bien. Si a eso le sumamos que por dentro tiene algún destello logrado, como el personaje de Paloma, podríamos concluir que es un film que probablemente gustará.