Kate Winslet está considerada como una de las mejores actrices en activo y no seré yo el que vaya a discutir eso. No obstante, eso no evita que de vez en cuando participe en pérdidas de tiempo como ‘Belleza robada’ (‘Collateral Beauty’), algo especialmente molesto ya que no se prodiga tanto como nos gustaría. Por ello, su presencia ya no es suficiente para que realmente quiera ver una película, aunque también sea justo decir que su fichaje por las secuelas de ‘Avatar’ ha hecho que mi interés hacia ellas crezca mucho.
En el caso de ‘La montaña entre nosotros’ (‘The Mountain Between Us’) contaba con el aliciente adicional de que lidera el reparto junto a Idris Elba, un actor desaprovechado demasiado a menudo en papeles con poca sustancia o títulos que casi sería mejor que ni siquiera existiesen. Estaba preparado para una cinta en mayor o menor medida supeditada a su talento y lo cierto es que las actuaciones de su dúo protagonista son lo mejor de una aventura que busca la intensidad y solo consigue resultar insulsa.
En tierra de nadie en todos los sentidos
He de confesar que no he leído la novela homónima de Charles Martin en la que se basa la película, por lo que desconozco hasta qué punto todos los errores del guion firmado por Chris Weitz y J. Mills Goodboe provienen de una adaptación demasiado literal o son fruto de la inventiva que le hayan echado al asunto. Sea cual sea el motivo, el libreto fracasa de forma estrepitosa tanto como aventura en territorio inhóspito como en su componente humano.
En lo referente a la aventura, ‘La montaña entre nosotros’ recurre demasiado a menudo a la creación de peligros planteados de tal forma que resultan un tanto artificiales pienso por ejemplo en la aparición del puma o la “caída” de Idris Elba que ya aparece recogida brevemente en el tráiler-. De esta forma, uno nunca se termina de implicar en la lucha por la supervivencia de sus dos protagonistas, ya que esos efectismos rompen la imprescindible naturalidad necesaria en un relato de estas características.
Es evidente que es necesario incluir esas dificultades para los dos protagonistas, pero es una pena que nunca logren seguir una senda similar a lo bien ejecutado que está el accidente aéreo previo -y todo el vuelo en general-. Ahí es cuando más brilla el trabajo de dirección del israelí Hany Abu-Assad, en especial en lo referente al manejo de la cámara. Luego logra dar a la película un ritmo pausado adecuado para que todo vaya progresando con calma e intentando que conozcamos mejor a los dos protagonistas y los cambios en la relación entre ellos.
Winslet y Elba al menos evitan que ‘La montaña entre nosotros’ se despeñe
Ahí es donde entra en escena la capacidad de Winslet y Elba para primero amoldarse a sus personajes y luego dar una mayor credibilidad a cómo va cambiando la dinámica que se establece entre los dos. Ella tiene a su favor la limitación física que sufre como resultado del accidente, permitiéndole así ahondar más en sus motivaciones tanto físicas como psicológicas, llevando así más allá su personalidad más extrovertida que la del personaje de Elba.
Sobre el papel son personajes complementarios y se nota cierta preocupación del guion por darles diálogos con sustancia, pero todo acaba sabiendo demasiado manipulado. Por un lado es previsible, pero es que además no surge la química adecuada entre Winslet y Elba, lo cual desluce sus esforzadas interpretaciones, sobre todo a medida que la actitud de ambos va sincronizándose, perdiendo así lo que les distingue para que el relato se acerque más a lo que uno esperaría de una película así.
Precisamente esto último es el problema que ‘La montaña entre nosotros’ nunca llega a trascender. Sé que es un poco raro criticar a una película porque parezca demasiado que lo es, pero aquí es una sensación molesta que impide que te sumerjas en su aventura, relativices en todo momento su sufrimiento y pienses que esta o aquel detalle del guion están demasiado pensados para conseguir determinada reacción. Vamos, que nunca consigue atraparte y te da todo un poco igual cuando deberías estar sufriendo con ellos.
Ahí es donde el trabajo de Abu-Assad debería haberle permitido esquivar esos errores, pero pronto da la sensación de tener demasiado respeto por Winslet y Elba como para querer ir más allá de subrayar lo que sus dos personajes están intentando transmitir. Justo es reconocer que evitan que la película se hunda, pero tampoco hacen nada extraordinario más allá de evitar el naufragio, sobre todo durante sus últimos minutos.
En definitiva, ‘La montaña entre nosotros’ es un drama fallido que no es peor casi exclusivamente por el trabajo de Elba y Winslet. Con todo, sus personajes tampoco son tan estimulantes como para que eso sea suficiente para convertirla en una buena película y además no surge la química necesaria entre ellos para trascender una lucha por la supervivencia que sabe más a producto de diseño que a una aventura creíble.
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